Jenaro Villamil
Precedido por una de las campañas electorales más cortas, caras e inequitativas, el proceso electoral en el Estado de México está caracterizado por el despilfarro de gastos de campaña del candidato priista Eruviel Avila –más de 500 millones de pesos en menos de 45 días-, por la abrumadora compra de cerca de 2.2 millones de votos a favor del tricolor, la opacidad tanto del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) como del tribunal local, la utilización de las encuestas como mecanismo de mercadotecnia a favor del oficialismo y por un pronóstico de abstención cercano al 60 por ciento de los 10 millones 291 mil votantes que integran la lista nominal.
Si sólo votan menos 4 de los 10 millones de ciudadanos empadronados en el Estado de México, el sufragio en esta entidad será uno de los más caros del mundo: el costo será de 598 pesos (casi 60 dólares), ya que para este año el presupuesto total para la organización, para las prerrogativas de los partidos políticos y la promoción del voto es de 2 mil 393 millones 143 mil 104 pesos. Sólo si acudieran a votar todos los de la lista nominal, el costo sería de 232 pesos (20 dólares).
Este es uno de los votos más caros del mundo: ya que en Brasil el costo es de 0.29 centavos de dólar, en Colombia de 1.95 dólares, en Panamá 5.25 dólares y en Costa Rica es de 8.58 dólares, según el informe de Fundaciones Electorales Internacionales para Sistemas (IFES, por sus siglas en inglés).
El costo real de cada voto en el Estado de México es mucho mayor, según diversos observadores, debido al despilfarro de la maquinaria gubernamental priista que se ha puesto al servicio del candidato de la coalición “Unidos por ti” (PRI-Panal-Partido Verde), Eruviel Avila.
Reportes recabados y confirmados por Proceso señalan que tan sólo para el pago de 35 mil representantes titulares y suplentes de casillas, el PRI pagará entre 1 mil y 2 mil pesos, es decir, destinará entre 35 y 70 millones de pesos. A los representantes generales de los 45 distritos electorales, el PRI les paga, además, entre 22 mil y 30 mil pesos mensuales. Al mismo tiempo destinará 1 representante de zona por cada 10 casillas en municipios rurales y 1 por cada 5 en regiones urbanas. A estos les paga entre 5 mil y 10 mil pesos.
Los candidatos opositores Alejandro Encinas, de la coalición “Unidos podemos más” (PRD, PT, Convergencia), y Luis Felipe Bravo Mena, del PAN, han insistido que la campaña del priista Eruviel Avila ha rebasado con mucho el tope de gastos de campaña: 203 millones de pesos de los recursos públicos más un doble equivalente de financiamiento privado (400 millones de pesos). Tan sólo en los 270 mil spots publicitarios en medios electrónicos, Avila supera en cuatro veces al perredista Encinas y transmite ocho veces más que el panista Bravo Mena.
El propio IEEM ha acreditado en sus reportes preliminares la concentración de recursos: Eruviel Avila acapara el 76 por ciento de los 48 mil anuncios en bardas, espectaculares, lonas y pegotes en transporte público, frente al 11 por ciento de Encinas, y menos del 7 por ciento de Bravo Mena. Hasta el informe preliminar del 23 de junio del IEEM, Avila concentraba el 71 por ciento de toda la publicidad de los candidatos.
Esto sin contar los recursos gubernamentales y la llamada “publicidad encubierta” que la administración de Peña Nieto y la mayoría de alcaldes priistas han destinado a favor de Eruviel Avila.
El PRD interpuso la queja 88 ante el IEEM acreditando que el gobierno estatal desplegó 2,568 instrumentos propagandísticos, entre espectaculares, bardas, lonas y anuncios en transporte público que indicen el voto a favor del PRI. Le pidieron al secretario general del instituto que ordenara las medidas cautelares para retirar esta propaganda.
Ante el rechazo del IEEM, el PRD interpuso una recurso de revisión ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En el expediente SUP-JRC-162/2011, el tribunal le da un plazo de 72 horas al instituto estatal para que ordene el retiro de, por lo menos, 900 elementos propagandísticos. El plazo se cumplió el viernes 24 de junio a las 10 horas, pero no se han tomado las medidas.
Evitar la anulación
Para observadores electorales como Bernardo Barranco, ex consejero electoral estatal y promotor del sitio en internet www.votolimpio.org, tanto el gobierno de Peña Nieto como el PRI han invertido todo para garantizar que Eruviel Avila gane con un margen de más de 30 puntos frente a su más cercano contendiente (Alejandro Encinas) y asegurar que el rebase de tope de gastos de campaña no sea causal de nulidad.
El artículo 299 del código electoral estatal establece que el tribunal podrá declarar la nulidad de la elección “por exceder los topes para gastos de campaña establecidos por el presente código, de manera determinante para el resultado de la elección”. Las otras causales son utilizar recursos de procedencia ilícita o de programas sociales, siempre y cuando los acredite el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), dominado claramente por el oficialismo.
