El ex presidente Carlos Salinas de Gortari no las trae nada consigo en los últimos meses dentro de la política mexicana. Obsesionado con su sucesor, Ernesto Zedillo, insiste en que detrás del gobernador Enrique Peña Nieto se encuentra su némesis, por la cercanía del empresario Jaime Camil, y la asesoría de Líebano Sáez, que fueron íntimo amigo y secretario particular del ex Presidente. La realidad es totalmente diferente, y lo único que vincula a los dos personajes es la cercanía con Peña Nieto, con quien Salinas de Gortari se ha distanciado. Ya no hay muchos, de quienes saben, que le crean que él se encuentra detrás de Peña Nieto, y en últimas fechas le ha dado por decir que quien hace operación política en su nombre es la maestra Elba Esther Gordillo. Pero esta, también, ya pintó su raya. El sábado pasado en Guadalajara, donde se encontraba, la entrevistó el Canal 8 de la televisión tapatía y le preguntaron si eran amigos. La maestra dijo tajantemente que no, y cerró el pasó a cualquier especulación.
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