Tener que
Creel, es decir Fox
Arquetipos sicopáticos
Julio Hernández López / Astillero
Tanto tiempo buscándolo y ayer el oportuno Calderón encontró el parteaguas nacional: México antes y después de la Sub 17 (AS17 y DS17, serán los referentes del nuevo calendario patrio).
Solemnes palabras declaratorias que fueron pronunciadas en las escalinatas ceremoniales de la pirámide del poder pinolero, con los verdes novicios a un lado: Yo estoy convencido (y, si él lo está, ¿quién podría no estarlo?: adherente observación astillada) de que México no va a ser el mismo que antes después de este campeonato del mundo. En seguida del adverbial embotellamiento sintáctico que produjo con ese antes-después, el jugador Calderón se lanzó de cabecita contra el poste de la portería en la que los mexicanos suelen estrellar sus esfuerzos: Hay muchas cosas que hacer, desde luego; los problemas siguen. Pero creo que tiene que cambiar. Y ésa es la responsabilidad de todos los que estamos fuera de la cancha: tiene que cambiar la manera en como (sic) enfrentamos las cosas, tiene que haber un espíritu distinto y mejor, tenemos que seguir, tenemos que igualar, tenemos que aprender... Más que un hito, el advenimiento de la era de la Venda en la testa como palanca nacional parecería descansar no tanto en las hazañas deportivas que el mercantilismo de clubes y televisión ya aprovechan, sino en el uso mágico de las expectativas etéreas del tener que, expresión tan propia justamente de esos tiempos de tinieblas e impotencia que el comandante Calderón se esfuerza en conjurar a base simple de palabrería oportunista.
Calderón tendría que, por ejemplo, ordenar que sus órganos oficiales de indagación de presuntos actos corruptos en materia gubernamental se activaran, para saber qué está pasando con el dinero público en la cueva de mil ladrones de alta burocracia en que se ha convertido el Issste, no sólo durante el paso paradigmático del gordillismo por sus arcas mediante directivos en canje por brigadismo electoral. Sin embargo, la inservible pero muy gastadora Secretaría de la Función Pública hace saber a los mexicanos que no hay ni pizca de duda sobre los buenos manejos de recursos que se hicieron durante la administración del respetabilísimo señor licenciado Yunes (una versión extraoficial, que podría dar por buena la SFP, es aquella que dice que en realidad la profesora no pidió veinte millones, sino que amablemente dijo Vente, mi Yunes). Si nada encuentra Salvador Vega Casillas (así se llama el paisano de Calderón habilitado como secretario encargado supuestamente de luchar contra la corrupción) contra el protegido Yunes, a quien como funcionario la vengativa Elba Esther acusó de propiciar irregularidades por 58 mil millones de pesos, menos le va a encontrar algo a la misma señora Gordillo que, ¡lástima, Margarito!, ni funcionaria pública es ni ha sido, a pesar de que controla varias carteras de la administración federal.
Tendrían que renunciar también a sus cargos quienes desde el PAN aspiran a la candidatura presidencial de 2012, según el movimiento hecho ayer por Santiago Creel, quien pidió licencia a su condición de senador. Creel es el candidato indeseado por Felipe Calderón, no solamente porque fue su competidor interno en 2005, sino porque representa los intereses de Vicente Fox, quien lo hizo secretario de Gobernación y luego trató de imponerlo como candidato oficial a la sucesión. Fox no quería a Felipe como candidato pero, cuando no pudo doblegar a los grupos panistas que finalmente habilitaron al michoacano, lo empujó envenenadamente hacia el triunfo, metiendo las botas de manera abierta en el proceso electoral para dejar constancia de la ilegitimidad de quien, chantajeado con las pruebas de los apoyos ilícitos recibidos y totalmente condicionado por factores de poder que le son superiores, acabó siendo un personaje incapaz de tocarle un pelo a la alta corrupción de los Sahagún, los Bribiesca y los Fox. Por eso, Chente mantiene guerra mediante Manuel Espino y Santiago Creel contra el huidizo Calderón que nunca ha contestado las provocaciones del esposo de la señora Marta.
