Eduardo Portas
La semana pasada toqué brevemente uno de los puntos centrales del libro Ciudadanos mx, que documenta el impacto que tuvo el uso de Twitter en una serie de movimientos sociales mexicanos.
Ahora entrevisto para este espacio a los autores Ana Vega y José Merino (Ciudad de México, ambos de 36 años), quienes ofrecen sus puntos de vista no solamente sobre su obra recién publicada, sino sobre el fenómeno de Twitter en México. Sus opiniones no dejan de ser polémicas, pero son, antes que nada, muy interesantes.
¿Entonces sí son muy tuiteros?
(José) Pepe Merino: Sí, sin ningún doblez. Me pasó algo muy curioso que supongo que le pasó a mucha gente: abrí mi cuenta en Twitter en diciembre del 2008 y dije “¿y esto para?”. En lugar de leer a mis amigos prefería hablar con ellos. Ya en diciembre del 2009 lo empecé a usar mucho más y me dieron dos meses de “no puedo creer lo que es Twitter”. Quedé maravillado, asombrado y que había mucha disposición de participar en cosas en México que yo no había visto.
Eso fue lo que dio origen al libro. Es un intento por documentar episodios en los que Twitter fue una herramienta clave para fijar agendas ciudadanas, o visibilizarte más, o discutir o simplemente no dejar de discutir temas importantes.
Ana Vega: Yo no soy tan tuitera, pero soy muy lectora de Twitter.
¿Cómo vouyerista?
A.V.: Un poco. También tuiteo, por supuesto. Pero me divierte mucho leer Twitter, también me informo. Sé por donde va la tirada del día. Lo primero que hago por la mañana es abrir mi Twitter y ver qué está sucediendo. Si me veo que hay que me interesa ya me meto por ahí.
Pepe tiene razón. Yo también abrí mi cuenta un tiempo antes, un poco antes que Pepe. A mí me pasó algo muy raro—no sé si te lo he contado alguna vez Pepe—. Yo leía páginas de tecnología y leía Twiter, Twitter, Twitter y decía “¿qué es esto? No entiendo”. Entonces me meti a Twitter y bajé un video llamado “Qué es Twitter”.
P.M.: Oh my God…
A.V.: Es un gran video en el que el pajarito de explica cómo se usa. Y en ese momento abrí mi cuenta y empecé a hacerlo.
¿No creen que hay mucho revolucionario de café en Twitter?
P.M.: ¿Y cuál es el problema con eso? Uno se moviliza con una pancarta en la calle y el otro en el Twitter. A ver, ¿qué te resulta más informativo? Una pancarta con un señor en la esquina o un tipo con un Twitter que lee y manda un link a un contenido que es útil. A mí me parece que lo segundo. O las dos cosas. En todo caso no están en competencia.
Es un poco la discusión que recorre transversalmente el libro. Mucha gente que inició temas importantes en Twitter lo hizo desde la comodidad de su hogar, pero hubo gente que tuvo la disposición, inteligencia o energía para decir “ok y qué sigue”. Sigue vamos al Senado, al Ángel, un aventón ciudadano. Hay muchas formas.
La parte que más me intriga de esta parte de activistas—el hacktivism—es generar información, debatir esa información y generar un discurso que permita que gente se agregue o no entorno a un tema. Me parece una forma infinitamente más útil, transparente y deliberativa que un movimiento como Antorcha que saca a su gente dos veces al año a bloquear Reforma.
A.V.: Aquí es pertinente el debate de activismo digital. Parte de lo capítulos tratan de eso. Tratan de responder a esa crítica de activistas más duros, digamos, que creen que salir a las calles es la única forma de lograr las cosas. Lo que dice ellos es que “a mí Twitter o Facebook, pero en particular Twitter, me llevó del punto A al punto D. Y me ayudó a lograr estos objetivos”. Creo que en ese ya prueba su valía.
La otra parte que tiene que ver con el activismo digital tiene que ver con la ausencia de barreras físicas. Nos dimos cuenta con la masacre de Salvarcar, en donde se hizo el hashtag de 15×15 en donde había gente de todo México, y me atrevo a decir de todo el mundo, en donde había gente participando de manera simbólica sí, desde su casa sí, pero creando comunidad. Y ese asunto es el tema central de herramientas como Twitter.
Eso lo entiendo. Pero yo lo que veo es que la gran mayoría de los tuits son de quejas. La gente reconoce que la situación está mal, pero entonces tú qué estás haciendo para cambiar eso.