Según los cálculos priistas, Eruviel Avila, ganaría con menos de la cuarta parte del padrón (2.2 millones de votos y 52 por ciento de los sufragios emitidos), sin importar el alto nivel de abstencionismo. “El PRI pretende ganar con su voto duro”, afirmó el ex senador priisa Mauricio Valdés.
“Esta es la crónica de un fraude anunciado”, subraya Bernardo Barranco, quien pone el acento en el papel cómplice de los integrantes del IEEM y la pasividad de los representantes de los propios partidos opositores que aceptaron el acuerdo del Consejo General del organismo para ordenar revisiones precautorias a los gastos de campaña, pero establecieron un “candado” para que los resultados se conozcan hasta después de la segunda semana de agosto.
“La estrategia del PRI es ir por todo, garantizar una distancia mayor a los 25 puntos para que el rebase de los topes de gastos de campaña no sea causal de anulación de los comicios en un litigio ante el tribunal federal electoral”, advierte Barranco.
Para el presidente de la Coparmex en la zona metropolitana, Marco Antonio Gutiérrez, el costo de 60 dólares por voto constituye “una grosería, un insulto para el pueblo” y lo atribuyó a la excesiva mercadotecnia que hacen los partidos.
Operación de “10 mil millones de pesos”
Hasta el 21 de junio, el único que dio a conocer un reporte de sus gastos de campaña fue Alejandro Encinas, de la coalición “Unidos podemos más” (PRD-PT-Convergencia), quien informó que había gastado 102 millones 957 mil 900 pesos y que le sobraban aún 34 millones para el cierre.
El coordinador estatal de la campaña del PRD, Luis Sánchez, aseguró que, según sus estimaciones, el gasto de la campaña “Unidos por Ti” (PRI-PVEM-Panal), que postula a Eruviel Avila, habían rebasado los 600 millones de pesos, es decir, un rebase de tope de gastos de campaña hasta en 200 por ciento.
Sin embargo, las cifras reales, difícilmente fiscalizables por el encubrimiento del aparato estatal, son mayores. Para el ex senador priista, Mauricio Valdés, el costo real de la campaña del PRI en esta entidad ascienda a no menos de 10 mil millones de pesos, de los cuales, el tricolor destina entre 2 mil a 3 mil millones de pesos en la compra de votos; alrededor de 4 mil millones de pesos a las televisoras y estaciones de radio y el resto para los grandes negocios de la mercadotecnia electoral.
Ex aspirante a la gubernatura mexiquense, viejo adversario del llamado Grupo Atlacomulco, Mauricio Valdés dirige ahora el Parlamento Ciudadano y es un conocedor de cómo opera el aparato gubernamental en el Estado de México para ganar las elecciones.
“El PRI ganará sólo con su voto duro, que es poco más de 2 millones de votos, es decir un 22 por ciento del padrón electoral. Su triunfo será posible con una abstención del 60 por ciento, es decir, que sólo participen 4 millones de electores”, advierte.
Las pistas de este dinero no están sólo en las cuentas de la campaña del PRI sino en la maquinaria del gobierno del Estado de México, de los municipios y de los principales empresarios que se han volcado para apoyar a Eruviel Avila y garantizar que éste gane con más del 50 por ciento de los votos emitidos, tal como han señalado las encuestas previas.
Este nivel de despilfarro en la operación electoral del PRI es grave en una entidad donde 7 millones 415 mil mexiquenses son pobres y desde la crisis de 2008-2009 783 mil mexiquenses son “nuevos pobres”, según el estudio que presentó el propio Mauricio Valdés, en una de las conferencias del Parlamento Ciudadano.
En materia educativa, el Estado de México también padece rezagos importantes: sólo 52 de cada 100 niños que ingresan a primaria terminarán el bachillerato y apenas 21 por ciento alcanzará estudios de licenciatura. La cobertura estatal para quienes buscan estudios universitarios es apenas del 18 por ciento. La mayoría de los jóvenes preparatorianos buscan estudiar en la UNAM o en el Politécnico Nacional.
La percepción sobre el despilfarro en la campaña de Eruviel Avila ha sido medida en algunas encuestas. El 68 por ciento de los 1,200 adultos consultados por Reforma en sus viviendas considera que el priista ha gastado más en su campaña y sólo 4 por ciento cree que Alejandro Encinas y 3 por ciento que Luis Felipe Bravo Mena.
El 90 por ciento de los mismos encuestados han visto los anuncios del ex alcalde de Ecatepec en medios electrónicos o en espectaculares y transporte público, mientras que el 63 por ciento ha visto los de Alejandro Encinas y 51 por ciento los de Bravo Mena.
