Álvaro Cepeda Neri
Las redes sociales de Twitter en nuestro país, continúan su crecimiento cuantitativo. Y por ese medio, los ciudadanos se están activando para aumentar la democracia directa, informando, cuestionando y difundiendo cuanto les parece de interés para la opinión privada de los usuarios, pero que se transforma en opinión pública. En otros países esa red ha penetrado de tal manera que ha generado revueltas civiles, caída de gobernantes y despertado las conciencias individuales que, al participar en ese sistema de vasos comunicantes, están siendo vías de comunicación con tal magnitud que representan una eficaz herramienta de participación directa.
Constantemente llegan a los aparatos de la telefonía móvil y las computadoras datos, críticas, propuestas, etcétera. Y hasta el humor negro de los chistes contra los politiquillos. Recuerdo el que circuló en el sexenio depredador de Ernesto Zedillo Ponce de León (ahora con más nombramientos en empresas que le “agradecen” haberlas favorecido con las privatizaciones y lo acaban de contratar en City Group, con más de 300 mil dólares anuales de pago y un buen fajo de acciones). Resulta que el chiste era que Zedillo se presentó con un perico sobre el hombro y su interlocutor lanzó una pregunta: “¿Habla el animal?”. Entonces el perico, medio extendiendo las alas, dio a entender que ignoraba si Zedillo hablaba.
Por estos días otro chiste se puso de moda, con tres personajes. El primero de ellos es Hussein quien se apersona ante Dios, preguntándole que, tras haber sido asesinado, cómo estaría Irak después de su muerte. Y Dios le contestó que los estadounidenses dejarían en ruinas a su país. Entonces Sadam se sentó y lloró. El segundo personaje es Bush Jr. que tras perder una elección se presenta ante Dios y le pregunta cómo estaría Estados Unidos de América tras su ausencia del poder. Y Dios le respondió que ese país tendría épocas muy duras. Entonces Bush se sentó y lloró.
En el turno de Peña Nieto ante Dios, el mexiquense le preguntó como estaría México cuando él fuera presidente. Entonces Dios se le quedó mirando al galán… y Dios se sentó y lloró. Así vislumbran el inmediato porvenir de nuestro país si Peña Nieto se sale con la suya de ser el candidato del partido Revolucionario Institucional y si además, lo cual es mucho muy dudoso, ganara las elecciones del 2012 que ya están a la vuelta de la esquina.
Elecciones que transitan en el filo hasta de cancelarse si es que los militares en las calles, con la policía federal, optaran por el golpe de Estado ante el desorden, el caos, la anarquía y el desastre que ya imperan por todo el país, sin que Calderón con su gobierno fallido pueda hacer algo contrario a su guerra que solamente alborotó el avispero. Y los homicidios, el terror, los secuestros tienen a la Nación en un tris de que estalle un conflicto mayor de pronóstico reservado. Y esto no es un chiste. Es una realidad que está tomando forma.
Las redes sociales de Twitter en nuestro país, continúan su crecimiento cuantitativo. Y por ese medio, los ciudadanos se están activando para aumentar la democracia directa, informando, cuestionando y difundiendo cuanto les parece de interés para la opinión privada de los usuarios, pero que se transforma en opinión pública. En otros países esa red ha penetrado de tal manera que ha generado revueltas civiles, caída de gobernantes y despertado las conciencias individuales que, al participar en ese sistema de vasos comunicantes, están siendo vías de comunicación con tal magnitud que representan una eficaz herramienta de participación directa.
Constantemente llegan a los aparatos de la telefonía móvil y las computadoras datos, críticas, propuestas, etcétera. Y hasta el humor negro de los chistes contra los politiquillos. Recuerdo el que circuló en el sexenio depredador de Ernesto Zedillo Ponce de León (ahora con más nombramientos en empresas que le “agradecen” haberlas favorecido con las privatizaciones y lo acaban de contratar en City Group, con más de 300 mil dólares anuales de pago y un buen fajo de acciones). Resulta que el chiste era que Zedillo se presentó con un perico sobre el hombro y su interlocutor lanzó una pregunta: “¿Habla el animal?”. Entonces el perico, medio extendiendo las alas, dio a entender que ignoraba si Zedillo hablaba.
Por estos días otro chiste se puso de moda, con tres personajes. El primero de ellos es Hussein quien se apersona ante Dios, preguntándole que, tras haber sido asesinado, cómo estaría Irak después de su muerte. Y Dios le contestó que los estadounidenses dejarían en ruinas a su país. Entonces Sadam se sentó y lloró. El segundo personaje es Bush Jr. que tras perder una elección se presenta ante Dios y le pregunta cómo estaría Estados Unidos de América tras su ausencia del poder. Y Dios le respondió que ese país tendría épocas muy duras. Entonces Bush se sentó y lloró.
En el turno de Peña Nieto ante Dios, el mexiquense le preguntó como estaría México cuando él fuera presidente. Entonces Dios se le quedó mirando al galán… y Dios se sentó y lloró. Así vislumbran el inmediato porvenir de nuestro país si Peña Nieto se sale con la suya de ser el candidato del partido Revolucionario Institucional y si además, lo cual es mucho muy dudoso, ganara las elecciones del 2012 que ya están a la vuelta de la esquina.
Elecciones que transitan en el filo hasta de cancelarse si es que los militares en las calles, con la policía federal, optaran por el golpe de Estado ante el desorden, el caos, la anarquía y el desastre que ya imperan por todo el país, sin que Calderón con su gobierno fallido pueda hacer algo contrario a su guerra que solamente alborotó el avispero. Y los homicidios, el terror, los secuestros tienen a la Nación en un tris de que estalle un conflicto mayor de pronóstico reservado. Y esto no es un chiste. Es una realidad que está tomando forma.
Comentarios