A.V.: Tú eres un reflejo de lo que somos todos. Tu vas a un café y es lo mismo. Twitter es un reflejo de quienes somos como sociedad. Yo no lo vería como problema, sino como un síntoma de quienes somos. Y ahí está.
P.M.: En varios sentidos este un libro dirigido a gente que comparte un poco tu opinión. Estos son ejemplos muy claros de cómo, sin demasiado esfuerzo, y con una claridad discursiva, puedes realmente afectar algo. Un ejemplo muy claro: el tema de la guardería ABC. Ha habido infinidad de episodios en torno a ese tema cuya única meta era decir no “podemos olvidar esto” y llamar la atención de los medios masivos sobre el tema. Hubo una cosa que se llamó Silencio Tuitero que fueron 49 minutos, uno por cada uno de los niños muertos, sin tuitear. La única idea era dejar de tuitear 49 minutos y durante ese momento @alconsumidor, que es Daniel Gershenson, va a dar cada minuto el nombre de cada uno de los 49 niños que murieron. ¿Es inútil? ¿Está ocurriendo en la calle? Pues no, muchos medios lo recuperaron.
A.V.: Reconectar con la comunidad. Son herramientas que utilizadas inteligentemente reconectan al ciudadano con los temas, con el dolor de alguien más, con la frustración, y eso yo creo que es valioso en sí mismo. ¿Puede suceder fuera de Twitter? ¡Sí, qué bueno que suceda! Lo que quisimos hacer es decir aquí esto funciona así.
Aunque ustedes mismos dicen en las primeras páginas del libro que Twitter es una fuente inagotable de entretenimiento.
P.M.: Como en la vida.
Claro, pero a menos que yo haya sido uno de los afectados directamente por alguna de las tragedias, esto es entretenimiento. Yo voy ahí para ver qué está pasando.
P.M.: Twitter es tu timeline. Si tú eres panbolero y sólo te gusta el futbol, vas a seguir a gente que sólo habla de futbol porque lo único que quieres saber y no te vas a enterar de nada más. Hay temas que se vuelven trending topics nacionales que yo no veo un solo tuit con ese hashtag en mi vida. ¿Quiénes son esas personas que andas tuiteando de los Jonas Brothers? En mi timeline no aparecen. Hay tantos Twitters como tuiteros hay.
No tenemos por qué ser solemnes. Los temas son serios pero nosotros no tenemos porqué serlo. Te voy a dar un ejemplo: @roblesmaloof, que co-escribe junto con @alconsumidor el tema de la vigilia, el 15×15 y la guardería ABC es un tipo con un gran sentido del humor, la mitad del tiempo está chacoteando, pero que cuando hay que ponerse serio en un tema se pone serio. No excluye. Yo creo que te da mucho mayor credibilidad ver que eres una personita de carne y hueso, a veces me encabrono, a veces chacoteo, a veces me pongo serio, a veces comparto información, a veces troleo a otros, soy muchas cosas. Pero cuando hay un tema que a mí me importa, sobre el que me siento apasionado, sobre el que siento que tengo información útil voy y uso Twitter para eso. Como en la vida, manito.
A.V.: Lo dijo muy bien.
P.M.: Pero no estamos aquí para defender a Twitter.
No, claro. Yo sólo les pregunto lo que ustedes pusieron en su libro. Yo lo veo así y a mí eso me quedó como anillo al dedo, lo de que es entretenimiento. Sí, yo lo uso para entretenerme, aunque de ahí saco el 70 por ciento de información. A mí como profesional me sirve perfectamente bien como herramienta para obtener información. Es más rápido que otros portales. Lo único que digo es esto: ¿es la misma naturaleza del medio la que te hace verlo como entretenimiento o es más bien en timeline de cada uno?
P.M.: No parece una pregunta relevante.
¿Por?
P.M.: Porque es decir que en la vida hay gente muy mala, muy buena y también regular. Twitter es como la vida, lo dijo Ana muy bien. Ahora en términos de lo que el libro aborda, una constante en los capítulos y en las respuestas que escriben Katia D´Artigues, Mario Campos, David Razú, el senador Castellón dicen “estos son los límites de Twitter”. Y ahí están las preguntas, “usamos estas estrategias, pero aquí nos falló, pero esto nunca realmente despegó y luego nos dimos cuenta de que Twitter era realmente bueno para eso pero no para esto otro”.