Precedido por una de las campañas electorales más cortas, caras e inequitativas, el proceso electoral en el Estado de México está caracterizado por el despilfarro de gastos de campaña del candidato priista Eruviel Avila –más de 500 millones de pesos en menos de 45 días-, por la abrumadora compra de cerca de 2.2 millones de votos a favor del tricolor, la opacidad tanto del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) como del tribunal local, la utilización de las encuestas como mecanismo de mercadotecnia a favor del oficialismo y por un pronóstico de abstención cercano al 60 por ciento de los 10 millones 291 mil votantes que integran la lista nominal.
Si sólo votan menos 4 de los 10 millones de ciudadanos empadronados en el Estado de México, el sufragio en esta entidad será uno de los más caros del mundo: el costo será de 598 pesos (casi 60 dólares), ya que para este año el presupuesto total para la organización, para las prerrogativas de los partidos políticos y la promoción del voto es de 2 mil 393 millones 143 mil 104 pesos. Sólo si acudieran a votar todos los de la lista nominal, el costo sería de 232 pesos (20 dólares).
Este es uno de los votos más caros del mundo: ya que en Brasil el costo es de 0.29 centavos de dólar, en Colombia de 1.95 dólares, en Panamá 5.25 dólares y en Costa Rica es de 8.58 dólares, según el informe de Fundaciones Electorales Internacionales para Sistemas (IFES, por sus siglas en inglés).
El costo real de cada voto en el Estado de México es mucho mayor, según diversos observadores, debido al despilfarro de la maquinaria gubernamental priista que se ha puesto al servicio del candidato de la coalición “Unidos por ti” (PRI-Panal-Partido Verde), Eruviel Avila.
Reportes recabados y confirmados por Proceso señalan que tan sólo para el pago de 35 mil representantes titulares y suplentes de casillas, el PRI pagará entre 1 mil y 2 mil pesos, es decir, destinará entre 35 y 70 millones de pesos. A los representantes generales de los 45 distritos electorales, el PRI les paga, además, entre 22 mil y 30 mil pesos mensuales. Al mismo tiempo destinará 1 representante de zona por cada 10 casillas en municipios rurales y 1 por cada 5 en regiones urbanas. A estos les paga entre 5 mil y 10 mil pesos.
Los candidatos opositores Alejandro Encinas, de la coalición “Unidos podemos más” (PRD, PT, Convergencia), y Luis Felipe Bravo Mena, del PAN, han insistido que la campaña del priista Eruviel Avila ha rebasado con mucho el tope de gastos de campaña: 203 millones de pesos de los recursos públicos más un doble equivalente de financiamiento privado (400 millones de pesos). Tan sólo en los 270 mil spots publicitarios en medios electrónicos, Avila supera en cuatro veces al perredista Encinas y transmite ocho veces más que el panista Bravo Mena.
El propio IEEM ha acreditado en sus reportes preliminares la concentración de recursos: Eruviel Avila acapara el 76 por ciento de los 48 mil anuncios en bardas, espectaculares, lonas y pegotes en transporte público, frente al 11 por ciento de Encinas, y menos del 7 por ciento de Bravo Mena. Hasta el informe preliminar del 23 de junio del IEEM, Avila concentraba el 71 por ciento de toda la publicidad de los candidatos.
Esto sin contar los recursos gubernamentales y la llamada “publicidad encubierta” que la administración de Peña Nieto y la mayoría de alcaldes priistas han destinado a favor de Eruviel Avila.
El PRD interpuso la queja 88 ante el IEEM acreditando que el gobierno estatal desplegó 2,568 instrumentos propagandísticos, entre espectaculares, bardas, lonas y anuncios en transporte público que indicen el voto a favor del PRI. Le pidieron al secretario general del instituto que ordenara las medidas cautelares para retirar esta propaganda.
Ante el rechazo del IEEM, el PRD interpuso una recurso de revisión ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En el expediente SUP-JRC-162/2011, el tribunal le da un plazo de 72 horas al instituto estatal para que ordene el retiro de, por lo menos, 900 elementos propagandísticos. El plazo se cumplió el viernes 24 de junio a las 10 horas, pero no se han tomado las medidas.
Evitar la anulación
Para observadores electorales como Bernardo Barranco, ex consejero electoral estatal y promotor del sitio en internet www.votolimpio.org, tanto el gobierno de Peña Nieto como el PRI han invertido todo para garantizar que Eruviel Avila gane con un margen de más de 30 puntos frente a su más cercano contendiente (Alejandro Encinas) y asegurar que el rebase de tope de gastos de campaña no sea causal de nulidad.
El artículo 299 del código electoral estatal establece que el tribunal podrá declarar la nulidad de la elección “por exceder los topes para gastos de campaña establecidos por el presente código, de manera determinante para el resultado de la elección”. Las otras causales son utilizar recursos de procedencia ilícita o de programas sociales, siempre y cuando los acredite el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), dominado claramente por el oficialismo.
