En unos cuantos días, Manlio Fabio Beltrones encabezaráa un grupo de senadores que sostendrá una reunión de trabajo bilateral en Washington con sus contrapartes estadounidenses. Esta reunión tendría que haber sido parte de la tradicional Interparamentaria entre los dos países, pero en esta ocasión, la tradición se rompió, y posiblemente para siempre. Los senadores estadounidenses -con la aprobación del propio Beltrones- propusieron hacerlo entre ellos, sin la participación de los diputados. Argumentos hubo varios. Uno sobre jerarquías parlamentarias, y otro sobre las experiencias que ya no desean pasar una vez más. El nombre de un diputado que conocen bien en el Capitolio, aunque no necesariamente por las mejores razones, es el de Porfirio Muñoz Ledo, de quien los senadores estadounidenses dijeron no querer saber nada. No porque no fuera un hombre inteligente, sino por su protagonismo, su eterno discurso trasnochado -términos similar utilizaron-, y porque una reunión con él siempre va a ningún lado. Los senadores quieren hablar de temas de fondo, y pensaron en el Capitolio que los representantes mexicanos, simple y sencillamente, pues no estaban a la altura de las expectativas.
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