A.V.: Además es el Twitter de entonces. Siendo Twitter lo que son cada uno de sus tuiteros que lo componen, pues si había 146 mil personas intensivas y hoy hay muchas miles más, pues quién sabe cómo se está transformando ese adorable monstruito, quién sabe para dónode va a ir. Se puede poner muy político, muy frívolo, cambia todo el tiempo. Yo sí creo que es relevante tu pregunta, pero creo que más bien la respuesta está en—y tú lo sabes—en que cada quien hace de su Twitter lo que quiera hacer de su Twitter. Si tú te quieres pasar la vida discutiendo sobre Ninel Conde, pues lo vas a hacer. Existiera o no existiera la red social.
Lo que está interesante de las personas que ustedes retoman para hacer su libro y también aquellos que están en su área de influencia es que es…
P.M.: endogamia total.
Sí, es un club. Esa gente, ustedes lo saben perfectamente bien, es la lleva los debates.
A.V.: Es un club que se sabe hacer escuchar, que además ha crecido de cuando lo escribimos al libro a ahora. ¿Cuál es la crítica? Pues que tal vez son unos poquitos haciendo ruido, pues sí, qué padre que esos hagan ruido, qué padre que hubiera muchísima gente más haciendo ruido en otros miles de temas.
P.M.: Si hoy por la razón que fuera el tema más importante tuviera que ver con energía nuclear, no serían ni @roblesmaloof, ni @andreslajous, ni yo ni Ana Vega quienes llevarían la batuta. Sería un persona que tuviera un doctorado en física nuclear. Porque él sabe más.
A.V.: Que si convence a una masa crítica se convierte en el ruidoso que logra posicionar temas en la agenda pública y los medios lo resumen.
Muchos de estas personas que escriben en su libro son personas que están en medios grandotes, que han sabido usar el Twitter como caja de resonancia. La importancia de estar en radio, en la pantalla…
P.M.: Vas a decir que soy un contreras, pero es justamente lo que muestra el libro es que ese no es el caso.
Me refiero a los líderes.
P.M.: No, a ver, hay dos personas que están en medios, big outlets, Mario Campos y Katia D´Artigues. Pero está @alconsumidor que es un señor que está en Polanco y que un día le llegó mal el recibo del teléfono y eso lo llevó a ser un activista de tiempo completo.
Pero está el diputado (Davi Razú) también. Está la persona de Radio Ibero.
A.V.: Ricardo Zamora.
P.M.: Sí, él fue de los primeros tuiteros en México. Es el ejemplo prototípico del early adopter. El tema es que hay de todo. Te das cuenta de la varianza. Hay desde Ricardo Zamora que era el que más seguidores tenía y otra autora (@sinkdeep), que al momento de escribir el libro tenía 200 y cacho seguidores. Con eso le alcanzó para posicionar un tema en la agenda para posicionar un tema en la agenda e ir al Senado y platicarlo y hacer cosas que nadie nunca se hubiera imaginado en este país.
A.V.: Muchos tienen espacios, más allá de los grandes líderes de opinión, cuyos seguidores se cuentan en miles, hay otros personajes que con la ayuda de Twitter se han vuelto referentes en ciertos temas. Si alguien quiere tener en su programa a alguien controversial pues le hablan a Andrés Lajous. Son cajas de resonancia muy útiles en términos de sus causas y en sus personas.
¿De dónde este afán de publicar lo que digo, lo que hago, lo que pienso?
P.M.: No escribimos como de somos expertos en redes sociales. Era simplemente documentar experiencias. Nos pareció que habiendo en México tantas carencias en términos de canales de participación, que documentado lo que había en Twitter se podía generar entusiasmo e incentivos en mucha gente más para llevar sus temas.
A.V.: Es útil.
P.M.: ¿Cuál es el afán de hablar?
Lo digo porque hay gente que usa Twitter para hacer monólogos. Y están dale y dale.
A.V.: Tengo curiosidad de ver tu timeline (risas)
Pues yo creo que la gente piensa muy distinto. Tú te puedes levantar por la mañana y decir hoy quiero compartir…
¿No hay mucha soledad interactiva?
P.M.: No.
A.V.: No creo que para todos los casos. Otra vez, supongo que ha de haber gente muy sola en la realidad que no sale de su casa y no se conecta ni al teléfono. La condición humana es compleha.
P.M.: Hay cosas totalmente inútiles, privadas, que te genera mucho placer compartir. Yo tengo tres gatos. Ana tiene tres perras y dos gatos. Subir fotos de mis gatos y que los chuleen y que a mí me manden fotos de sus gatos no sabes el placer que me genera. ¿Tiene una utilidad pública? No. ¿Por qué lo hago? Pues, ¿why the fuck not? Es un gustito y siento bonito y si alguien más me manda sus fotos se lo voy a agradecer de por vida. No tiene utilidad pero sí estamos generando comunidad.
