Jorge Fernández Menéndez
Terminando estas vacaciones tendrá que estar listo el escenario en el que buscarán cada una de las grandes fuerzas políticas definir sus candidaturas. El panorama parece confuso pero en realidad no lo es. El caso de Elba Esther Gordillo es paradigmático al respecto. Se debate mucho sobre la maestra, el Panal y el SNTE pero nadie está hablando de la educación. Ni uno de todos los que han participado en este debate ha presentado propuesta alguna sobre el futuro de la educación o del magisterio. Lo que se está discutiendo es el apoyo electoral o no de los maestros, los votos y recursos que ello representa.
En realidad, todo sigue siendo muy claro: en lo que se denomina la izquierda, que no siempre lo es, López Obrador sabe que jamás tendrá ese acuerdo (aunque en el pasado vaya que lo buscó ¿o acaso no recordamos cuando Elba Esther era la prolífica colaboradora del medio más cercano al tabasqueño?). Ebrard está abierto a muchos acuerdos y alianzas porque él también sabe que López Obrador (como lo confirmó este lunes en una reunión con sus colaboradores, donde dijo que “será sí o sí candidato, de uno, dos o tres partidos”) no terminará cumpliendo con los acuerdos previos y está abriendo escenarios de todo tipo, lo que ratifica, se esté o no de acuerdo con Marcelo, que es uno de los políticos más inteligentes del ámbito nacional.
En el PAN saben de los beneficios de los acuerdos con el SNTE. Lo mantuvieron durante dos sexenios y tuvo su origen desde los tiempos del grupo San Angel. En Los Pinos, y entre los precandidatos del calderonismo, no van a buscar una ruptura. La declaración presidencial de que sí tuvieron acuerdo con Elba pero de que no era un permiso para saquear el ISSSTE, no es tan claro como algunos creen, puede tener muchas lecturas, y en un sentido lo podría suscribir la propia Elba.
Fuera de Los Pinos hay quienes no quieren ese apoyo, por diferencias que se arrastran de mucho tiempo atrás, como es el caso de Josefina Vázquez Mota, y quienes en algún momento lo buscaron, pero no lo obtuvieron, como es el caso de un Santiago Creel, que está haciendo hoy lo que tendría que haber hecho hace seis años, con la diferencia de que quizás hoy lo que se necesite es otra cosa.
En el PRI, no es un secreto de que la relación de Manlio Fabio Beltrones nunca fue buena con la maestra, una cuestión de química dirían algunos. Pero Beltrones, otro político indiscutiblemente inteligente, no va a entrar en una confrontación frontal, porque no va a apostar a un división del priísmo por el tema Elba, cuando tanto el presidente del partido, Humberto Moreira, como Enrique Peña Nieto y varios otros gobernadores, mantienen una buena relación con ella y la contemplan como una aliada. Peña Nieto, Ebrard, Cordero o Lujambio, siguen siendo las opciones abiertas para ese acuerdo. Cuanto más cerrados se perciban los comicios del 2012, mayor será la presión para la negociación.
Y esto ocurre con Elba, el SNTE y el Panal, porque son de los pocos actores de peso que no están ya amarrados a alguna precandidatura.
El PT y Convergencia ya han apostado por López Obrador. Marcelo cuenta con el apoyo de Nueva Izquierda pero también de varias corrientes del partido que se han ido alejando de López Obrador pero esa disputa sigue abierta: el intento de Alejandro Encinas, luego de su pésimo desempeño en el estado de México, de regresar a la coordinación del grupo parlamentario de diputados, es una demostración de que el lopezobradorismo le disputará a Ebrard todos los espacios posibles.
En el PAN, Javier Lozano seguramente declinará, en una semana, como de alguna forma lo ha adelantado, sus aspiraciones presidenciales y terminará apoyando a Ernesto Cordero o a Alonso Lujambio. El PAN debe aprovechar a Lozano, es el político mejor preparado que tienen a nivel de gabinete para afrontar un proceso electoral y dar, en el mejor sentido de la palabra, la lucha contra sus adversarios.
Eso explica el nivel de confrontación y de interlocución de Javier. Mientras tanto, habrá que insistir en que no puede haber tantos precandidatos dentro del propio gabinete, más aún con Josefina creciendo muy firmemente y con Creel dispuesto a dar la pelea desde el llano.
En el PRI no todo es color de rosa. El verdadero proceso interno comenzará en el momento en que Peña Nieto deje la Gubernatura en septiembre: desde entonces y hasta noviembre veremos qué tan preparado está el priísmo para afrontar la elección del candidato sin conflictos internos. Recordemos que en esos meses se dio, en el 99, la ruptura entre Labastida y Madrazo, y en el 2005 entre el propio Madrazo y Elba Esther por una parte y con el Tucón y Montiel por la otra. No pueden repetir el error.
Nos vamos 10 días de vacaciones. Al regresar, este escenario tendrá que estar mucho más definido aún. Nos reencontramos el 28 de julio.