Y tendría que renunciar en diez días a su cargo el secretario del trabajo, Javier Lozano, para tratar de reforzar la pálida y tibia postulación del secretario de hacienda, Ernesto Cordero, que nomás no crece. Se dice que Lozano declinará su presunta precandidatura a cambio de ser el coordinador de la campaña del Cordero expiatorio. Pero Creel y Josefina Vázquez Mota se resisten a seguir la línea trazada desde Los Pinos y en sus discursos van agregando tonos críticos duros al comportamiendo del poder federal respecto al proceso panista de candidaturas.
Astillas
El sicoanalista José Antonio Lara Peinado escribe: Mientras asesinaban a más de 100 personas el fin de semana en este país, el Sr. Calderón inauguraba un espacio mercadológico futbolero en Pachuca, el domingo veía en un palco el partido y el lunes daba discursos en donde desde su fantasía sostenía que el triunfo de los jóvenes cambió a este país (...) Para miles de aficionados el juego no es sino una forma neurótica de expresar su malestar y su insatisfacción personal, como buenos neuróticos se cuelgan del triunfo de un equipo para ocultar sus fracasos. Sin embargo, para sujetos con arquetipos de orden sicopático el balón y el juego les hacen perder el principio de realidad, por eso hay declaraciones en el sentido de que ese triunfo supuestamente hace que todo en México sea diferente. Nótese la diferencia, mientras que un neurótico calma su insatisfacción con un partido de futbol, un sicópata despierta ilusiones, delirios y fantasías que le llevan a ignorar una realidad que nos dice que mientras algunos políticos gritaban gol cuando la pelota penetraba el arco enemigo, decenas de mexicanos gritaban de dolor al ver penetrado su cuerpo con las balas... Y, mientras se asoman a las Minucias del Lenguaje de José G. Moreno de Alba (en http://bit.ly/nAdWbO por cortesía de @juliosueco) quienes deseen enterarse de las particularidades del vocablo parteaguas, que no está en diccionarios como el de la RAE, ¡hasta mañana!
Creel, es decir Fox
Arquetipos sicopáticos
Julio Hernández López / Astillero
Tanto tiempo buscándolo y ayer el oportuno Calderón encontró el parteaguas nacional: México antes y después de la Sub 17 (AS17 y DS17, serán los referentes del nuevo calendario patrio).
Solemnes palabras declaratorias que fueron pronunciadas en las escalinatas ceremoniales de la pirámide del poder pinolero, con los verdes novicios a un lado: Yo estoy convencido (y, si él lo está, ¿quién podría no estarlo?: adherente observación astillada) de que México no va a ser el mismo que antes después de este campeonato del mundo. En seguida del adverbial embotellamiento sintáctico que produjo con ese antes-después, el jugador Calderón se lanzó de cabecita contra el poste de la portería en la que los mexicanos suelen estrellar sus esfuerzos: Hay muchas cosas que hacer, desde luego; los problemas siguen. Pero creo que tiene que cambiar. Y ésa es la responsabilidad de todos los que estamos fuera de la cancha: tiene que cambiar la manera en como (sic) enfrentamos las cosas, tiene que haber un espíritu distinto y mejor, tenemos que seguir, tenemos que igualar, tenemos que aprender... Más que un hito, el advenimiento de la era de la Venda en la testa como palanca nacional parecería descansar no tanto en las hazañas deportivas que el mercantilismo de clubes y televisión ya aprovechan, sino en el uso mágico de las expectativas etéreas del tener que, expresión tan propia justamente de esos tiempos de tinieblas e impotencia que el comandante Calderón se esfuerza en conjurar a base simple de palabrería oportunista.
