Persisten protestas en España, a pesar de la prohibición de gobierno

El movimiento de protesta por cambios políticos y económicos de la Puerta del Sol de Madrid seguía en pie de guerra este sábado por séptimo día, al igual que en otras ciudades, a pesar de que en España están prohibidas las manifestaciones durante dos días por las elecciones del domingo.

Después de una multitudinaria concentración de casi 20 mil personas el viernes hasta altas horas de la noche en la emblemática plaza madrileña, el llamado movimiento 15-M (empezaron a manifestarse el 15 de mayo) pretende quedarse este sábado y domingo a pesar de esa prohibición.

El movimiento, contagiado por todo el país, sacó a las calles a unas 60 mil personas el viernes por la noche, según el diario El País, y a otros cientos de personas en varias ciudades europeas como París, Londres y Bruselas.

"Para hoy y mañana tenemos una prioridad muy clara: respeto total y absoluto a la jornada de reflexión" electoral, este sábado, "y también a la jornada electoral" del domingo, explica Juan López, uno de los portavoces del movimiento en Sol.

Eso quiere decir que no se moverán de allí los cientos de jóvenes que llevan días formando un verdadero campamento en Sol, donde las asambleas y debates se suceden de día y de noche se duerme bajo las lonas de plástico que cubren una parte de la plaza o en tiendas.

Y si a última hora del sábado, como en los últimos días, personas de todas las edades acuden a una concentración espontánea, reivindicativa, pacífica y festiva, "que vengan; no hay ninguna convocatoria", señala, aunque apunta que "no se darán consignas por megafonía".

Y tras los comicios -en los que se eligen los ayuntamientos de toda España y los parlamentos de 13 de las 17 regiones y se espera la derrota de los socialistas-, "el lunes tenemos la firme intención de retomar nuestra agenda con mucha fuerza", asegura.

Identificar propuestas para "una democracia limpia de corruptos", más justa y representativa y que no gobierne bajo el dictado de los mercados es la agenda del movimiento, que dice no representar a ningún partido político.

A pesar de la prohibición de la junta electoral central, la policía no desalojó a los manifestantes el viernes, después que el gobierno español, que en todo momento se ha mostrado comprensivo, dio a entender que no ordenaría intervenir a las fuerzas de seguridad.

Este sábado por la mañana, unas mil 500 personas, entre jóvenes que acampan, personas mayores que acuden a los debates, turistas y curiosos, llenaban la plaza, donde algunos aún dormían mientras el campamento se activaba.

"Dormir, dormir, no apetece mucho; nos hemos tumbado a descansar a las 5:50 o 6H" y, para entonces, "ya había gente durmiendo debajo de las lonas", relata Irene, estudiante de 18 años que recogía los sacos de dormir y cartones donde ha descansado con un grupo de amigas.

La protesta, que comenzó el domingo pasado con un llamado espontáneo de jóvenes en las redes sociales, "está siendo algo necesario", se alegra la estudiante Julia Estefanía, de 20 años, con una frase que repite desde hace días gente de todas las edades, a modo de catarsis, por los graves efectos de la crisis en España.

Tras dos años de recesión, la economía española se recupera con dificultades, pero no así el desempleo, que se disparó desde ocho por ciento antes de la crisis a más de 21 por ciento actualmente. Entre los menores de 25 años, supera ya 44 por ciento.

"En España no se creía que la gente fuera capaz de hacer esto. Por fin estamos viviendo algo", "esto sobre todo ha servido para confiar en la gente y ver la fuerza que tenemos, que no somos sólo un puto voto", celebra esta estudiante de Políticas que vino el viernes desde Toledo y describe Sol como "un microcosmos superguay".

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