Afp, Dpa, Notimex y Reuters
Una huelga general paralizó ayer martes a Grecia, mientras en Atenas unas 20 mil personas participaron en protestas contra el plan de austeridad que se debate en el Parlamento, el cual incluye medidas impuestas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) como condición para acudir al rescate financiero del país con la liberación de 12 mil millones de euros, parte del plan de 110 mil millones concedido en 2010.
Esperamos una participación dinámica y masiva en la huelga y en la marcha hacia el centro de Atenas. Tendremos trabajadores, desempleados, jóvenes, 48 horas en las calles, advirtió el líder del sindicato Adedy, Spyros Papaspyros, que representa a medio millón de funcionarios; el GSEE defiende a 2 millones de trabajadores del sector privado.
Cortes de electricidad, anulación de vuelos y una importante reducción de la actividad económica predominaron durante la jornada. Las autoridades reportaron 37 personas lesionadas, entre ellas tres civiles y 21 policías, y al menos 14 detenciones.
La Unión Europea advirtió a los legisladores griegos que el país se enfrenta a una suspensión de pagos inmediata si no respalda el impopular plan económico esta semana.
Los manifestantes, entre los que se encuentran médicos, burócratas y hasta actores, marcharon pacíficamente por la capital coreando consignas, al son de tambores y con pancartas contrarias al plan de rescate, que muchos griegos creen que impone una penalización injusta y dura para jubilados y trabajadores, además de dejar intocables a los ricos.
Tanto el transporte como los servicios públicos se vieron afectados, mientras los colegios y muchas tiendas y empresas permanecieron cerradas. Las calles del centro de Atenas permanecían virtualmente desiertas. Las autoridades desplegaron 5 mil policías, en especial para proteger el Parlamento, frente al cual se concentraron las protestas de los manifestantes, que han acampado en la vecina plaza Sintagma. En comparación con la pasada violencia política griega, estos últimos enfrentamientos fueron relativamente menores.
Al grito de: el proyecto de ley no pasará, alto a las medidas de miseria social y ya basta; no podemos más, los autodenominados indignados, como sus similares de España, reiteraron su rechazo al nuevo plan de austeridad gubernamental.
Jóvenes encapuchados armados con piedras y palos prendieron fuego a contenedores de basura y a un camión de telecomunicaciones situado frente al Parlamento, ante lo cual la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos.
En tanto, se informó sobre un avance en las conversaciones para convencer a los bancos y aseguradoras europeas de que acepten un refinanciamiento voluntario de la deuda griega, dentro de un plan para otorgar un segundo rescate al país.
El gobernador del Banco Central de Grecia, George Provopoulos, criticó veladamente al gobierno, al estimar que el plan del primer ministro socialista Giorgios Papandreou insiste demasiado en el alza de los impuestos y mucho menos en la reducción de los gastos.
Papandreou instó el lunes a los legisladores a aprobar el plan para que el país se mantenga en pie. Intentaba de ese modo aglutinar a la bancada gubernamental, que dispone de una corta mayoría de 155 escaños de un total de 300.
En Bruselas, el presidente de la Unión Europea, Herman van Rompuy, opinó que las próximas horas serán decisivas para Grecia, la eurozona y la economía mundial, con lo que aumentó la presión sobre el Parlamento griego, que se dispone a votar el impopular plan de austeridad.
Hay momentos decisivos, y las próximas horas serán capitales para el pueblo griego, pero también para la eurozona e incluso para la estabilidad de la economía mundial, afirmóVan Rompuy ante el Parlamento europeo.
Francia ofreció una solución radical el lunes para la extensión de parte de la deuda privada por 30 años, mientras el gobierno griego lucha por el apoyo político a su plan de austeridad de cinco años para evitar la quiebra.
No hay plan B
El diferencial entre la deuda griega y otras zonas de la periferia de la eurozona frente a los bonos alemanes se estrechó ante las noticias de que los bancos alemanes habían accedido en principio a una propuesta francesa como base para negociar la participación del sector privado en un refinanciamiento de la deuda.
Pero el principal responsable económico de la UE, Olli Rehn, insistió en que las nuevas ayudas para el endeudado país mediterráneo dependen de que el Parlamento apruebe un paquete de recortes de gastos, aumentos de impuestos y privatizaciones en las cruciales votaciones del miércoles y el jueves.
A aquellos que especulan con otras opciones, déjenme decirles esto con claridad: no hay un plan B para evitar la suspensión de pagos, aclaró Rehn, con lo cual descartó los rumores sobre que Bruselas trabaja en un plan alternativo para mantener a Grecia a flote.
