Sergio Aguayo Quezada
A violencia trae al país de cabeza. Urge frenarla y la ciudadanía interesada en hacer "algo" concreto puede unirse a la campaña de Alianza Cívica que solicita a Barack Obama la adopción de tres medidas que frenen el contrabando de armas a México.
Las batallas y las guerras se ganan o pierden por la capacidad de enviar material bélico a los frentes de batalla. Napoleón y Hitler fueron derrotados por la enormidad de las estepas rusas. La resistencia vietnamita se mantuvo porque, pese a los bombardeos estadounidenses, nunca dejó de funcionar el Sendero de Ho Chi Minh. En nuestra guerra, las milicias del narco tienen garantizado el acceso a todas las armas que quieren. Aprovechándose de la corrupción en las aduanas mexicanas cruzan la línea y se abastecen sin problemas en Estados Unidos y sobre todo en Texas y Arizona. De allá proviene 84% de armas y municiones con las cuales se nos extorsiona, secuestra y asesina; las leyes de aquel país lo prohíbe, pero Washington tolera el tráfico por el enorme poder político de los productores y comerciantes de armas y porque no tiene presión social para impedirlo.
Debe reconocérsele al gobierno de Felipe Calderón la disposición a incluir el tema en su lista de peticiones a Washington. Es una lástima que sea una política sin consistencia. En mayo de 2010 introdujo el problema en su gallardo discurso ante el Congreso. Durante su siguiente visita (marzo de 2011) no mencionó el tema; toda su energía retórica la concentró en criticar al ex embajador Carlos Pascual. Este tipo de omisiones son incomprensibles porque mientras no se corte el suministro de armas al crimen organizado, pensar en la victoria es un cuento de hadas.
Corresponde a la sociedad corregir el absurdo a partir de una tesis fundamental: el contrabando de armas alimenta una violencia que está afectando a las sociedades de México y Estados Unidos. Entonces hay una responsabilidad compartida en la búsqueda de soluciones. Con esto en mente, Alianza Cívica, organización de la que formo parte - dialogó durante varios meses con grupos como Washington Office on Latin America y Global Exchange de Estados Unidos para encontrar un programa conjunto.
Después de revisar diferentes alternativas se optó por hacerle tres peticiones al Presidente de Estados Unidos que dependen solo de su voluntad; no tiene que llevarlas al Congreso, una parte del cual es adversario feroz de un Presidente en busca de la reelección. Son peticiones de sentido común: es indispensable que crezca la capacidad operativa de la Oficina de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) en los estados que colindan con México.
En la gestación del proyecto me encontré con las múltiples caras del escepticismo: "¿A poco crees que Barack Obama les va a hacer caso?" -me decía más de alguno o alguna. No hay por supuesto seguridad de que se entere de las peticiones y responda positivamente. Una campaña como esta es como cualquier guerra o romance, se sabe cómo empieza pero no cuándo o cómo termina.
En política los números cuentan. Si en los próximos meses crece la recolección de firmas, eso influirá en el nivel del funcionario que recibirá formalmente la carta en septiembre. No será lo mismo entregárselo en persona a Barack Obama a observar la firmeza con la cual le ponen el sello de recibido en la Oficialía de Partes del Departamento de Estado.
Pase lo que pase la iniciativa tiene ventajas inmediatas. La primera es incrementar la colaboración con organismos civiles estadounidenses preocupados por lo que sucede en México y difundir la incongruencia de una potencia militar capaz de imponer un embargo de armas a Libia mientras guarda un silencio cómplice ante el contrabando masivo de armas a México.
En el último año he recibido miles de correos de personas que quieren hacer "algo" para influir en la vida pública. Esa es otra confirmación de que hay un sector de la población mexicana decidido a pelear por causas que se consideran justas. Poner una firma en www.alianzacivica.org.mx tal vez no conduzca a un adiós definitivo a las armas, pero sí es una manera de sacudirse el lastre de la impotencia y decirle adiós a la pasividad.
LA MISCELÁNEA
Evolución Mexicana es un organismo que ha impulsado con enorme entusiasmo las candidaturas independientes y la reforma política actualmente congelada en la Cámara de Diputados por el PRI de Enrique Peña Nieto. Desde aquí mi apoyo para la reunión que tendrán este miércoles 1ro. de junio con un grupo de senadores. No podré acompañarlos porque ese día participaré en El Colegio de México en un seminario que inicia a las 10 de la mañana y termina por la tarde, en el cual se discutirá la posibilidad de que se establezca una Comisión de la Verdad para averiguar las graves violaciones a los derechos humanos en el pasado. La sociedad se organiza y propone, falta que los gobernantes escuchen.
