Jorge Diaz
Toda vez que las posturas de los personajes más visibles de la izquierda, López Obrador y Marcelo Ebrard, han sido fijadas en sentido de no ir en alianza con el PAN en 2012 para hacerle frente al PRI, se puede pronosticar un “sin novedad” para esa contienda electoral.
Por parte de Andrés Manuel, el discurso ha sido el mismo y por parte de Ebrard confiesa lo difícil que podría ser convencer al derechista PAN a unirse con ellos.
Pero lo interesante -por no decir lo cómico- está en la propuesta de Marcelo para definir al candidato de las izquierdas; independientemente de lo serias que sean éstas, no se le pueden proponer a un personaje con el perfil psicológico de AMLO.
El razonamiento de Ebrard es: “si tienes dos candidaturas, el desastre va a ser increíble, simplemente no eres opción”. Cierto, pero quién le dijo a Marcelo que a López Obrador le interesa prevenir un desastre. La referencia más cercana, a la que el mismo Ebrard a hecho referencia recientemente, es la del Edomex, donde gracias precisamente a AMLO, la posibilidad de contrarrestar la ventaja priista mediante una alianza se vino abajo.
Su propuesta es que haya tres encuestas, si dos coinciden a favor de uno de los dos, entonces se declara al ganador, si hay empate, se irían a segunda vuelta. Pueden hacer mil encuestas, si a AMLO no le favorecen las encuestas siempre las va a negar y las va acusar de cuchareadas y a quienes las realizaron les dirá hasta de lo que se van a morir.
Deberán ser imaginativos quienes aspiran a ser candidatos por la izquierda, puesto que mientras el poder de influencia que el tabasqueño posee dentro de los partidos no se vea disminuido, él irá imponiendo su voluntad a diestra y siniestra. Es él, AMLO a toda costa y a pesar del costo.
No hay más verdad que la de él y después de él no hay nada. La obsesión e interés personal de López Obrador a estas alturas raya en la sospecha. Ante tantos negativos en las encuestas que hacen prácticamente imposible su triunfo y frente al inminente regreso del PRI ¿por qué no se hace a un lado? ¿Es ese su propósito? ¿Hacer que el PRI regrese a Los Pinos?
Toda vez que las posturas de los personajes más visibles de la izquierda, López Obrador y Marcelo Ebrard, han sido fijadas en sentido de no ir en alianza con el PAN en 2012 para hacerle frente al PRI, se puede pronosticar un “sin novedad” para esa contienda electoral.
Por parte de Andrés Manuel, el discurso ha sido el mismo y por parte de Ebrard confiesa lo difícil que podría ser convencer al derechista PAN a unirse con ellos.
Pero lo interesante -por no decir lo cómico- está en la propuesta de Marcelo para definir al candidato de las izquierdas; independientemente de lo serias que sean éstas, no se le pueden proponer a un personaje con el perfil psicológico de AMLO.
El razonamiento de Ebrard es: “si tienes dos candidaturas, el desastre va a ser increíble, simplemente no eres opción”. Cierto, pero quién le dijo a Marcelo que a López Obrador le interesa prevenir un desastre. La referencia más cercana, a la que el mismo Ebrard a hecho referencia recientemente, es la del Edomex, donde gracias precisamente a AMLO, la posibilidad de contrarrestar la ventaja priista mediante una alianza se vino abajo.
Su propuesta es que haya tres encuestas, si dos coinciden a favor de uno de los dos, entonces se declara al ganador, si hay empate, se irían a segunda vuelta. Pueden hacer mil encuestas, si a AMLO no le favorecen las encuestas siempre las va a negar y las va acusar de cuchareadas y a quienes las realizaron les dirá hasta de lo que se van a morir.
Deberán ser imaginativos quienes aspiran a ser candidatos por la izquierda, puesto que mientras el poder de influencia que el tabasqueño posee dentro de los partidos no se vea disminuido, él irá imponiendo su voluntad a diestra y siniestra. Es él, AMLO a toda costa y a pesar del costo.
No hay más verdad que la de él y después de él no hay nada. La obsesión e interés personal de López Obrador a estas alturas raya en la sospecha. Ante tantos negativos en las encuestas que hacen prácticamente imposible su triunfo y frente al inminente regreso del PRI ¿por qué no se hace a un lado? ¿Es ese su propósito? ¿Hacer que el PRI regrese a Los Pinos?
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