El ex presidente hondureño Manuel Zelaya regresó este sábado a Honduras, donde recibió una bienvenida multitudinaria, y agradeció por estar de nuevo en la tierra donde nació, dos años después de su derrocamiento del poder. Este sería el último paso para que Honduras retorne a la OEA.
AFP
Zelaya llegó desde Managua a Tegucigalpa tras 16 meses de exilio en República Dominicana y 23 meses después de haber sido depuesto en un golpe que causó la marginación de Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Gracias a ustedes por regresar a la tierra que me vio nacer, gracias a su lucha, gracias a su esfuerzo, compañeros”, dijo en el primer contacto con sus seguidores luego de bajar desde el avión venezolano que lo trasladó desde Managua, acompañado por el canciller venezolano Nicolás Maduro.
“Venimos llenos de optimismo y de esperanza a buscar salida a la crisis. En un momento teníamos casi todo perdido, pero nunca nos derrotamos”, agregó Zelaya, quien habló en una plaza cercana al aeropuerto de Tegucigalpa.
Zelaya rindió un “tributo a los caídos en esta lucha y en esta batalla (...), a los que derramaron su sangre”, y mencionó a tres personas, entre ellas a Isis Obed Murillo, de 18 años, muerto en esa plaza una semana después del golpe del 28 de junio de 2009.
El ex mandatario llegó en un jet privado que aterrizó a las 14:22 locales (16:22 hora paraguaya) en Tegucigalpa, donde lo esperaba una de las más grandes concentraciones populares vistas en la historia del país, según periodistas hondureños.
Zelaya, de 58 años, llegó junto a su esposa y otros familiares, cargando un gran capital político con el que pretende recuperar el poder, en un país pobre que se apresta a regresar a la OEA el próximo miércoles, paso clave para recibir créditos y ayuda del exterior.
El presidente derechista hondureño Porfirio Lobo, con quien Zelaya firmó un acuerdo de reconciliación en Colombia hace una semana, lo recibirá en la casa de gobierno, junto con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y la canciller colombiana, María Angela Holguín.
“La gran mayoría del pueblo quiere un proceso pacífico (en Honduras), todos quieren hacer las cosas con tranquilidad”, dijo Insulza.
Colombia y Venezuela son garantes del acuerdo firmado por Lobo y Zelaya.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que aglutina a zelayistas, organizó la bienvenida para este liberal que dio un giro a la izquierda tras llegar al poder en 2006 y que fue derrocado en un golpe ejecutado por el Ejército con el aval del Congreso y de la Corte Suprema.
Las autoridades no dieron estimaciones de asistencia al mitin de bienvenida, donde decenas de personas se desmayaron debido al calor y numerosos niños se extraviaron de sus padres, según se constató.
Zelaya regresó con planes de convertir al FNRP en un partido político para competir en las elecciones de 2013, pero para ello debe lograr una reforma constitucional.
El depuesto presidente hizo dos intentos fallidos de regresar a Honduras y luego se exilió el 27 de enero de 2010, día en que culminó su mandato constitucional y asumió Lobo.
AFP
Zelaya llegó desde Managua a Tegucigalpa tras 16 meses de exilio en República Dominicana y 23 meses después de haber sido depuesto en un golpe que causó la marginación de Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Gracias a ustedes por regresar a la tierra que me vio nacer, gracias a su lucha, gracias a su esfuerzo, compañeros”, dijo en el primer contacto con sus seguidores luego de bajar desde el avión venezolano que lo trasladó desde Managua, acompañado por el canciller venezolano Nicolás Maduro.
“Venimos llenos de optimismo y de esperanza a buscar salida a la crisis. En un momento teníamos casi todo perdido, pero nunca nos derrotamos”, agregó Zelaya, quien habló en una plaza cercana al aeropuerto de Tegucigalpa.
Zelaya rindió un “tributo a los caídos en esta lucha y en esta batalla (...), a los que derramaron su sangre”, y mencionó a tres personas, entre ellas a Isis Obed Murillo, de 18 años, muerto en esa plaza una semana después del golpe del 28 de junio de 2009.
El ex mandatario llegó en un jet privado que aterrizó a las 14:22 locales (16:22 hora paraguaya) en Tegucigalpa, donde lo esperaba una de las más grandes concentraciones populares vistas en la historia del país, según periodistas hondureños.
Zelaya, de 58 años, llegó junto a su esposa y otros familiares, cargando un gran capital político con el que pretende recuperar el poder, en un país pobre que se apresta a regresar a la OEA el próximo miércoles, paso clave para recibir créditos y ayuda del exterior.
El presidente derechista hondureño Porfirio Lobo, con quien Zelaya firmó un acuerdo de reconciliación en Colombia hace una semana, lo recibirá en la casa de gobierno, junto con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y la canciller colombiana, María Angela Holguín.
“La gran mayoría del pueblo quiere un proceso pacífico (en Honduras), todos quieren hacer las cosas con tranquilidad”, dijo Insulza.
Colombia y Venezuela son garantes del acuerdo firmado por Lobo y Zelaya.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que aglutina a zelayistas, organizó la bienvenida para este liberal que dio un giro a la izquierda tras llegar al poder en 2006 y que fue derrocado en un golpe ejecutado por el Ejército con el aval del Congreso y de la Corte Suprema.
Las autoridades no dieron estimaciones de asistencia al mitin de bienvenida, donde decenas de personas se desmayaron debido al calor y numerosos niños se extraviaron de sus padres, según se constató.
Zelaya regresó con planes de convertir al FNRP en un partido político para competir en las elecciones de 2013, pero para ello debe lograr una reforma constitucional.
El depuesto presidente hizo dos intentos fallidos de regresar a Honduras y luego se exilió el 27 de enero de 2010, día en que culminó su mandato constitucional y asumió Lobo.
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