A violencia trae al país de cabeza. Urge frenarla y la ciudadanía interesada en hacer "algo" concreto puede unirse a la campaña de Alianza Cívica que solicita a Barack Obama la adopción de tres medidas que frenen el contrabando de armas a México.
Las batallas y las guerras se ganan o pierden por la capacidad de enviar material bélico a los frentes de batalla. Napoleón y Hitler fueron derrotados por la enormidad de las estepas rusas. La resistencia vietnamita se mantuvo porque, pese a los bombardeos estadounidenses, nunca dejó de funcionar el Sendero de Ho Chi Minh. En nuestra guerra, las milicias del narco tienen garantizado el acceso a todas las armas que quieren. Aprovechándose de la corrupción en las aduanas mexicanas cruzan la línea y se abastecen sin problemas en Estados Unidos y sobre todo en Texas y Arizona. De allá proviene 84% de armas y municiones con las cuales se nos extorsiona, secuestra y asesina; las leyes de aquel país lo prohíbe, pero Washington tolera el tráfico por el enorme poder político de los productores y comerciantes de armas y porque no tiene presión social para impedirlo.
Debe reconocérsele al gobierno de Felipe Calderón la disposición a incluir el tema en su lista de peticiones a Washington. Es una lástima que sea una política sin consistencia. En mayo de 2010 introdujo el problema en su gallardo discurso ante el Congreso. Durante su siguiente visita (marzo de 2011) no mencionó el tema; toda su energía retórica la concentró en criticar al ex embajador Carlos Pascual. Este tipo de omisiones son incomprensibles porque mientras no se corte el suministro de armas al crimen organizado, pensar en la victoria es un cuento de hadas.
Corresponde a la sociedad corregir el absurdo a partir de una tesis fundamental: el contrabando de armas alimenta una violencia que está afectando a las sociedades de México y Estados Unidos. Entonces hay una responsabilidad compartida en la búsqueda de soluciones. Con esto en mente, Alianza Cívica, organización de la que formo parte - dialogó durante varios meses con grupos como Washington Office on Latin America y Global Exchange de Estados Unidos para encontrar un programa conjunto.
Después de revisar diferentes alternativas se optó por hacerle tres peticiones al Presidente de Estados Unidos que dependen solo de su voluntad; no tiene que llevarlas al Congreso, una parte del cual es adversario feroz de un Presidente en busca de la reelección. Son peticiones de sentido común: es indispensable que crezca la capacidad operativa de la Oficina de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) en los estados que colindan con México.
En la gestación del proyecto me encontré con las múltiples caras del escepticismo: "¿A poco crees que Barack Obama les va a hacer caso?" -me decía más de alguno o alguna. No hay por supuesto seguridad de que se entere de las peticiones y responda positivamente. Una campaña como esta es como cualquier guerra o romance, se sabe cómo empieza pero no cuándo o cómo termina.
En política los números cuentan. Si en los próximos meses crece la recolección de firmas, eso influirá en el nivel del funcionario que recibirá formalmente la carta en septiembre. No será lo mismo entregárselo en persona a Barack Obama a observar la firmeza con la cual le ponen el sello de recibido en la Oficialía de Partes del Departamento de Estado.
Pase lo que pase la iniciativa tiene ventajas inmediatas. La primera es incrementar la colaboración con organismos civiles estadounidenses preocupados por lo que sucede en México y difundir la incongruencia de una potencia militar capaz de imponer un embargo de armas a Libia mientras guarda un silencio cómplice ante el contrabando masivo de armas a México.
En el último año he recibido miles de correos de personas que quieren hacer "algo" para influir en la vida pública. Esa es otra confirmación de que hay un sector de la población mexicana decidido a pelear por causas que se consideran justas. Poner una firma en www.alianzacivica.org.mx tal vez no conduzca a un adiós definitivo a las armas, pero sí es una manera de sacudirse el lastre de la impotencia y decirle adiós a la pasividad.
LA MISCELÁNEA
Evolución Mexicana es un organismo que ha impulsado con enorme entusiasmo las candidaturas independientes y la reforma política actualmente congelada en la Cámara de Diputados por el PRI de Enrique Peña Nieto. Desde aquí mi apoyo para la reunión que tendrán este miércoles 1ro. de junio con un grupo de senadores. No podré acompañarlos porque ese día participaré en El Colegio de México en un seminario que inicia a las 10 de la mañana y termina por la tarde, en el cual se discutirá la posibilidad de que se establezca una Comisión de la Verdad para averiguar las graves violaciones a los derechos humanos en el pasado. La sociedad se organiza y propone, falta que los gobernantes escuchen.
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