A mucha gente le asusta el tema de cómo vas a hermanar con una tipa que vive en Tijuana, en Juárez, pues resulta que sí hermano porque yo tengo gatos y ella también y hablamos de gatos tres horas. De las relaciones más cercanas que he sacado comenzaron hablando de nuestras abuelas. No hay un tema más sensible para mí, para la persona también y hablamos de eso y nos conocemos y somos cuates. Realmente no estás solo nunca.
A.V.: Yo sí creo que hay gente muy sola. Los lees y dices “madres, qué triste”. También hay gente muy enojada. Hay días que yo prefiero no participar o que todo el mundo está enojado en mi timeline y digo “no gracias”, o sea, no tengo estómago por muchas razones. La gente comparte por muchas razones. Somos complejos.
¿Podrían vivir sin Twitter?
P.M.: ¿Por qué sería ese un escenario que me tendría que plantear? Realmente Twitter viene a cambiar la forma en que nos comunicamos. Lo hace infinitamente más fácil. Empezamos con ICQ y de ahí nos seguimos, o en el MSN o en cadenas de correos y lo que viene a hacer Twitter es hacerlo más fácil y más barato en una plataforma muy sencilla y muy diseñada para compartir información.
¿Qué si podría vivir sin Twitter? Seguramente, no me voy a morir. Pero hoy aquí en mi vida no es un escenario que me planteé.
A.V.: No tengo ningún interés en dejar Twitter. Pero ¿para qué?
P.M.: Como podrías vivir sólo en la Antártica sin hablar con nadie, pero para qué. No te vas a morir, pero ¿como para qué?
Comentabas ahorita sobre las amistades. ¿Qué otro beneficio real les ha traído Twitter?
P.M.: Publicar un libro.
A.V.: Esa es la más concreta. Publicar un libro. Pues generar comunidad, a mí esa parte me hace sentir mucho menos en el abandono. Mi timeline es una en donde me siento a gusto. Yo sé que hay gente que le importan cosas que a mí me importan y son cosas que me hacen sentir menos frustrada con el tráfico y la incivilidad en la calle, la insensibilidad de los políticos mexicanos. Me hace sentir conectada con causas y con cosas. No es la única forma en que conecto en la vida, pero me hace sentir bien.
P.M.: Es como tener un amigo muy generoso. Es como el amigo gruñón que de repente es muy cagada. A mí me ha dado muchísima información a la que no hubiera podido acceder de otra forma. O que me hubiera tardado años. Me ha conectado con gente que aporta en Twitter y fuera de Twitter. Me ha permitido ser parte de casi todos los episodios que redactamos en el libro. Yo era una persona que no movía un dedo en la vida, nunca protestaba, nunca hice absolutamente ningún activismo de nada. No soy activista pero estar en Twitter me hizo ser parte de agendas que yo comparto.
Y lo que decía Ana. Es muy fácil perder la fe o el optimismo en este país. Sales a la calle y ves cómo los automovilistas tratan a los peatones y dices “bueno, no puede ser la forma en que nos tratamos el uno al otro”. Cuando tú llegas a Twitter y te das cuenta que hay una persona que tiene un albergue para perros o que hay una mujer que en Ciudad Juárez está haciendo una labor muy específica con las madres de mujeres desparecidas. O alguien como Daniel Gershenson que hizo suyo el tema de la guardería ABC y fue a Hermosillo y conoció a los papás. O Andrés Lajous, que es obsesivo de buena manera con el tema de la reforma política. Al final del día dices “mira, este es un país que tiene esperanzas y no se va a dar por vencida y que va a seguir con sus temas y agendas y hace una diferencia”.
Para terminar, ¿por dónde creen que va a ir el uso de Twitter en México?
P.M.: Creo que va a ir como en Estados Unidos. No hay vuelta a atrás. Va a seguir creciendo. Lo que ocurre en Estados Unidos es que hay millones de tuiteros, como en Japón o Indonesia. Entre más gente, más perfiles y se va pluralizando.
Si se va decir despolitizar, pues yo supongo que se diluirá un poco. Los primeros usuarios eran pocos y mucho más intensos. Yo no creo que Twittter deje de ser una herramienta útil de activación política.
A.V.: Si tu ves los trending topics de otros países, en donde hay muchos más tuiteros, te das cuenta de que la proporción de hashtags o TTs que tienen que ver con política o con discusiones públicas, pues es similar a la mexicana, son dos o tres. Yo creo que por ahí seguirá yendo el asunto. Es lo que ha pasado en otros lugares.
P.M.: Corran a comprar el libro.