Calderón tendría que, por ejemplo, ordenar que sus órganos oficiales de indagación de presuntos actos corruptos en materia gubernamental se activaran, para saber qué está pasando con el dinero público en la cueva de mil ladrones de alta burocracia en que se ha convertido el Issste, no sólo durante el paso paradigmático del gordillismo por sus arcas mediante directivos en canje por brigadismo electoral. Sin embargo, la inservible pero muy gastadora Secretaría de la Función Pública hace saber a los mexicanos que no hay ni pizca de duda sobre los buenos manejos de recursos que se hicieron durante la administración del respetabilísimo señor licenciado Yunes (una versión extraoficial, que podría dar por buena la SFP, es aquella que dice que en realidad la profesora no pidió veinte millones, sino que amablemente dijo Vente, mi Yunes). Si nada encuentra Salvador Vega Casillas (así se llama el paisano de Calderón habilitado como secretario encargado supuestamente de luchar contra la corrupción) contra el protegido Yunes, a quien como funcionario la vengativa Elba Esther acusó de propiciar irregularidades por 58 mil millones de pesos, menos le va a encontrar algo a la misma señora Gordillo que, ¡lástima, Margarito!, ni funcionaria pública es ni ha sido, a pesar de que controla varias carteras de la administración federal.
Tendrían que renunciar también a sus cargos quienes desde el PAN aspiran a la candidatura presidencial de 2012, según el movimiento hecho ayer por Santiago Creel, quien pidió licencia a su condición de senador. Creel es el candidato indeseado por Felipe Calderón, no solamente porque fue su competidor interno en 2005, sino porque representa los intereses de Vicente Fox, quien lo hizo secretario de Gobernación y luego trató de imponerlo como candidato oficial a la sucesión. Fox no quería a Felipe como candidato pero, cuando no pudo doblegar a los grupos panistas que finalmente habilitaron al michoacano, lo empujó envenenadamente hacia el triunfo, metiendo las botas de manera abierta en el proceso electoral para dejar constancia de la ilegitimidad de quien, chantajeado con las pruebas de los apoyos ilícitos recibidos y totalmente condicionado por factores de poder que le son superiores, acabó siendo un personaje incapaz de tocarle un pelo a la alta corrupción de los Sahagún, los Bribiesca y los Fox. Por eso, Chente mantiene guerra mediante Manuel Espino y Santiago Creel contra el huidizo Calderón que nunca ha contestado las provocaciones del esposo de la señora Marta.
Y tendría que renunciar en diez días a su cargo el secretario del trabajo, Javier Lozano, para tratar de reforzar la pálida y tibia postulación del secretario de hacienda, Ernesto Cordero, que nomás no crece. Se dice que Lozano declinará su presunta precandidatura a cambio de ser el coordinador de la campaña del Cordero expiatorio. Pero Creel y Josefina Vázquez Mota se resisten a seguir la línea trazada desde Los Pinos y en sus discursos van agregando tonos críticos duros al comportamiendo del poder federal respecto al proceso panista de candidaturas.
Astillas
El sicoanalista José Antonio Lara Peinado escribe: Mientras asesinaban a más de 100 personas el fin de semana en este país, el Sr. Calderón inauguraba un espacio mercadológico futbolero en Pachuca, el domingo veía en un palco el partido y el lunes daba discursos en donde desde su fantasía sostenía que el triunfo de los jóvenes cambió a este país (...) Para miles de aficionados el juego no es sino una forma neurótica de expresar su malestar y su insatisfacción personal, como buenos neuróticos se cuelgan del triunfo de un equipo para ocultar sus fracasos. Sin embargo, para sujetos con arquetipos de orden sicopático el balón y el juego les hacen perder el principio de realidad, por eso hay declaraciones en el sentido de que ese triunfo supuestamente hace que todo en México sea diferente. Nótese la diferencia, mientras que un neurótico calma su insatisfacción con un partido de futbol, un sicópata despierta ilusiones, delirios y fantasías que le llevan a ignorar una realidad que nos dice que mientras algunos políticos gritaban gol cuando la pelota penetraba el arco enemigo, decenas de mexicanos gritaban de dolor al ver penetrado su cuerpo con las balas... Y, mientras se asoman a las Minucias del Lenguaje de José G. Moreno de Alba (en http://bit.ly/nAdWbO por cortesía de @juliosueco) quienes deseen enterarse de las particularidades del vocablo parteaguas, que no está en diccionarios como el de la RAE, ¡hasta mañana!
Comentarios