De pronóstico reservado, la eventual sustitución de Gustavo Madero al frente del PAN, en parte, por su pleito con el presidente Felipe Calderón. Desde el viernes pasado circuló en el equipo íntimo del mandatario la posibilidad de que en función de los resultados electorales, el líder del PAN sería destituído y relevado por un calderoinista de cepa, Rogelio Carbajal. Se repetiría la experiencia de 2009, cuando tras la debacle electoral el dirigente nacional Germán Martínez fue remplazado por César Nava. Carbajal, sin embargo, desmintió desde el mismo viernes que entraría al lugar de Madero, mientras que el fin de semana emergía otro probable sustituto, Roberto Gil, secretario particular del Presidente. Las versiones reflejan el malestar que existe en el equipo cercano a Los Pinos con Madero, que se suma al pleito casado entre Calderón y el dirigente del PAN, que prácticamente no se hablan. Madero ya comenzó a decir que no será una pieza fácil de quitar, porque él no le debe la presidencia del partido a nadie -o sea, al Presidente-, y que está ahí por votación y se regula por estatutos, no por imposiciones de Los Pinos. Rápidamente aparecieron defensores de Madero, la diputada Josefina Vázquez Mota y el senador Santiago Creel, quienes lo arroparon velozmente. No es un gesto meramente solitario. Los dos son precandidatos presidenciales y saben bien que si Madero sale del PAN y entrar un calderonista, las posibilidades de que el proceso interno de nominación sea equitativo, se alejarían considerablemente.
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