La semana pasada toqué brevemente uno de los puntos centrales del libro Ciudadanos mx, que documenta el impacto que tuvo el uso de Twitter en una serie de movimientos sociales mexicanos.
Ahora entrevisto para este espacio a los autores Ana Vega y José Merino (Ciudad de México, ambos de 36 años), quienes ofrecen sus puntos de vista no solamente sobre su obra recién publicada, sino sobre el fenómeno de Twitter en México. Sus opiniones no dejan de ser polémicas, pero son, antes que nada, muy interesantes.
¿Entonces sí son muy tuiteros?
(José) Pepe Merino: Sí, sin ningún doblez. Me pasó algo muy curioso que supongo que le pasó a mucha gente: abrí mi cuenta en Twitter en diciembre del 2008 y dije “¿y esto para?”. En lugar de leer a mis amigos prefería hablar con ellos. Ya en diciembre del 2009 lo empecé a usar mucho más y me dieron dos meses de “no puedo creer lo que es Twitter”. Quedé maravillado, asombrado y que había mucha disposición de participar en cosas en México que yo no había visto.
Eso fue lo que dio origen al libro. Es un intento por documentar episodios en los que Twitter fue una herramienta clave para fijar agendas ciudadanas, o visibilizarte más, o discutir o simplemente no dejar de discutir temas importantes.
Ana Vega: Yo no soy tan tuitera, pero soy muy lectora de Twitter.
¿Cómo vouyerista?
A.V.: Un poco. También tuiteo, por supuesto. Pero me divierte mucho leer Twitter, también me informo. Sé por donde va la tirada del día. Lo primero que hago por la mañana es abrir mi Twitter y ver qué está sucediendo. Si me veo que hay que me interesa ya me meto por ahí.
Pepe tiene razón. Yo también abrí mi cuenta un tiempo antes, un poco antes que Pepe. A mí me pasó algo muy raro—no sé si te lo he contado alguna vez Pepe—. Yo leía páginas de tecnología y leía Twiter, Twitter, Twitter y decía “¿qué es esto? No entiendo”. Entonces me meti a Twitter y bajé un video llamado “Qué es Twitter”.
P.M.: Oh my God…
A.V.: Es un gran video en el que el pajarito de explica cómo se usa. Y en ese momento abrí mi cuenta y empecé a hacerlo.
¿No creen que hay mucho revolucionario de café en Twitter?
P.M.: ¿Y cuál es el problema con eso? Uno se moviliza con una pancarta en la calle y el otro en el Twitter. A ver, ¿qué te resulta más informativo? Una pancarta con un señor en la esquina o un tipo con un Twitter que lee y manda un link a un contenido que es útil. A mí me parece que lo segundo. O las dos cosas. En todo caso no están en competencia.
Es un poco la discusión que recorre transversalmente el libro. Mucha gente que inició temas importantes en Twitter lo hizo desde la comodidad de su hogar, pero hubo gente que tuvo la disposición, inteligencia o energía para decir “ok y qué sigue”. Sigue vamos al Senado, al Ángel, un aventón ciudadano. Hay muchas formas.
La parte que más me intriga de esta parte de activistas—el hacktivism—es generar información, debatir esa información y generar un discurso que permita que gente se agregue o no entorno a un tema. Me parece una forma infinitamente más útil, transparente y deliberativa que un movimiento como Antorcha que saca a su gente dos veces al año a bloquear Reforma.
A.V.: Aquí es pertinente el debate de activismo digital. Parte de lo capítulos tratan de eso. Tratan de responder a esa crítica de activistas más duros, digamos, que creen que salir a las calles es la única forma de lograr las cosas. Lo que dice ellos es que “a mí Twitter o Facebook, pero en particular Twitter, me llevó del punto A al punto D. Y me ayudó a lograr estos objetivos”. Creo que en ese ya prueba su valía.
La otra parte que tiene que ver con el activismo digital tiene que ver con la ausencia de barreras físicas. Nos dimos cuenta con la masacre de Salvarcar, en donde se hizo el hashtag de 15×15 en donde había gente de todo México, y me atrevo a decir de todo el mundo, en donde había gente participando de manera simbólica sí, desde su casa sí, pero creando comunidad. Y ese asunto es el tema central de herramientas como Twitter.
Eso lo entiendo. Pero yo lo que veo es que la gran mayoría de los tuits son de quejas. La gente reconoce que la situación está mal, pero entonces tú qué estás haciendo para cambiar eso.
