José Gil Olmos
El poeta Javier Sicilia exigió al Presidente Felipe Calderón la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
"Quiero pedir la renuncia del Secretario de Seguridad Pública. Queremos oir un mensaje del Presidente de la República con esa renuncia diciendo que sí nos oyó", dijo el activista al encabezar un multitudinario mitin en el Zócalo, como colofón a la Marcha por la Paz y la Justicia que inició desde Cuernavaca, Morelos, el jueves pasado.
Al escuchar su petición, las miles de personas reunidas en el corazón político del país le respondieron: "¡Fuera Calderón!", "¡Fuera Calderón"!, "¡Muera Calderón!", "¡Muera Calderón!".
Sicilia los detuvo: "Que no muera, no queremos más muertos, no más odio, pedimos la renuncia (del titular de la SSP) para evitar más violencia", explicó.
Después de cuatro días de caminata desde Cuernavaca, al llegar al Zócalo de la ciudad de México los integrantes de la Marcha por la Paz y Justicia manifestaron que ante la emergencia nacional, hoy más que nunca resulta necesario tomar medidas urgentes para detener la guerra que ha generado cerca de 40 mil muertos, con su escalada de violencia y regenerar el tejido social y comunitario.
Por su lado, en su largo discurso leído después de marchar ocho horas desde Ciudad Universitaria, Sicilia dijo que “la ciudadanía no aceptará más una elección si antes los partidos no limpian sus filas, de esos que enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen organizado y tienen al estado maniatado y cooptado”.
Desde el templete puesto en la esquina donde confluyen la Catedral, Palacio Nacional y los restos de Tenochtitlan, Sicilia aseveró que todos los partidos políticos tienen vínculos con el crimen organizado. “Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar? ¿No se dan cuenta de que con ello están horadando y humillando lo más sagrado de nuestras instituciones republicanas, que están destruyendo la voluntad popular que mal que bien los llevo a donde hoy se encuentran?”.
El poeta destacó que frente al avance del hampa vinculada con el narcotráfico el ejecutivo federal ha escogido una estrategia equivocada que solo ha generado más violencia, por eso es necesario la firma de un pacto con justicia y dignidad en el que la sociedad reconozca sus responsabilidades y exigirle al gobierno y a la clase política un cambio. Si no lo hacen, advirtió que las elecciones de 2012 serán las de la ignominia que hará mas profundas las fosas en donde están enterrando la vida del país.
En el Zócalo capitalino lleno a la mitad, Olga Reyes de Ciudad Juárez y Patricia Duarte de los niños muertos del ABC, leyeron el pacto por la paz que habrá de ser firmado por grupos sociales en Ciudad Juárez el 10 de junio, exigieron esclarecer y resolver todos los asesinatos ocurridos hasta el momento, todas las desapariciones, secuestros, las fosas clandestinas, la trata de persona, y el conjunto de delitos que han agraviado a la sociedad, mediante procesos transparentes y efectivos de investigación, procuración y administración de justicia.
Dieron un plazo de tres meses para que los gobiernos federal y estatales procesen a los autores intelectuales y materiales, incluyendo las redes de complicidad y omisión de las autoridades, en tre otros de los casos emblemáticos como son los de la familia Reyes, Marisela Escobedo y su hija Rubí, Susana Chávez, Bety Cariño y Jiri Jaakola, las niñas y niños de la guardería ABC, la familia Le Barón, los jóvenes de Villas de Salvarcar, los jóvenes de Morelos entre ellos Juan Francisco Sicilia.
También demandaron determinar la identidad de todas las victimas de homicidio como requisito indispensable para generar confianza entre la sociedad.
Ante miles de personas convocaron al gobierno de Felipe Calderón a cambiar la estrategia militar y asumir una nueva con un enfoque de seguridad pública y de protección de los derechos humanos.
Demandaron que en seis meses el Congreso de la Unión elimine el fuero a legisladores y funcionarios de los tres órdenes de gobierno, en materia de actos de corrupción, delitos del orden común y del crimen organizado.
Otras de las acciones que exigieron cumplir en un plazo de dos meses, fue la de que los Congresos locales aprueben la reforma constitucional en derechos humanos y sea publicada de inmediato. Aunque precisaron que esto no debe estar supeditado al contenido de la Ley de Seguridad Nacional sobre la cual señalaron que no deben aprobarse las modificaciones propuestas al dictamen.
