Álvaro Cepeda Neri
Enredados en dimes y diretes, como pleitistas de cantina: borrachitos en la barra de la cantina, echando habladas contra los que no son de su banda, los panistas, azuzados por Calderón al estilo de los perros que ladran, pero no muerden (aunque, como Lozano Alarcón tira a morder), este trío se disputa la designación del inquilino de Los Pinos para ser impuesto como candidato presidencial de PAN (y en lo oscurito acechando como francotirador para la sucesión: García Luna, el ineficaz secretario de Seguridad Pública Federal y, en una de esas se le hace si el final del sexenio sigue el desenlace policiaco-militar, con las nuevas facultades para que Calderón, a la Victoriano Huerta, imponga el Estado de sitio).
Esos rápidos y furiosos son: Lozano, Lujambio (quien ya descartó a doña Elba Esther Gordillo y su apoyo en dinero y profesores para la competencia electoral) y Félix Guerra. Están fuera de antemano doña Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, pues no son del bestiario político de Calderón; es más: los odia y desprecia. Así que los que están en la polla son Lujambio, quien al menos, sabe leer y escribir. Lozano Alarcón, el furioso titular de Trabajo, enloquecido por la ambición de llegar a la grande. Y Heriberto Félix Guerra, quien –dice– no tiene filiación panista y asegura que a él se refiere Calderón al hablar de un candidato externo. Como sea, los tres personajes gritan, desde su cantina, que “no están mancos ni son dejados”.
Y con ese lema se van materialmente encima del bravucón presidente ¿aparente? del PRI: Moreira, en el pleito de quién generó más pobres. PAN y PRI contribuyeron a ese desastre, sobre todo cuando Salinas-Zedillo y ahora con Fox-Calderón. Félix Guerra acaba de reconocer que en el país existen 70 millones de pobres (consultar la nota del reportero Bertoldo Velasco Silva: El Financiero: 20/IV/11). De esta manera sí cuadran los números, ya que la mancuerna salinista-zedillista dejó 40 millones de pobres y el foxismo-calderonista le sumó 30 millones y, todo indica que al final del mal gobierno calderonista, habrá 10 millones más en el empobrecimiento.
Lozano, Lujambio y Félix son los rápidos y furiosos panistas que salen al paso de lo que le echan en cara al PAN y Calderón, respecto a que han creado 30 millones de pobres (y serán 40 cuando Calderón salga huyendo del país, si no decide dar el Golpe militar, ahora que prospere la iniciativa legislativa que le daría a Calderón manos libres para imponer militarmente el Estado de excepción). Esos panistas pelean contra los priistas, entretenidos en leerse las manos para insultarse mutuamente y en lugar de ofrecer soluciones, dan un espectáculo degradante y de relajamiento total, haciendo del país un botín, mientras Lozano, Lujambio y Félix actúan de bulto como ebrios (mencionar el alcoholismo es como mentar la cuerda en casa del ahorcado) de poder, para mostrarle a los ciudadanos que son las mejores cartas del PAN y además con el visto bueno de Calderón. Tenemos enfrente un circo de cantina.
Enredados en dimes y diretes, como pleitistas de cantina: borrachitos en la barra de la cantina, echando habladas contra los que no son de su banda, los panistas, azuzados por Calderón al estilo de los perros que ladran, pero no muerden (aunque, como Lozano Alarcón tira a morder), este trío se disputa la designación del inquilino de Los Pinos para ser impuesto como candidato presidencial de PAN (y en lo oscurito acechando como francotirador para la sucesión: García Luna, el ineficaz secretario de Seguridad Pública Federal y, en una de esas se le hace si el final del sexenio sigue el desenlace policiaco-militar, con las nuevas facultades para que Calderón, a la Victoriano Huerta, imponga el Estado de sitio).
Esos rápidos y furiosos son: Lozano, Lujambio (quien ya descartó a doña Elba Esther Gordillo y su apoyo en dinero y profesores para la competencia electoral) y Félix Guerra. Están fuera de antemano doña Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, pues no son del bestiario político de Calderón; es más: los odia y desprecia. Así que los que están en la polla son Lujambio, quien al menos, sabe leer y escribir. Lozano Alarcón, el furioso titular de Trabajo, enloquecido por la ambición de llegar a la grande. Y Heriberto Félix Guerra, quien –dice– no tiene filiación panista y asegura que a él se refiere Calderón al hablar de un candidato externo. Como sea, los tres personajes gritan, desde su cantina, que “no están mancos ni son dejados”.
Y con ese lema se van materialmente encima del bravucón presidente ¿aparente? del PRI: Moreira, en el pleito de quién generó más pobres. PAN y PRI contribuyeron a ese desastre, sobre todo cuando Salinas-Zedillo y ahora con Fox-Calderón. Félix Guerra acaba de reconocer que en el país existen 70 millones de pobres (consultar la nota del reportero Bertoldo Velasco Silva: El Financiero: 20/IV/11). De esta manera sí cuadran los números, ya que la mancuerna salinista-zedillista dejó 40 millones de pobres y el foxismo-calderonista le sumó 30 millones y, todo indica que al final del mal gobierno calderonista, habrá 10 millones más en el empobrecimiento.
Lozano, Lujambio y Félix son los rápidos y furiosos panistas que salen al paso de lo que le echan en cara al PAN y Calderón, respecto a que han creado 30 millones de pobres (y serán 40 cuando Calderón salga huyendo del país, si no decide dar el Golpe militar, ahora que prospere la iniciativa legislativa que le daría a Calderón manos libres para imponer militarmente el Estado de excepción). Esos panistas pelean contra los priistas, entretenidos en leerse las manos para insultarse mutuamente y en lugar de ofrecer soluciones, dan un espectáculo degradante y de relajamiento total, haciendo del país un botín, mientras Lozano, Lujambio y Félix actúan de bulto como ebrios (mencionar el alcoholismo es como mentar la cuerda en casa del ahorcado) de poder, para mostrarle a los ciudadanos que son las mejores cartas del PAN y además con el visto bueno de Calderón. Tenemos enfrente un circo de cantina.
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