A.V.: Tú eres un reflejo de lo que somos todos. Tu vas a un café y es lo mismo. Twitter es un reflejo de quienes somos como sociedad. Yo no lo vería como problema, sino como un síntoma de quienes somos. Y ahí está.
P.M.: En varios sentidos este un libro dirigido a gente que comparte un poco tu opinión. Estos son ejemplos muy claros de cómo, sin demasiado esfuerzo, y con una claridad discursiva, puedes realmente afectar algo. Un ejemplo muy claro: el tema de la guardería ABC. Ha habido infinidad de episodios en torno a ese tema cuya única meta era decir no “podemos olvidar esto” y llamar la atención de los medios masivos sobre el tema. Hubo una cosa que se llamó Silencio Tuitero que fueron 49 minutos, uno por cada uno de los niños muertos, sin tuitear. La única idea era dejar de tuitear 49 minutos y durante ese momento @alconsumidor, que es Daniel Gershenson, va a dar cada minuto el nombre de cada uno de los 49 niños que murieron. ¿Es inútil? ¿Está ocurriendo en la calle? Pues no, muchos medios lo recuperaron.
A.V.: Reconectar con la comunidad. Son herramientas que utilizadas inteligentemente reconectan al ciudadano con los temas, con el dolor de alguien más, con la frustración, y eso yo creo que es valioso en sí mismo. ¿Puede suceder fuera de Twitter? ¡Sí, qué bueno que suceda! Lo que quisimos hacer es decir aquí esto funciona así.
Aunque ustedes mismos dicen en las primeras páginas del libro que Twitter es una fuente inagotable de entretenimiento.
P.M.: Como en la vida.
Claro, pero a menos que yo haya sido uno de los afectados directamente por alguna de las tragedias, esto es entretenimiento. Yo voy ahí para ver qué está pasando.
P.M.: Twitter es tu timeline. Si tú eres panbolero y sólo te gusta el futbol, vas a seguir a gente que sólo habla de futbol porque lo único que quieres saber y no te vas a enterar de nada más. Hay temas que se vuelven trending topics nacionales que yo no veo un solo tuit con ese hashtag en mi vida. ¿Quiénes son esas personas que andas tuiteando de los Jonas Brothers? En mi timeline no aparecen. Hay tantos Twitters como tuiteros hay.
No tenemos por qué ser solemnes. Los temas son serios pero nosotros no tenemos porqué serlo. Te voy a dar un ejemplo: @roblesmaloof, que co-escribe junto con @alconsumidor el tema de la vigilia, el 15×15 y la guardería ABC es un tipo con un gran sentido del humor, la mitad del tiempo está chacoteando, pero que cuando hay que ponerse serio en un tema se pone serio. No excluye. Yo creo que te da mucho mayor credibilidad ver que eres una personita de carne y hueso, a veces me encabrono, a veces chacoteo, a veces me pongo serio, a veces comparto información, a veces troleo a otros, soy muchas cosas. Pero cuando hay un tema que a mí me importa, sobre el que me siento apasionado, sobre el que siento que tengo información útil voy y uso Twitter para eso. Como en la vida, manito.
A.V.: Lo dijo muy bien.
P.M.: Pero no estamos aquí para defender a Twitter.
No, claro. Yo sólo les pregunto lo que ustedes pusieron en su libro. Yo lo veo así y a mí eso me quedó como anillo al dedo, lo de que es entretenimiento. Sí, yo lo uso para entretenerme, aunque de ahí saco el 70 por ciento de información. A mí como profesional me sirve perfectamente bien como herramienta para obtener información. Es más rápido que otros portales. Lo único que digo es esto: ¿es la misma naturaleza del medio la que te hace verlo como entretenimiento o es más bien en timeline de cada uno?
P.M.: No parece una pregunta relevante.
¿Por?
P.M.: Porque es decir que en la vida hay gente muy mala, muy buena y también regular. Twitter es como la vida, lo dijo Ana muy bien. Ahora en términos de lo que el libro aborda, una constante en los capítulos y en las respuestas que escriben Katia D´Artigues, Mario Campos, David Razú, el senador Castellón dicen “estos son los límites de Twitter”. Y ahí están las preguntas, “usamos estas estrategias, pero aquí nos falló, pero esto nunca realmente despegó y luego nos dimos cuenta de que Twitter era realmente bueno para eso pero no para esto otro”.