Según los cálculos priistas, Eruviel Avila, ganaría con menos de la cuarta parte del padrón (2.2 millones de votos y 52 por ciento de los sufragios emitidos), sin importar el alto nivel de abstencionismo. “El PRI pretende ganar con su voto duro”, afirmó el ex senador priisa Mauricio Valdés.
“Esta es la crónica de un fraude anunciado”, subraya Bernardo Barranco, quien pone el acento en el papel cómplice de los integrantes del IEEM y la pasividad de los representantes de los propios partidos opositores que aceptaron el acuerdo del Consejo General del organismo para ordenar revisiones precautorias a los gastos de campaña, pero establecieron un “candado” para que los resultados se conozcan hasta después de la segunda semana de agosto.
“La estrategia del PRI es ir por todo, garantizar una distancia mayor a los 25 puntos para que el rebase de los topes de gastos de campaña no sea causal de anulación de los comicios en un litigio ante el tribunal federal electoral”, advierte Barranco.
Para el presidente de la Coparmex en la zona metropolitana, Marco Antonio Gutiérrez, el costo de 60 dólares por voto constituye “una grosería, un insulto para el pueblo” y lo atribuyó a la excesiva mercadotecnia que hacen los partidos.
Operación de “10 mil millones de pesos”
Hasta el 21 de junio, el único que dio a conocer un reporte de sus gastos de campaña fue Alejandro Encinas, de la coalición “Unidos podemos más” (PRD-PT-Convergencia), quien informó que había gastado 102 millones 957 mil 900 pesos y que le sobraban aún 34 millones para el cierre.
El coordinador estatal de la campaña del PRD, Luis Sánchez, aseguró que, según sus estimaciones, el gasto de la campaña “Unidos por Ti” (PRI-PVEM-Panal), que postula a Eruviel Avila, habían rebasado los 600 millones de pesos, es decir, un rebase de tope de gastos de campaña hasta en 200 por ciento.
Sin embargo, las cifras reales, difícilmente fiscalizables por el encubrimiento del aparato estatal, son mayores. Para el ex senador priista, Mauricio Valdés, el costo real de la campaña del PRI en esta entidad ascienda a no menos de 10 mil millones de pesos, de los cuales, el tricolor destina entre 2 mil a 3 mil millones de pesos en la compra de votos; alrededor de 4 mil millones de pesos a las televisoras y estaciones de radio y el resto para los grandes negocios de la mercadotecnia electoral.
Ex aspirante a la gubernatura mexiquense, viejo adversario del llamado Grupo Atlacomulco, Mauricio Valdés dirige ahora el Parlamento Ciudadano y es un conocedor de cómo opera el aparato gubernamental en el Estado de México para ganar las elecciones.
“El PRI ganará sólo con su voto duro, que es poco más de 2 millones de votos, es decir un 22 por ciento del padrón electoral. Su triunfo será posible con una abstención del 60 por ciento, es decir, que sólo participen 4 millones de electores”, advierte.
Las pistas de este dinero no están sólo en las cuentas de la campaña del PRI sino en la maquinaria del gobierno del Estado de México, de los municipios y de los principales empresarios que se han volcado para apoyar a Eruviel Avila y garantizar que éste gane con más del 50 por ciento de los votos emitidos, tal como han señalado las encuestas previas.
Este nivel de despilfarro en la operación electoral del PRI es grave en una entidad donde 7 millones 415 mil mexiquenses son pobres y desde la crisis de 2008-2009 783 mil mexiquenses son “nuevos pobres”, según el estudio que presentó el propio Mauricio Valdés, en una de las conferencias del Parlamento Ciudadano.
En materia educativa, el Estado de México también padece rezagos importantes: sólo 52 de cada 100 niños que ingresan a primaria terminarán el bachillerato y apenas 21 por ciento alcanzará estudios de licenciatura. La cobertura estatal para quienes buscan estudios universitarios es apenas del 18 por ciento. La mayoría de los jóvenes preparatorianos buscan estudiar en la UNAM o en el Politécnico Nacional.
La percepción sobre el despilfarro en la campaña de Eruviel Avila ha sido medida en algunas encuestas. El 68 por ciento de los 1,200 adultos consultados por Reforma en sus viviendas considera que el priista ha gastado más en su campaña y sólo 4 por ciento cree que Alejandro Encinas y 3 por ciento que Luis Felipe Bravo Mena.
El 90 por ciento de los mismos encuestados han visto los anuncios del ex alcalde de Ecatepec en medios electrónicos o en espectaculares y transporte público, mientras que el 63 por ciento ha visto los de Alejandro Encinas y 51 por ciento los de Bravo Mena.
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