Resistencia civil, si no frenan violencia: Sicilia en marcha

Al salir la caravana de CU rumbo al Zócalo, el poeta afirmó que "debemos de tener los huevos y no claudicar, para no pagar impuestos y hacerlo todos, para rodear el Senado o la Cámara de Diputados hasta que nos hagan caso”.

Ciro Pérez Silva y Víctor Ballinas


México, DF. Conforme transcurren los minutos, la caravana que encabeza Javier Sicilia se va extendiendo. Ya sobre el Eje Central en la colonia Portales, a la altura del Eje 6, el grueso del contingente cubre al menos cuatro cuadras. En estos momentos, cuatro calles antes de que llegue la primera descubierta de la marcha, las calles están llenas esperando el paso del poeta y escritor.

En este momento el sacerdote Alejandro Solalinde acompaña a Sicilia al igual que un numeroso grupo de indocumentados. A la vera del camino, grupos de bicicleteros acompañan la marcha con el sonido de campanas; asociaciones civiles apoyan la caminata regalando agua y fruta.

Estas escenas de solidaridad las repiten niños, ancianos, mujeres con globos blancos o pancartas en las que se lee: ¡No más sangre!, ¡Ya basta!, ¡Ni uno más!

En un silencio que sólo rompieron la consigna de “¡Zapata vive, la lucha sigue!” que motivó la presencia de habitantes de Atenco, que reivindicaron su derecho a la tierra que ocupan.

A su paso se van sumando nuevos grupos o personas que en lo individual le expresan a Javier Sicilia su dolor por los familiares perdidos, historias de sangre y muerte en una lucha que, advierten, “ni entendemos ni compartimos”.

Figuras humanas de papel dan cuenta también de los 10 mil huérfanos sólo en el año pasado, de la militarización del país, de una década más de desaparecidos políticos o de los 45 mil muertos de esta guerra.

Aquí también se han sumado ya algunos padres de los niños muertos en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, entre otros muchos que se acercan a Sicilia para expresar su solidaridad.

Más de dos mil personas se van delante de la descubierta, y se siguen sumando decenas y decenas. A cada calle que avanza, la movilización crece. La consigna es: “¡No más sangre!”.

Alrededor de las 08:43 horas, cuando arrancó el cuarto y último día de la marcha, Javier Sicilia señaló que a pesar de la podredumbre de las instituciones y de lo avergonzado que se puede sentir un mexicano cuando ve a los políticos disputarse el poder anteponiendo sus intereses particulares a los del pueblo, “todavía es posible hacer que la palabra cambie al país si la transformamos en acción, si no permitimos que nos gane la inmovilidad y nos quedamos sin hacer nada después de esta marcha”.

En la explanada principal, el poeta dijo que de ser necesario “debemos recurrir a la desobediencia civil. Hay que tener los huevos para no claudicar, para no pagar impuestos y hacerlo todos, para rodear el Senado o la Cámara de Diputados hasta que nos hagan caso.

Todavía creo que es posible que lleguemos a tocar el corazón y ese pequeño gramo de bondad que hay en los políticos, en los militares, en los policías y hasta en los delincuentes para que entiendan de una vez que no queremos que el país siga como va, parece que no entienden, pero nos vamos a hacer entender”, sentenció.

A lo largo de la caminata se han sumado diversos contingentes en su paso hacia el Zócalo capitalino, donde se prevé llegar alrededor de las 14:00 horas para presentar seis puntos que espera convertir en un pacto nacional hacia la transformación del país.

El contingente de la marcha salió de Ciudad Universitaria por Insurgentes, continuó por Eje 10 Sur, Avenida Universidad, Río Churubusco, Eje Central y se tiene previsto que ingrese al Zócalo por 5 de Mayo.

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