A.V.: Además es el Twitter de entonces. Siendo Twitter lo que son cada uno de sus tuiteros que lo componen, pues si había 146 mil personas intensivas y hoy hay muchas miles más, pues quién sabe cómo se está transformando ese adorable monstruito, quién sabe para dónode va a ir. Se puede poner muy político, muy frívolo, cambia todo el tiempo. Yo sí creo que es relevante tu pregunta, pero creo que más bien la respuesta está en—y tú lo sabes—en que cada quien hace de su Twitter lo que quiera hacer de su Twitter. Si tú te quieres pasar la vida discutiendo sobre Ninel Conde, pues lo vas a hacer. Existiera o no existiera la red social.
Lo que está interesante de las personas que ustedes retoman para hacer su libro y también aquellos que están en su área de influencia es que es…
P.M.: endogamia total.
Sí, es un club. Esa gente, ustedes lo saben perfectamente bien, es la lleva los debates.
A.V.: Es un club que se sabe hacer escuchar, que además ha crecido de cuando lo escribimos al libro a ahora. ¿Cuál es la crítica? Pues que tal vez son unos poquitos haciendo ruido, pues sí, qué padre que esos hagan ruido, qué padre que hubiera muchísima gente más haciendo ruido en otros miles de temas.
P.M.: Si hoy por la razón que fuera el tema más importante tuviera que ver con energía nuclear, no serían ni @roblesmaloof, ni @andreslajous, ni yo ni Ana Vega quienes llevarían la batuta. Sería un persona que tuviera un doctorado en física nuclear. Porque él sabe más.
A.V.: Que si convence a una masa crítica se convierte en el ruidoso que logra posicionar temas en la agenda pública y los medios lo resumen.
Muchos de estas personas que escriben en su libro son personas que están en medios grandotes, que han sabido usar el Twitter como caja de resonancia. La importancia de estar en radio, en la pantalla…
P.M.: Vas a decir que soy un contreras, pero es justamente lo que muestra el libro es que ese no es el caso.
Me refiero a los líderes.
P.M.: No, a ver, hay dos personas que están en medios, big outlets, Mario Campos y Katia D´Artigues. Pero está @alconsumidor que es un señor que está en Polanco y que un día le llegó mal el recibo del teléfono y eso lo llevó a ser un activista de tiempo completo.
Pero está el diputado (Davi Razú) también. Está la persona de Radio Ibero.
A.V.: Ricardo Zamora.
P.M.: Sí, él fue de los primeros tuiteros en México. Es el ejemplo prototípico del early adopter. El tema es que hay de todo. Te das cuenta de la varianza. Hay desde Ricardo Zamora que era el que más seguidores tenía y otra autora (@sinkdeep), que al momento de escribir el libro tenía 200 y cacho seguidores. Con eso le alcanzó para posicionar un tema en la agenda para posicionar un tema en la agenda e ir al Senado y platicarlo y hacer cosas que nadie nunca se hubiera imaginado en este país.
A.V.: Muchos tienen espacios, más allá de los grandes líderes de opinión, cuyos seguidores se cuentan en miles, hay otros personajes que con la ayuda de Twitter se han vuelto referentes en ciertos temas. Si alguien quiere tener en su programa a alguien controversial pues le hablan a Andrés Lajous. Son cajas de resonancia muy útiles en términos de sus causas y en sus personas.
¿De dónde este afán de publicar lo que digo, lo que hago, lo que pienso?
P.M.: No escribimos como de somos expertos en redes sociales. Era simplemente documentar experiencias. Nos pareció que habiendo en México tantas carencias en términos de canales de participación, que documentado lo que había en Twitter se podía generar entusiasmo e incentivos en mucha gente más para llevar sus temas.
A.V.: Es útil.
P.M.: ¿Cuál es el afán de hablar?
Lo digo porque hay gente que usa Twitter para hacer monólogos. Y están dale y dale.
A.V.: Tengo curiosidad de ver tu timeline (risas)
Pues yo creo que la gente piensa muy distinto. Tú te puedes levantar por la mañana y decir hoy quiero compartir…
¿No hay mucha soledad interactiva?
P.M.: No.
A.V.: No creo que para todos los casos. Otra vez, supongo que ha de haber gente muy sola en la realidad que no sale de su casa y no se conecta ni al teléfono. La condición humana es compleha.
P.M.: Hay cosas totalmente inútiles, privadas, que te genera mucho placer compartir. Yo tengo tres gatos. Ana tiene tres perras y dos gatos. Subir fotos de mis gatos y que los chuleen y que a mí me manden fotos de sus gatos no sabes el placer que me genera. ¿Tiene una utilidad pública? No. ¿Por qué lo hago? Pues, ¿why the fuck not? Es un gustito y siento bonito y si alguien más me manda sus fotos se lo voy a agradecer de por vida. No tiene utilidad pero sí estamos generando comunidad.
