Suman nueve, los acribillados en un taller mecánico en Tabasco

Armando Guzmán

En un lapso de 12 horas, la delincuencia organizada cobró la vida de nueve civiles y un policía en el municipio de Cárdenas.

En un primer hecho, nueve personas fueron asesinadas la noche de ayer en un taller mecánico y de hojalatería, ubicado en la ranchería Calzada, del municipio de Cárdenas, a 50 kilómetros al norte de esta capital.

Según testigos, un comando integrado por al menos 15 sicarios arribó al taller y acribilló a las personas que ahí se encontraban. Ocho murieron y dos resultaron heridas. La mañana de este miércoles falleció una más, con los que sumaron nueve los ejecutados.

A una de las víctimas, al parecer propietario del taller, le dejaron un mensaje que decía “Esto me pasó por desobedecer y chapulinear. Siguen ustedes pendejos. Atte. F.E.Z”.

De acuerdo con la policía local, todo apunta a que se trata de un ajuste de cuentas entre grupos de narcotraficantes que se disputan la plaza de Tabasco.

En otro hecho, esta mañana fue asesinado, en el mismo municipio de Cárdenas, el policía preventivo Carlos Manuel González Martínez, encargado de vigilar una plaza comercial.

Hasta el mediodía de este miércoles, la Procuraduría General de Justicia del estado no había ofrecido información sobre la masacre de Cárdenas.

Las tres últimas matanzas en Tabasco ocurrieron en 2009, con un saldo de 24 ejecutados, entre ellos niños y mujeres, así como familiares de policías y del marino Melquisedec Angulo Córdova, quien perdió la vida en el operativo en el que fue ultimado el capo Arturo Beltrán Leyva, en Cuernavaca, Morelos.

El 14 de febrero de ese año, día de “San Valentín”, en la comunidad de Monte Largo del municipio de Macuspana, a 50 kilómetros al sur de Villahermosa, fue ejecutado el policía Carlos Reyes López y 11 miembros de su familia, entre ellos siete menores de edad.

Reyes López era agente estatal antisecuestro y de combate al tráfico de drogas, y días antes de su ejecución participó en la captura de un narcotraficante y la muerte de otro más.

El día de la masacre, un grupo de sicario, quienes portaban uniformes de la AFI, se dirigió directamente a la casa de Reyes López y acabó con él, su madre, esposa, hijos, sobrinos y un vendedor de fresas congeladas que se encontraba en el lugar. Cinco adultos y siete menores de entre dos y 16 años de edad perdieron la vida.

Exactamente tres meses después, el 14 de mayo, otro grupo armado asesinó al comandante policiaco Baldomero García Rodríguez y a siete miembros su familia, en su domicilio de la ranchería La Piedra, del municipio de Cunduacán, localizado a 40 kilómetros de esta capital.

Los pistoleros ejecutaron a su esposa, dos hijos, una hermana, dos hijos de ésta y una vecina.

El 22 de diciembre fueron asesinados la madre (Irma Córdova Pérez), dos hermanos (Yolidabey y Benito Angulo Córdova) y una tía (Josefa Angulo Flores) del tercer maestre de la Armada de México, Melquisedec Angulo Córdova.

Después del entierro del marino, sicarios irrumpieron en su casa, en la colonia Quintín Arauz del municipio de Paraíso, en la costa tabasqueña, y abrieron fuego contra sus moradores.

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