El diario The Wall Street Journal publicó en su edición de ayer que el Departamento de Justicia de Estados Unidos prepara el despido del director interino de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), Ken Melson, quien junto con otros mandos permitió el tráfico ilegal de armas a México, en la operación identificada como Rápido y furioso.
La estrategia tuvo como propósito enviar armas para tratar de localizar las redes de tráfico ilegal, así como de los crímenes en los que han sido utilizadas.
Según un informe de legisladores republicanos difundido el miércoles de la semana que concluye, este programa provocó la muerte de varias personas, entre ellas un agente de la Patrulla Fronteriza y, finalmente, la estrategia no consiguió su objetivo de delinear la cadena de corrupción en el trasiego de armas que son utilizadas por los cárteles mexicanos.
La idea de Rápido y furioso era establecer un nexo entre los vendedores de armas y las organizaciones criminales que operan en México, al crear una base de datos con los artefactos adquiridos a pequeña escala para compararlas con las halladas en escenas del crimen de ambos lados de la frontera.
En la audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes realizada el miércoles pasado, fue presentado un documento de legisladores que señalaba que Melson y otros dos mandos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos supieron que durante 2009 y 2010 se desarrolló el polémico operativo.
El rotativo estadunidense cita fuentes anónimas para informar que la remoción sería la próxima semana, luego de que en el Congreso fueron revelados datos que involucran a los aún funcionarios públicos con el programa Rápido y furioso.
Según la versión de WSJ, la próxima semana el procurador general de Estados Unidos, Eric Holder, se reunirá con Andrew Traver, jefe de la oficina de ATF en Chicago, para analizar el caso.
Tanto el presidente Barack Obama como Holder han negado tener conocimiento de Rápido y furioso.
La estrategia tuvo como propósito enviar armas para tratar de localizar las redes de tráfico ilegal, así como de los crímenes en los que han sido utilizadas.
Según un informe de legisladores republicanos difundido el miércoles de la semana que concluye, este programa provocó la muerte de varias personas, entre ellas un agente de la Patrulla Fronteriza y, finalmente, la estrategia no consiguió su objetivo de delinear la cadena de corrupción en el trasiego de armas que son utilizadas por los cárteles mexicanos.
La idea de Rápido y furioso era establecer un nexo entre los vendedores de armas y las organizaciones criminales que operan en México, al crear una base de datos con los artefactos adquiridos a pequeña escala para compararlas con las halladas en escenas del crimen de ambos lados de la frontera.
En la audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes realizada el miércoles pasado, fue presentado un documento de legisladores que señalaba que Melson y otros dos mandos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos supieron que durante 2009 y 2010 se desarrolló el polémico operativo.
El rotativo estadunidense cita fuentes anónimas para informar que la remoción sería la próxima semana, luego de que en el Congreso fueron revelados datos que involucran a los aún funcionarios públicos con el programa Rápido y furioso.
Según la versión de WSJ, la próxima semana el procurador general de Estados Unidos, Eric Holder, se reunirá con Andrew Traver, jefe de la oficina de ATF en Chicago, para analizar el caso.
Tanto el presidente Barack Obama como Holder han negado tener conocimiento de Rápido y furioso.
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