El poeta Javier Sicilia exigió al Presidente Felipe Calderón la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
"Quiero pedir la renuncia del Secretario de Seguridad Pública. Queremos oir un mensaje del Presidente de la República con esa renuncia diciendo que sí nos oyó", dijo el activista al encabezar un multitudinario mitin en el Zócalo, como colofón a la Marcha por la Paz y la Justicia que inició desde Cuernavaca, Morelos, el jueves pasado.
Al escuchar su petición, las miles de personas reunidas en el corazón político del país le respondieron: "¡Fuera Calderón!", "¡Fuera Calderón"!, "¡Muera Calderón!", "¡Muera Calderón!".
Sicilia los detuvo: "Que no muera, no queremos más muertos, no más odio, pedimos la renuncia (del titular de la SSP) para evitar más violencia", explicó.
Después de cuatro días de caminata desde Cuernavaca, al llegar al Zócalo de la ciudad de México los integrantes de la Marcha por la Paz y Justicia manifestaron que ante la emergencia nacional, hoy más que nunca resulta necesario tomar medidas urgentes para detener la guerra que ha generado cerca de 40 mil muertos, con su escalada de violencia y regenerar el tejido social y comunitario.
Por su lado, en su largo discurso leído después de marchar ocho horas desde Ciudad Universitaria, Sicilia dijo que “la ciudadanía no aceptará más una elección si antes los partidos no limpian sus filas, de esos que enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen organizado y tienen al estado maniatado y cooptado”.
Desde el templete puesto en la esquina donde confluyen la Catedral, Palacio Nacional y los restos de Tenochtitlan, Sicilia aseveró que todos los partidos políticos tienen vínculos con el crimen organizado. “Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar? ¿No se dan cuenta de que con ello están horadando y humillando lo más sagrado de nuestras instituciones republicanas, que están destruyendo la voluntad popular que mal que bien los llevo a donde hoy se encuentran?”.
El poeta destacó que frente al avance del hampa vinculada con el narcotráfico el ejecutivo federal ha escogido una estrategia equivocada que solo ha generado más violencia, por eso es necesario la firma de un pacto con justicia y dignidad en el que la sociedad reconozca sus responsabilidades y exigirle al gobierno y a la clase política un cambio. Si no lo hacen, advirtió que las elecciones de 2012 serán las de la ignominia que hará mas profundas las fosas en donde están enterrando la vida del país.
En el Zócalo capitalino lleno a la mitad, Olga Reyes de Ciudad Juárez y Patricia Duarte de los niños muertos del ABC, leyeron el pacto por la paz que habrá de ser firmado por grupos sociales en Ciudad Juárez el 10 de junio, exigieron esclarecer y resolver todos los asesinatos ocurridos hasta el momento, todas las desapariciones, secuestros, las fosas clandestinas, la trata de persona, y el conjunto de delitos que han agraviado a la sociedad, mediante procesos transparentes y efectivos de investigación, procuración y administración de justicia.
Dieron un plazo de tres meses para que los gobiernos federal y estatales procesen a los autores intelectuales y materiales, incluyendo las redes de complicidad y omisión de las autoridades, en tre otros de los casos emblemáticos como son los de la familia Reyes, Marisela Escobedo y su hija Rubí, Susana Chávez, Bety Cariño y Jiri Jaakola, las niñas y niños de la guardería ABC, la familia Le Barón, los jóvenes de Villas de Salvarcar, los jóvenes de Morelos entre ellos Juan Francisco Sicilia.
También demandaron determinar la identidad de todas las victimas de homicidio como requisito indispensable para generar confianza entre la sociedad.
Ante miles de personas convocaron al gobierno de Felipe Calderón a cambiar la estrategia militar y asumir una nueva con un enfoque de seguridad pública y de protección de los derechos humanos.
Demandaron que en seis meses el Congreso de la Unión elimine el fuero a legisladores y funcionarios de los tres órdenes de gobierno, en materia de actos de corrupción, delitos del orden común y del crimen organizado.
Otras de las acciones que exigieron cumplir en un plazo de dos meses, fue la de que los Congresos locales aprueben la reforma constitucional en derechos humanos y sea publicada de inmediato. Aunque precisaron que esto no debe estar supeditado al contenido de la Ley de Seguridad Nacional sobre la cual señalaron que no deben aprobarse las modificaciones propuestas al dictamen.
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