¡Vaya par!

Francisco Rodríguez / Índice Político

Agustín Carstens fue el martes a Canadá… ¡y lo batearon! “Tocado” por las manitas de Felipe Calderón, ha emprendido una tournée mundial en busca de apoyo a su candidatura por la principal de las gerencias del Fondo Monetario Internacional. Y fue en esa calidad de aspirante que en Ottawa el también gobernador del Banco de México dijo en entrevista de prensa que se había reunido con el secretario del Tesoro estadounidense Timothy Geithner y con el homólogo canadiense de éste, Jim Flaherty, de quienes no obtuvo el compromiso de respaldo a su aspiración.

“He hablado con el secretario Geithner y básicamente lo que dijo es lo que ha repetido más de una vez, y es que tanto la señora Christine Lagarde –la otra pretendiente, apoyada por la Unión Europea– y yo somos candidatos creíbles y que dan la bienvenida y esperamos a un proceso abierto”, dijo Carstens.

No obstante, la verdad es que Flaherty sugirió la posibilidad de que surjan candidatos adicionales.

Carstens pasea ahora por uno de los países BRIC’s. En Nueva Delhi ha buscado el apoyo de este bloque de países con economías llamadas emergentes, mismos que –paradójicamente– no lo observan como un candidato que pudiese representar sus intereses. Lo ven como “gringo”.

Y los propios “gringos” no lo respaldan.

Porque Carstens, en realidad, es un estadounidense con pasaporte –y cargos– mexicanos. Educado en Chicago. Casado con una ciudadana de esa nacionalidad. Con hijos que estudian en Estados Unidos. Su futuro no está en México. Cuando deje de escalar burocráticamente, muy seguramente radicará allá.

Nadie en sus sano juicio –de lo que de tarde en tarde carecen en Los Pinos– entiende la obcecación de postularlo a un cargo que, de antemano se sabe, no va a ganar. Que dizque porque representaría un reconocimiento a lo bien que va la macroeconomía en México. Que dizque porque hay que romper la hegemonía europea en el cargo. Que –como con Echeverría, en su momento– dizque con él se establecería un nuevo orden económico internacional…

¡Puras zarandajas! La verdad es que la candidatura de Carstens, ahora mismo, es más que similar a la precandidatura presidencial panista de su sucesor en Hacienda Ernesto Cordero. Fallidas. Ridículas, además. Y sí, “tocadas” ambas por las manitas de Calderón.

Porque de ridículo en ridículo es que el joven Cordero ha venido labrando el incremento de su “presencia” mediática. Dicen ahora que “a propósito”. Que de lo que se trata es de que sea conocido… aunque sea por la sarta de estupideces que una semana sí y otra también suelta cachazudo ante los micrófonos y las grabadoras de los reporteros.

Si de eso se trata, habría que aportarle las de los siguientes meses y semanas: que el seleccionado nacional de futbol ganará el siguiente Campeonato Mundial de Futbol… que la fallida Administración de Calderón va ganando la guerra a la delincuencia –aunque sería un cover o reprise de su ex compañero de gabinete Medina-Mora… que habrá suficiente abasto de maíz en los próximos meses… Y que todo ello lo demuestre con gráficas y mamagramas en conferencia de prensa desde el salón Panamericano del mismísimo Palacio Nacional.

¡Vaya par! ¿Es en ellos en quienes está depositada la precaria estabilidad financiera del país?

Deberían ser serios. Como era antes en esos cargos. Devaluaban, asaltaban al erario, creaban Fobaproas para robar a los pobres y enriquecer a los millonarios… y ni siquiera sonreían.

Falta hoy el espíritu flemático que en otros tiempos resumía la casta financiera del país. Esa que, en su momento, criticaba al entonces secretario de Hacienda José Ángel Gurría por usar blazersdeportivos y no trajes de tres o cuando menos dos piezas.

Con este par sumergido permanentemente en el ridículo, en fin, es que México va a enfrentar la debacle económica que se avecina.

Hagan sus apuestas. ¿Antes de que termine este año? ¿O ya en el electoral 2012?

¡Pónganse serios, por favor!

Índice Flamígero: “Falacia que más mexicanos vayan a la escuela y tengan casa propia” intitula la corriente perredista Nuevo Sol a su comunicado de ayer jueves: Los resultados que arroja el más reciente Índice de Percepción Ciudadana sobre la Economía y Seguridad de los Mexicanos elaborado por GEA/ISA, que señalan que la gestión de Felipe Calderón se ubica actualmente en 45 por ciento de aprobación entre los mexicanos, ratifican el fracaso de la guerra del presidente contra el crimen organizado y el hartazgo de los ciudadanos ante las precarias condiciones económicas en la que viven millones de familias, a pesar de los discursos de funcionarios que se empeñan en maquillar la realidad con cifras insostenibles. A pesar de las evidencias que demuestran la precaria realidad en que viven millones de mexicanos, Felipe Caderón sigue empeñado en tratar de convencer a los mexicanos que la economía del país ha mejorado durante los 10 años en que los panistas han gobernado el país. Siguiendo el mal ejemplo de Ernesto Cordero, el panista aseguró ante empresarios que actualmente existen más mexicanos que tienen casa propia y que hay más niños que asisten a la escuela, dos falacias que caen por su propio peso que se reflejan en las encuestas. No existen más mexicanos con casa propia, lo que hay son más personas con créditos hipotecarios con altas tasas de interés a pagar durante los próximos 20 o 30 años. La descontrolada política gubernamental de crédito al consumo sólo ha ocasionado que la cartera vencida del sector haya crecido un 19 por ciento desde 2008, según datos del Buró de Crédito. De nada sirve que a más mexicanos hayan tenido la posibilidad de acceder a un crédito de esa índole cuando al menos 4.9 millones de viviendas en todo el país se encuentran abandonadas por sus moradores a causa de la violencia que azota a todo el país. Aunque para el director del Infonavit, Víctor Manuel Borrás Setién, la razón principal de que casi cinco millones de viviendas se encuentren deshabitadas se halla en la falta de fuentes de trabajo y no en la inseguridad del país, el resultado es el mismo: muchas más familias que no habitan ni pagan sus casas, lo que se convierte en un círculo vicioso de lamentables repercusiones económicas para el país que no se quiere reconocer. En cuanto a que actualmente hay un mayor número de estudiantes mexicanos que asisten a la escuela, basta leer las cifras que arroja la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce que en lugar de estar en las aulas, 3.6 millones de niños y niñas mexicanas -que representan el 10 por ciento de los ciudadanos menores de 14 años- trabajan en diversos sectores de la economía. Mención aparte merecen los más de siete millones de jóvenes mexicanos a los que el gobierno de Calderón les ha negado oportunidades de empleo y de educación, que imploran por cambios que les permitan desarrollar sus capacidades y habilidades. Felipe Calderón debe dejar a un lado la postura autista en la que se encuentra instalado y recapacitar que no es con ese tipo de afirmaciones como se solucionarán los graves problemas económicos y sociales que aquejan a los mexicanos. Los ciudadanos no necesitan declaraciones estridentes que sólo insultan su inteligencia, sino verdaderas alternativas para contribuir al progreso de la economía de sus familias.

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