El hankazo, las lecturas de una detención

Jenaro Villamil

Desde la mañana del sábado 4 hasta la madrugada del 7 de junio, la detención de Jorge Hank Rhon, exalcalde priista de Tijuana, Baja California, hombre de una fortuna mayor a los mil millones de dólares y considerado uno de los “intocables” del viejo régimen, ha generado distintas lecturas en los medios masivos, impresos y en las redes sociales.

El primer impacto ha sido, sin duda, en las filas del priismo. Cuidadoso después de muchas demostraciones de exceso discursivo, el líder nacional priista Humberto Moreira insistió en que esperará al desenlace de la investigación realizada por la Procuraduría General de la República (PGR).

La acción del Ejército y el traslado de Hank Rhon a las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) generaron una carambola de varias bandas en las lecturas políticas de este incierto verano. He aquí algunas de las más señaladas:

1. Impacto en el Estado de México. La más insistente en las redes sociales, en los corrillos políticos y en las columnas periodísticas es la presunta intención de impactar en la campaña de Eruviel Avila, abanderado priista, y en las aspiraciones de Enrique Peña Nieto por un dato biográfico indudable: Hank Rhon es el hijo de Carlos Hank González, máximo emblema de poder del Grupo Atlacomulco que ha gobernado el Estado de México desde la mítica fundación por Isidro Fabela de esta cofradía de intereses y de redes familiares.

La familia Hank es clave en la cultura de los negocios y de la política mexiquenses. Su padre mitificó la práctica del patrimonialismo y negocios privados al amparo del poder público. Su hermano, Carlos Hank Rhon, aspiró a ser el sucesor de Arturo Montiel y se “disciplinó” en aras de recibir parte del pastel que ha repartido en estos cinco años Enrique Peña Nieto. La familia está adscrita a la corriente de Roberto Madrazo, excandidato presidencial de 2006, y se trata de una dinastía con múltiples conexiones y negocios en todo el territorio nacional: de Tijuana hasta Cancún, Quintana Roo.

Paradójicamente, el posible impacto de la detención en el escenario electoral del Estado de México fue alentado por los propios priistas. Moreira no metió las manos al fuego por la culpabilidad o inocencia de Hank Rhon, pero sí lo consideró un “extraordinario presidente municipal” de Tijuana y parte de una “destacada familia” priista. Se quejó porque podría tratarse del inicio de una “cacería de brujas”.

Quien generó una sobrerreacción de impacto negativo fue el coordinador de la campaña de Eruviel Avila, el diputado federal Luis Videgaray. En una inusual declaración, Videgaray, exsecretario de Finanzas del gabinete de Peña Nieto, afirmó que era “una perversidad política” querer empañar el proceso electoral estatal con la detención del hijo de Hank González, y aclaró que “no hay un solo peso” del dueño del Grupo Caliente en la campaña del PRI.

Un viejo refrán mexicano afirma que “aclaración no pedida, acusación manifiesta”. ¿Está dispuesto Videgaray a transparentar las cuentas y donaciones de Eruviel Avila para confirmar su dicho?

Sin duda, el tema ocupará un espacio en el primer debate oficial de Eruviel, Luis Felipe Bravo Mena y Alejandro Encinas este miércoles 8 de junio.

2. Impacto en Baja Californa. Un segundo nivel, menos comentado a escala nacional, es el impacto de esta detención en el escenario político-electoral de Baja California, entidad que elegirá gobernador en 2013.

Hank Rhon es un actor y un factor esencial en esta disputa. Eliminarlo de la contienda beneficia lo mismo al PAN que a sus posibles adversarios del PRI, aun cuando su derrota electoral hace cinco años hiciera muy difícil que repitiera en esta aventura.

No se puede olvidar que el secretario de Gobernación, el bajacaliforniano Francisco Blake Mora, tiene su interés puesto en la gubernatura de su estado, y que uno de los aspirantes priistas es el senador Fernando Castro Trenti. Este legislado fue el coordinador de la fallida campaña electoral de Hank Rhon y el distanciamiento entre ambos se agudizó tras la derrota de 2005.

