Un México limpio

Francisco Rodríguez / Índice Político

Este domingo 5 de junio, ayer, la Fundación Azteca –fondeada por la llamada televisora del Ajusco–, llevó a cabo un programa de alcance nacional denominado Limpiemos Nuestro México, en el que se invita a los individuos, tanto como a las comunidades, a recoger la basura que no sólo afea, incluso que convierte en insalubre a la mayor parte del territorio nacional. Su convocatoria ha sido un éxito. Y no sólo por la entusiasta participación de los televidentes, sobremanera por la gran cantidad de desechos que se ha conseguido confinar. Tres millones 210 mil 151 brigadistas no son poca cosa.

Porque hay basura en todas partes. En las cañadas y barrancas. En los lechos de los ríos, secos al parecer ya para siempre. Ni qué decir de la que se acumula en las calles, en los arroyos de las carreteras, en las playas, en los patios y traspatios de las zonas rurales e, incluso, de las áreas urbanas donde habitan las clases trabajadoras y aún quienes se encuentran en situación de miseria.

Hasta hoy, basura y pobreza parecen ser sinónimos de la insalubridad que anualmente cobra millones de víctimas en países como el nuestro. Lo ve así, por ejemplo, Jeffrey Sachs, un investigador estadounidense que publicara en marzo de 2005, en la revista Time, un artículo sobre “Cómo acabar con la pobreza”, basado en su ensayo del mismo título. Las fotos que acompañan el ensayo retratan a chicos sin hogar, recogedores de basura en vertederos, heroinómanos. Son imágenes de personas “de usar y tirar”, personas cuyas vidas, recursos y medios de vida les han sido arrancados a través de procesos de exclusión brutales e injustos, que generan miseria para la mayoría y prosperidad para unos pocos.

La basura, por ende, es el derroche de una sociedad del desperdicio.

Pero es la proliferación de basura la que nos coloca en el rango no de una sociedad pobre, sino de una pobre sociedad.

Carecemos de la formación necesaria ya no para reciclar nuestros desechos, incluso para no tirarlos a la calle o acumularlos sin más provecho que el que sí obtienen roedores, mosquitos, y cuanto bicho transmite enfermedades.

El servicio de recolección de basura que prestan los gobiernos municipales es harto deficiente. Los tiraderos o vertederos son insalubres, al aire libre, cuando ya existen tecnologías que transforman a la basura en energía. ¡Vaya, ni siquiera hay botes de basura en las cuales depositar envolturas, chicles, colillas de cigarrillos en las calles.

La raíz de nuestros problemas sanitarios está en la insalubridad que campea en todo el país. Y, claro, en la máxima incapacidad de las autoridades administrativas para combatirla.

Limpiar a México es una exigencia. No sólo ahora, cual medida profiláctica. Y no sólo de desperdicios materiales, cual exitosamente lleva a cabo la Fundación Azteca.

Hay que limpiar a México de la pandemia de corrupción que provoca el desvío de miles de millones de pesos no sólo a los bolsillos de unos cuantos -administradores públicos y sus cómplices de la iniciativa privada–, incluso el desvío de miles de millones de pesos que los partidos políticos usufructúan para sólo producir millones de toneladas de basura so pretexto de sus campañas políticas.

La insalubridad campea incluso en clínicas y hospitales del IMSS, del ISSSTE y de la propia SSA,
Hay que limpiar a México. También su suciedad y su generalizada situación insalubre -más las cloacas de la política– alejan a las inversiones y al turismo.

Hay que limpiar a México de personajes como Jorge Hank Rohn, sí, pero también de otros muchos políticos del PAN, del propio PRI, del PRD que a diario ensucian nuestras vidas.

Hay que limpiar a México de empresarios, líderes, religiosos, también periodistas, que sólo ven por su propio provecho, dejando a un lado el muy superior de servir a los demás.

En fin, que llegó la hora de verdaderamente limpiar a nuestro país.

Índice Flamígero: Nada podrá desmentir al imaginario popular. La peculiar detención de Jorge Hank Rohn, sin orden de cateo y mucho menos de aprehensión, fue calculada con fines electoreros por la fallida Administración de Felipe Calderón. Claro, para beneficiar al partido de “la gente decente” (jejeje). El personaje es controversial. De él se dicen muchas más cosas malas que buenas: su presumible autoría intelectual en el asesinato de Héctor “El Gato” Félix, cofundador con el también ya finado Jesús Blancornelas del semanario tijuanense Zeta. Las amenazas de muerte a la presidenta del SNTE. Sus ingestas de bebidas a base de pene de león, incluso. Pero, ¿a qué usar a las Fuerzas Armadas en un acto atrabiliario? ¿Qué no para eso están los “sacerdotes cívicos”, genízaros o “cuicos” de Genaro García Luna, incluso los de Marisela Morales? En las filas del Ejército hay quienes se rebelan ante este abuso que se comete en contra de sus integrantes, al obligarlos aingresar a domicilios privados sin autorización de sus propietarios, y ahora hasta con fines electoreros.

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