Martha Anaya / Crónica de Política
Querido diario: Me acabo de enterar de que no soy pobre, que sólo padezco un problema de pobreza.
No sé si me entiendes. La verdad es que yo tampoco lo tengo muy claro pero lo acaba de decir el secretario de Hacienda y seguro que del tema conoce ¿no?, si no cómo tendría ese super puestotote.
Acuérdate que sucedió en el cargo a Agustín Carstens, el del “catarrito” que ahora anda en plena campaña para ver si se queda con el puesto del tío ese que era director del Fondo Monetario Internacional y que tuvo que renunciar por andar de coscolino –bueno, parece que fue algo peor– con una recamarera de un hotel de Nueva York.
¿Ya te acordaste? Es bajito de estatura, más o menos como Felipe Calderón. Y eso es importante, lo sabes, pues a ningún chaparrín le gusta mirar a los otros hacia arriba y mucho menos que estos le miren hacia abajo. Ya sabes, cosas del síndrome napoleónico…
En lo que sí es muy diferente del Presidente es en el color de la piel y en la prestancia. Y no lo digo por racista ni mucho menos, sabes que no me da por ahí, son datos meramente descriptivos para que lo ubiques. El de Hacienda es guerito y se ve que viene de buena familia. Se le nota a leguas.
Viste bien, es educado y refinado en su trato y parece tímido. A mí su estampa y su estilo me recuerdan a Miguel de la Madrid.
Se llama Ernesto Cordero. Es panista de nuevo cuño y tiene el gran mérito de haber roto la hegemonía de funcionarios cercanos al PRI en la titularidad de la secretaría de Hacienda. Esa sí que es hazaña ¿no?
Por si esto fuera poco, los politólogos lo sitúan como el favorito de Calderón para sucederlo en Los Pinos. Hasta lo presentó como orador único frente a todos los delegados federales del país y salió una carta firmada por más de 130 conspicuos panistas apoyándolo para que sea su abanderado en el 2012.
Pero además –y esto es lo importante– estuvo al frente de la secretaría de Desarrollo Social, esa que se ocupa de los pobres. O sea que del tema de la pobreza se supone que sí sabe. Por eso te estoy contando lo que dijo: que México dejó de ser un país pobre hace mucho tiempo.
Sí, bueno, Colosio salió con aquello de que México tenía hambre y sed de justicia, de oportunidades y de mejor calidad de vida. Pero ya ves cómo le fue. Además él no era del ITAM ni estudió economía en la Universidad de Pennsylvania.
Pero no me distraigas. Ernesto Cordero dijo también que somos un país de renta media que empieza a consolidar clases medias como hacía mucho no ocurría.
¡Imagínate! ¿A poco no es buena noticia? Nosotros que creíamos que estábamos por extinguirnos como clase media –sí, ya se, medio baja–, pero no es así. ¡Lo aseguró Cordero ante los de la Copramex! Y ellos seguro que también saben de lo que les habla.
Es más, hasta les pidió a los empresarios no tener miedo de subir impuestos.
O sea que prepárate y deja de discutir y de decir que ya no nos alcanza, que fue el que soltó que se podía vivir casi como rey con seis mil pesos, que él no conoce el país, que nunca se ha subido al Metro, que tal y cual. ¿Qué no ves que Ernesto Cordero puede ser nuestro próximo Presidente?
Querido diario: Me acabo de enterar de que no soy pobre, que sólo padezco un problema de pobreza.
No sé si me entiendes. La verdad es que yo tampoco lo tengo muy claro pero lo acaba de decir el secretario de Hacienda y seguro que del tema conoce ¿no?, si no cómo tendría ese super puestotote.
Acuérdate que sucedió en el cargo a Agustín Carstens, el del “catarrito” que ahora anda en plena campaña para ver si se queda con el puesto del tío ese que era director del Fondo Monetario Internacional y que tuvo que renunciar por andar de coscolino –bueno, parece que fue algo peor– con una recamarera de un hotel de Nueva York.
¿Ya te acordaste? Es bajito de estatura, más o menos como Felipe Calderón. Y eso es importante, lo sabes, pues a ningún chaparrín le gusta mirar a los otros hacia arriba y mucho menos que estos le miren hacia abajo. Ya sabes, cosas del síndrome napoleónico…
En lo que sí es muy diferente del Presidente es en el color de la piel y en la prestancia. Y no lo digo por racista ni mucho menos, sabes que no me da por ahí, son datos meramente descriptivos para que lo ubiques. El de Hacienda es guerito y se ve que viene de buena familia. Se le nota a leguas.
Viste bien, es educado y refinado en su trato y parece tímido. A mí su estampa y su estilo me recuerdan a Miguel de la Madrid.
Se llama Ernesto Cordero. Es panista de nuevo cuño y tiene el gran mérito de haber roto la hegemonía de funcionarios cercanos al PRI en la titularidad de la secretaría de Hacienda. Esa sí que es hazaña ¿no?
Por si esto fuera poco, los politólogos lo sitúan como el favorito de Calderón para sucederlo en Los Pinos. Hasta lo presentó como orador único frente a todos los delegados federales del país y salió una carta firmada por más de 130 conspicuos panistas apoyándolo para que sea su abanderado en el 2012.
Pero además –y esto es lo importante– estuvo al frente de la secretaría de Desarrollo Social, esa que se ocupa de los pobres. O sea que del tema de la pobreza se supone que sí sabe. Por eso te estoy contando lo que dijo: que México dejó de ser un país pobre hace mucho tiempo.
Sí, bueno, Colosio salió con aquello de que México tenía hambre y sed de justicia, de oportunidades y de mejor calidad de vida. Pero ya ves cómo le fue. Además él no era del ITAM ni estudió economía en la Universidad de Pennsylvania.
Pero no me distraigas. Ernesto Cordero dijo también que somos un país de renta media que empieza a consolidar clases medias como hacía mucho no ocurría.
¡Imagínate! ¿A poco no es buena noticia? Nosotros que creíamos que estábamos por extinguirnos como clase media –sí, ya se, medio baja–, pero no es así. ¡Lo aseguró Cordero ante los de la Copramex! Y ellos seguro que también saben de lo que les habla.
Es más, hasta les pidió a los empresarios no tener miedo de subir impuestos.
O sea que prepárate y deja de discutir y de decir que ya no nos alcanza, que fue el que soltó que se podía vivir casi como rey con seis mil pesos, que él no conoce el país, que nunca se ha subido al Metro, que tal y cual. ¿Qué no ves que Ernesto Cordero puede ser nuestro próximo Presidente?
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