Terminando estas vacaciones tendrá que estar listo el escenario en el que buscarán cada una de las grandes fuerzas políticas definir sus candidaturas. El panorama parece confuso pero en realidad no lo es. El caso de Elba Esther Gordillo es paradigmático al respecto. Se debate mucho sobre la maestra, el Panal y el SNTE pero nadie está hablando de la educación. Ni uno de todos los que han participado en este debate ha presentado propuesta alguna sobre el futuro de la educación o del magisterio. Lo que se está discutiendo es el apoyo electoral o no de los maestros, los votos y recursos que ello representa.
En realidad, todo sigue siendo muy claro: en lo que se denomina la izquierda, que no siempre lo es, López Obrador sabe que jamás tendrá ese acuerdo (aunque en el pasado vaya que lo buscó ¿o acaso no recordamos cuando Elba Esther era la prolífica colaboradora del medio más cercano al tabasqueño?). Ebrard está abierto a muchos acuerdos y alianzas porque él también sabe que López Obrador (como lo confirmó este lunes en una reunión con sus colaboradores, donde dijo que “será sí o sí candidato, de uno, dos o tres partidos”) no terminará cumpliendo con los acuerdos previos y está abriendo escenarios de todo tipo, lo que ratifica, se esté o no de acuerdo con Marcelo, que es uno de los políticos más inteligentes del ámbito nacional.
En el PAN saben de los beneficios de los acuerdos con el SNTE. Lo mantuvieron durante dos sexenios y tuvo su origen desde los tiempos del grupo San Angel. En Los Pinos, y entre los precandidatos del calderonismo, no van a buscar una ruptura. La declaración presidencial de que sí tuvieron acuerdo con Elba pero de que no era un permiso para saquear el ISSSTE, no es tan claro como algunos creen, puede tener muchas lecturas, y en un sentido lo podría suscribir la propia Elba.
Fuera de Los Pinos hay quienes no quieren ese apoyo, por diferencias que se arrastran de mucho tiempo atrás, como es el caso de Josefina Vázquez Mota, y quienes en algún momento lo buscaron, pero no lo obtuvieron, como es el caso de un Santiago Creel, que está haciendo hoy lo que tendría que haber hecho hace seis años, con la diferencia de que quizás hoy lo que se necesite es otra cosa.
En el PRI, no es un secreto de que la relación de Manlio Fabio Beltrones nunca fue buena con la maestra, una cuestión de química dirían algunos. Pero Beltrones, otro político indiscutiblemente inteligente, no va a entrar en una confrontación frontal, porque no va a apostar a un división del priísmo por el tema Elba, cuando tanto el presidente del partido, Humberto Moreira, como Enrique Peña Nieto y varios otros gobernadores, mantienen una buena relación con ella y la contemplan como una aliada. Peña Nieto, Ebrard, Cordero o Lujambio, siguen siendo las opciones abiertas para ese acuerdo. Cuanto más cerrados se perciban los comicios del 2012, mayor será la presión para la negociación.
Y esto ocurre con Elba, el SNTE y el Panal, porque son de los pocos actores de peso que no están ya amarrados a alguna precandidatura.
El PT y Convergencia ya han apostado por López Obrador. Marcelo cuenta con el apoyo de Nueva Izquierda pero también de varias corrientes del partido que se han ido alejando de López Obrador pero esa disputa sigue abierta: el intento de Alejandro Encinas, luego de su pésimo desempeño en el estado de México, de regresar a la coordinación del grupo parlamentario de diputados, es una demostración de que el lopezobradorismo le disputará a Ebrard todos los espacios posibles.
En el PAN, Javier Lozano seguramente declinará, en una semana, como de alguna forma lo ha adelantado, sus aspiraciones presidenciales y terminará apoyando a Ernesto Cordero o a Alonso Lujambio. El PAN debe aprovechar a Lozano, es el político mejor preparado que tienen a nivel de gabinete para afrontar un proceso electoral y dar, en el mejor sentido de la palabra, la lucha contra sus adversarios.
Eso explica el nivel de confrontación y de interlocución de Javier. Mientras tanto, habrá que insistir en que no puede haber tantos precandidatos dentro del propio gabinete, más aún con Josefina creciendo muy firmemente y con Creel dispuesto a dar la pelea desde el llano.
En el PRI no todo es color de rosa. El verdadero proceso interno comenzará en el momento en que Peña Nieto deje la Gubernatura en septiembre: desde entonces y hasta noviembre veremos qué tan preparado está el priísmo para afrontar la elección del candidato sin conflictos internos. Recordemos que en esos meses se dio, en el 99, la ruptura entre Labastida y Madrazo, y en el 2005 entre el propio Madrazo y Elba Esther por una parte y con el Tucón y Montiel por la otra. No pueden repetir el error.
Nos vamos 10 días de vacaciones. Al regresar, este escenario tendrá que estar mucho más definido aún. Nos reencontramos el 28 de julio.
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