Una huelga general paralizó ayer martes a Grecia, mientras en Atenas unas 20 mil personas participaron en protestas contra el plan de austeridad que se debate en el Parlamento, el cual incluye medidas impuestas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) como condición para acudir al rescate financiero del país con la liberación de 12 mil millones de euros, parte del plan de 110 mil millones concedido en 2010.
Esperamos una participación dinámica y masiva en la huelga y en la marcha hacia el centro de Atenas. Tendremos trabajadores, desempleados, jóvenes, 48 horas en las calles, advirtió el líder del sindicato Adedy, Spyros Papaspyros, que representa a medio millón de funcionarios; el GSEE defiende a 2 millones de trabajadores del sector privado.
Cortes de electricidad, anulación de vuelos y una importante reducción de la actividad económica predominaron durante la jornada. Las autoridades reportaron 37 personas lesionadas, entre ellas tres civiles y 21 policías, y al menos 14 detenciones.
La Unión Europea advirtió a los legisladores griegos que el país se enfrenta a una suspensión de pagos inmediata si no respalda el impopular plan económico esta semana.
Los manifestantes, entre los que se encuentran médicos, burócratas y hasta actores, marcharon pacíficamente por la capital coreando consignas, al son de tambores y con pancartas contrarias al plan de rescate, que muchos griegos creen que impone una penalización injusta y dura para jubilados y trabajadores, además de dejar intocables a los ricos.
Tanto el transporte como los servicios públicos se vieron afectados, mientras los colegios y muchas tiendas y empresas permanecieron cerradas. Las calles del centro de Atenas permanecían virtualmente desiertas. Las autoridades desplegaron 5 mil policías, en especial para proteger el Parlamento, frente al cual se concentraron las protestas de los manifestantes, que han acampado en la vecina plaza Sintagma. En comparación con la pasada violencia política griega, estos últimos enfrentamientos fueron relativamente menores.
Al grito de: el proyecto de ley no pasará, alto a las medidas de miseria social y ya basta; no podemos más, los autodenominados indignados, como sus similares de España, reiteraron su rechazo al nuevo plan de austeridad gubernamental.
Jóvenes encapuchados armados con piedras y palos prendieron fuego a contenedores de basura y a un camión de telecomunicaciones situado frente al Parlamento, ante lo cual la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos.
En tanto, se informó sobre un avance en las conversaciones para convencer a los bancos y aseguradoras europeas de que acepten un refinanciamiento voluntario de la deuda griega, dentro de un plan para otorgar un segundo rescate al país.
El gobernador del Banco Central de Grecia, George Provopoulos, criticó veladamente al gobierno, al estimar que el plan del primer ministro socialista Giorgios Papandreou insiste demasiado en el alza de los impuestos y mucho menos en la reducción de los gastos.
Papandreou instó el lunes a los legisladores a aprobar el plan para que el país se mantenga en pie. Intentaba de ese modo aglutinar a la bancada gubernamental, que dispone de una corta mayoría de 155 escaños de un total de 300.
En Bruselas, el presidente de la Unión Europea, Herman van Rompuy, opinó que las próximas horas serán decisivas para Grecia, la eurozona y la economía mundial, con lo que aumentó la presión sobre el Parlamento griego, que se dispone a votar el impopular plan de austeridad.
Hay momentos decisivos, y las próximas horas serán capitales para el pueblo griego, pero también para la eurozona e incluso para la estabilidad de la economía mundial, afirmóVan Rompuy ante el Parlamento europeo.
Francia ofreció una solución radical el lunes para la extensión de parte de la deuda privada por 30 años, mientras el gobierno griego lucha por el apoyo político a su plan de austeridad de cinco años para evitar la quiebra.
No hay plan B
El diferencial entre la deuda griega y otras zonas de la periferia de la eurozona frente a los bonos alemanes se estrechó ante las noticias de que los bancos alemanes habían accedido en principio a una propuesta francesa como base para negociar la participación del sector privado en un refinanciamiento de la deuda.
Pero el principal responsable económico de la UE, Olli Rehn, insistió en que las nuevas ayudas para el endeudado país mediterráneo dependen de que el Parlamento apruebe un paquete de recortes de gastos, aumentos de impuestos y privatizaciones en las cruciales votaciones del miércoles y el jueves.
A aquellos que especulan con otras opciones, déjenme decirles esto con claridad: no hay un plan B para evitar la suspensión de pagos, aclaró Rehn, con lo cual descartó los rumores sobre que Bruselas trabaja en un plan alternativo para mantener a Grecia a flote.
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