A mucha gente le asusta el tema de cómo vas a hermanar con una tipa que vive en Tijuana, en Juárez, pues resulta que sí hermano porque yo tengo gatos y ella también y hablamos de gatos tres horas. De las relaciones más cercanas que he sacado comenzaron hablando de nuestras abuelas. No hay un tema más sensible para mí, para la persona también y hablamos de eso y nos conocemos y somos cuates. Realmente no estás solo nunca.
A.V.: Yo sí creo que hay gente muy sola. Los lees y dices “madres, qué triste”. También hay gente muy enojada. Hay días que yo prefiero no participar o que todo el mundo está enojado en mi timeline y digo “no gracias”, o sea, no tengo estómago por muchas razones. La gente comparte por muchas razones. Somos complejos.
¿Podrían vivir sin Twitter?
P.M.: ¿Por qué sería ese un escenario que me tendría que plantear? Realmente Twitter viene a cambiar la forma en que nos comunicamos. Lo hace infinitamente más fácil. Empezamos con ICQ y de ahí nos seguimos, o en el MSN o en cadenas de correos y lo que viene a hacer Twitter es hacerlo más fácil y más barato en una plataforma muy sencilla y muy diseñada para compartir información.
¿Qué si podría vivir sin Twitter? Seguramente, no me voy a morir. Pero hoy aquí en mi vida no es un escenario que me planteé.
A.V.: No tengo ningún interés en dejar Twitter. Pero ¿para qué?
P.M.: Como podrías vivir sólo en la Antártica sin hablar con nadie, pero para qué. No te vas a morir, pero ¿como para qué?
Comentabas ahorita sobre las amistades. ¿Qué otro beneficio real les ha traído Twitter?
P.M.: Publicar un libro.
A.V.: Esa es la más concreta. Publicar un libro. Pues generar comunidad, a mí esa parte me hace sentir mucho menos en el abandono. Mi timeline es una en donde me siento a gusto. Yo sé que hay gente que le importan cosas que a mí me importan y son cosas que me hacen sentir menos frustrada con el tráfico y la incivilidad en la calle, la insensibilidad de los políticos mexicanos. Me hace sentir conectada con causas y con cosas. No es la única forma en que conecto en la vida, pero me hace sentir bien.
P.M.: Es como tener un amigo muy generoso. Es como el amigo gruñón que de repente es muy cagada. A mí me ha dado muchísima información a la que no hubiera podido acceder de otra forma. O que me hubiera tardado años. Me ha conectado con gente que aporta en Twitter y fuera de Twitter. Me ha permitido ser parte de casi todos los episodios que redactamos en el libro. Yo era una persona que no movía un dedo en la vida, nunca protestaba, nunca hice absolutamente ningún activismo de nada. No soy activista pero estar en Twitter me hizo ser parte de agendas que yo comparto.
Y lo que decía Ana. Es muy fácil perder la fe o el optimismo en este país. Sales a la calle y ves cómo los automovilistas tratan a los peatones y dices “bueno, no puede ser la forma en que nos tratamos el uno al otro”. Cuando tú llegas a Twitter y te das cuenta que hay una persona que tiene un albergue para perros o que hay una mujer que en Ciudad Juárez está haciendo una labor muy específica con las madres de mujeres desparecidas. O alguien como Daniel Gershenson que hizo suyo el tema de la guardería ABC y fue a Hermosillo y conoció a los papás. O Andrés Lajous, que es obsesivo de buena manera con el tema de la reforma política. Al final del día dices “mira, este es un país que tiene esperanzas y no se va a dar por vencida y que va a seguir con sus temas y agendas y hace una diferencia”.
Para terminar, ¿por dónde creen que va a ir el uso de Twitter en México?
P.M.: Creo que va a ir como en Estados Unidos. No hay vuelta a atrás. Va a seguir creciendo. Lo que ocurre en Estados Unidos es que hay millones de tuiteros, como en Japón o Indonesia. Entre más gente, más perfiles y se va pluralizando.
Si se va decir despolitizar, pues yo supongo que se diluirá un poco. Los primeros usuarios eran pocos y mucho más intensos. Yo no creo que Twittter deje de ser una herramienta útil de activación política.
A.V.: Si tu ves los trending topics de otros países, en donde hay muchos más tuiteros, te das cuenta de que la proporción de hashtags o TTs que tienen que ver con política o con discusiones públicas, pues es similar a la mexicana, son dos o tres. Yo creo que por ahí seguirá yendo el asunto. Es lo que ha pasado en otros lugares.
P.M.: Corran a comprar el libro.
Comentarios