Leonor Flores / El Economista
EI Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) ya no dará más de lo que generó en sus primeros tres años de vida, por lo que es necesario replantearlo y decidir si debe seguir subsistiendo junto con el impuesto sobre la renta (ISR), consideran especialistas.
Porque de lo contrario, advierten, se corre el riesgo de que en el futuro del nuevo impuesto de control que surgió con la reforma fiscal del 2007 quede en manos de Estados Unidos, país que permitió su acreditación de manera temporal.
A unos días de que la Secretaría de Hacienda entregue un diagnóstico a la Cámara de Diputados, expresan que se debe poner de manifiesto si en realidad vale la pena seguir manteniendo dos impuestos cuando se requiere un esquema fiscal competitivo más que recaudatorio.
Eduardo Méndez, de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, asevera que el IETU funcionó bien al principio y ahora, como instrumento recaudatorio, ya no es tan importante. Por lo que prevé que en los próximos años ya no veremos un IETU más poderoso.
Hace ver que, desde que nació, no se había tenido una posición seria sobre el IETU como la que se propuso recientemente con la reforma fiscal impulsada por senadores del PRI, encabezados por Manlio Fabio Beltrones.
En ese sentido, considera que al eliminarlo para incluirlo en la Ley del ISR podría ser reconocido por Estados Unidos y se quitaría el problema de la acreditación; no obstante, al parecer no se quiere aceptar.
Para Enrique Ramírez, presidente del Comité Fiscal del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), se ve poco probable que lo eliminen a menos que Estados Unidos diera su opinión.
Reitera que la posición del IMEF es que se quede un solo gravamen, pero que sea reconocido por el gobierno estadounidense porque es un factor importante que consideran las empresas a la hora de invertir en nuestro país.
Disciplina fiscal
Sin embargo, el director de Standard and Poor’s en México, Víctor Manuel Herrera, arguyó que se debe tener otra fuente de ingresos en caso de que se quitara el IETU.
Porque sin dicho gravamen se estaría abandonando la disciplina fiscal que ha conseguido nuestro país en un entorno externo complicado. “Si seguimos en esa línea no debería haber un deterioro”, explica.
No obstante, la titular de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, Diana Bernal, insiste en que se tiene que replantear porque su existencia implica para los causantes dos realidades financieras frente a los tributos.
“Es un impuesto muy pesado que afecta la liquidez de las empresas”, asegura al tiempo de informar que en septiembre presentarán el resultado de una valoración del IETU.
Establece que, si bien es un gravamen que lo están pagando en su mayoría las grandes empresas, le pesa mucho a las pequeñas y medianas, de ahí que ha tenido un efecto perverso.
En su opinión, de seguir vigente luego del análisis que se haga, no cree procedente que surjan más amparos en su contra porque la Suprema Corte de Justicia ya resolvió que es un mandato político.
EI Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) ya no dará más de lo que generó en sus primeros tres años de vida, por lo que es necesario replantearlo y decidir si debe seguir subsistiendo junto con el impuesto sobre la renta (ISR), consideran especialistas.
Porque de lo contrario, advierten, se corre el riesgo de que en el futuro del nuevo impuesto de control que surgió con la reforma fiscal del 2007 quede en manos de Estados Unidos, país que permitió su acreditación de manera temporal.
A unos días de que la Secretaría de Hacienda entregue un diagnóstico a la Cámara de Diputados, expresan que se debe poner de manifiesto si en realidad vale la pena seguir manteniendo dos impuestos cuando se requiere un esquema fiscal competitivo más que recaudatorio.
Eduardo Méndez, de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, asevera que el IETU funcionó bien al principio y ahora, como instrumento recaudatorio, ya no es tan importante. Por lo que prevé que en los próximos años ya no veremos un IETU más poderoso.
Hace ver que, desde que nació, no se había tenido una posición seria sobre el IETU como la que se propuso recientemente con la reforma fiscal impulsada por senadores del PRI, encabezados por Manlio Fabio Beltrones.
En ese sentido, considera que al eliminarlo para incluirlo en la Ley del ISR podría ser reconocido por Estados Unidos y se quitaría el problema de la acreditación; no obstante, al parecer no se quiere aceptar.
Para Enrique Ramírez, presidente del Comité Fiscal del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), se ve poco probable que lo eliminen a menos que Estados Unidos diera su opinión.
Reitera que la posición del IMEF es que se quede un solo gravamen, pero que sea reconocido por el gobierno estadounidense porque es un factor importante que consideran las empresas a la hora de invertir en nuestro país.
Disciplina fiscal
Sin embargo, el director de Standard and Poor’s en México, Víctor Manuel Herrera, arguyó que se debe tener otra fuente de ingresos en caso de que se quitara el IETU.
Porque sin dicho gravamen se estaría abandonando la disciplina fiscal que ha conseguido nuestro país en un entorno externo complicado. “Si seguimos en esa línea no debería haber un deterioro”, explica.
No obstante, la titular de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, Diana Bernal, insiste en que se tiene que replantear porque su existencia implica para los causantes dos realidades financieras frente a los tributos.
“Es un impuesto muy pesado que afecta la liquidez de las empresas”, asegura al tiempo de informar que en septiembre presentarán el resultado de una valoración del IETU.
Establece que, si bien es un gravamen que lo están pagando en su mayoría las grandes empresas, le pesa mucho a las pequeñas y medianas, de ahí que ha tenido un efecto perverso.
En su opinión, de seguir vigente luego del análisis que se haga, no cree procedente que surjan más amparos en su contra porque la Suprema Corte de Justicia ya resolvió que es un mandato político.
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