3. Impacto en el escenario del 2012. Para dirigentes priistas como Emilio Gamboa Patrón se trata de una “embestida” contra el partido que aspira a recuperar el poder presidencial en el 2012 o del inicio de una “cacería de brujas”, según Moreira. Ambas lecturas presuponen que, realmente, existen “expedientes negros” que el gobierno federal panista podría utilizar en contra del PRI. ¿Por qué entonces apenas una semana atrás negó esta posibilidad el propio Moreira?

Para distintas voces de la izquierda partidista se trata del inicio de una etapa de “terror en materia electoral”, según declaró el senador Ricardo Monreal, del Partido del Trabajo (PT), mientras que otros voceros como Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD, advirtió que Hank “no es una blanca palomita”, pero despierta sospechas el momento, el allanamiento militar al domicilio del exalcalde y la posibilidad de que este golpe espectacular acabe como una cortina de humo, al estilo del michoacanazo.

La reacción más difundida, dentro del ámbito del calderonismo, fue la de su secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, abiertamente promovido en medios, aun cuando sus declaraciones sean fallidas. Para Cordero la aprehensión responde “a una limpieza de casa”. ¿Quiere decir el responsable del manejo de las finanzas públicas que vendrán otras medidas similares?

En un comunicado muy escueto, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN afirmó que sólo se aplica la ley y que “no puede haber impunidad, ni ciudadanos con privilegios superiores”.

4. Aplicación dudosa de la justicia. Distintos observadores han coincidido al subrayar que la detención de Hank está plagada de elementos más sospechosos que la propia fortuna de este personaje fichado desde años atrás en los archivos de las agencias estadunidenses como un hombre de dudoso prestigio.

Para empezar, nadie se cree la versión de que los militares actuaron a partir de una “denuncia ciudadana” anónima. Si así fuera, el mensaje es muy ominoso: bastaría una llamada anónima o la sugerencia de un soplón --y no una orden judicial-- para allanar el domicilio de un político o empresario vinculado a operaciones turbias.

En segundo lugar, la familia, en especial la esposa María Elvia Amaya y el propio Hank Rhon, a través de una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), han insistido que las armas fueron sembradas y que no se presentó ninguna orden de cateo.

“Me dijeron que me parara frente a unas armas que se encontraban en el piso y me tomaron unas fotos, armas que nunca había visto y que no reconozco”, insistió Hank Rhon en su escrito de dos cuartillas.

Ni la PGR ni el Ejército han sido convincentes ni contundentes en la operación del Hankazo. Ni siquiera el segundo cateo al domicilio del dueño de Grupo Caliente, realizado el lunes 6 de junio, arrojó certezas y despejó las dudas crecientes sobre una detención que periódicos como La Jornada editorializó como “insostenible”.

5. La mala fama de Hank Rhon. Buena parte de la información de contexto se ha dedicado a relatar las excentricidades y los antecedentes siempre polémicos de Hank Rhon. Ha salido a relucir la presunta autoría intelectual de Hank Rhon en el crimen del periodista Héctor Félix Miranda, El Gato Félix, en 1988, y de su constante acoso al semanario Zeta.

También se ha recordado que, en 1995, Hank fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en posesión de piedras preciosas, abrigos de tigre y objetos de marfil. Hank Rhon se sobrepuso al escándalo y salió libre bajo fianza.

En numerosas ocasiones se le ha vinculado al cártel de los Arellano Félix, los dueños de la plaza de Tijuana, así como a negocios turbios, que van desde la especulación inmobiliaria, el tráfico de especies animales y las cuentas poco claras del Grupo Caliente. La mitad de las acciones de este corporativo de apuestas, entretenimiento, hoteles y otras “atracciones”, ha sido vendida a un consorcio español.

Sin embargo, pese a su mala fama, Hank Rhon ha salido siempre bien librado. Incluso, cuando Dolia Estévez, entonces corresponsal del periódico El Financiero, publicó en 1997 que existía una presunta Operación Tigre Blanco de varias agencias estadunidense (desde la DEA hasta el FBI y el organismo de Aduanas) para atrapar al empresario-político, la revelación se diluyó en medio de demandas por daño moral contra la periodista.

La mala fama de Hank Rhon no fue, hasta ahora, ningún obstáculo para que ascendiera política y económicamente. Hoy su estrella priista estaba en declive, no así el monto y las ramificaciones de su fortuna. ¿Por qué no se realizó una investigación en este sentido?

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