Francisco Rodríguez / Índice Político
Escribe un lector –cuya identidad guardo para evitarle represalias– sobre la actuación de uno de los funcionarios clave de Pemex, Carlos Morales Gil, quien funge como director de la subsidiaria Pemex Exploración y Producción (PEP) y de cómo éste dilapida “el tesorito” o, de plano, mata a la gallina de los huevos de oro negro.
Apunta, así, que son tres los aspectos fundamentales de la empresa que permiten ubicar en su verdadera dimensión la gestión de Morales Gil: 1) La producción y las reservas, 2) El proyecto Chicontepec, y 3) El proyecto Aguas Profundas.
En torno al primero, la producción y las reservas, mi corresponsal sostiente que la forma más fácil de incrementar la producción, como lo ha hecho en su gestión Carlos Morales, es abrir los estranguladores al máximo sin importar que se abata la presión de los yacimientos; es decir, llevar a cabo una extracción irracional sin importar el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos, pero eso sí, él quedando muy bien con Felipe Calderón.
De esa manera se agotan rápidamente los yacimientos al extraerse el gas mezclado con el aceite o el condensado y quedar sin energía los mismos. Además, en los yacimientos de gas y condensado cuando la presión es menor a la presión del punto de rocío del yacimiento, ocurre una condensación retrógrada que hace que los líquidos se queden en los poros del yacimiento.
Baste recordar que debido al sistema de explotación que se lleva a cabo en México, solamente se extrae en promedio un 30% (lo que se llama factor de recuperación) del volumen original que existe en los yacimientos, dependiendo de la densidad de los hidrocarburos.
Así que hay que imaginar los miles de millones de barriles de petróleo inertes que por esa práctica de explotación “complaciente” y apátrida, se han dejado en ellos. Como ejemplo, Cantarell que ya está en su etapa final de explotación tiene un volumen original de 36 000 millones de barriles, que, con un factor de recuperación de 36.11 %, da una reserva original de 13 000 millones de barriles, de los cuales se han producido 7 100 millones de barriles.
En teoría, en Cantarell, tenemos todavía una reserva remanente de 5 900 millones de barriles, si no se le abren más a los estranguladores, pero se quedarían irremediablemente en el subsuelo 23 000 millones de barriles más.
La realidad es que desde que arribó Carlos Morales Gil a la dirección de PEP se ha reducido la producción de 3.3 millones de barriles/día a 2.5 millones de barriles/día en 2010. Es más, hay que recordar que desde que ocupó la Subdirección de la región sur los volúmenes de producción de aceite y gas, al final de su gestión, fueron inferiores a los volúmenes que recibió cuando llegó. Su actuación es una constante de ineficiencia, nada más que a nivel de Pemex Exploración y Producción la han enmascarado haciendo creer que ha habido un incremento porque la producción cayó a niveles inferiores a 2.5 millones de barriles/día y la han regresado a ese volumen forzadamente gracias al complejo Ku-Maloob-Zaap, pero realmente están propiciando el abatimiento de la presión de los yacimientos en una forma atípica, lo que le acarreará un costo muy grande a la nación.
Pero esto no le importa a la alta dirección de Pemex, a pesar de que las reservas probadas de la paraestatal suman 13 796 millones de barriles de hidrocarburos líquidos totales, lo que equivale a solo 13 años de extracción al ritmo actual. Se deben programar de manera urgente, estudios en las reservas probables y posibles que suman 29 278 millones de barriles de hidrocarburos líquidos totales, a efecto de reclasificarlas a probadas.
Ahora, con el reciente descubrimiento del campo Pareto, en Tabasco, quieren engañar a la opinión pública declarando que es la panacea para incrementar la producción. La realidad es que es un buen descubrimiento, pero que por el momento no va a incidir para nada en la producción, ya que se trata de 3 700 barriles/día y 8 millones de pies cúbicos/día. Primero, es necesario construir su línea de descarga que llevará por lo menos 3 meses; para que el siguiente o los siguientes pozos de desarrollo entren en producción tendrán que pasar entre 12 y 14 meses debido a la tramitación de los permisos ambientales, el tiempo que lleva la construcción de la pera y la perforación para alcanzar el yacimiento (7 300 metros). Con estos tiempos, la producción “fresca” se pierde con la declinación de los campos que es en promedio 10 % anual en la región sur. (Continúa)
Índice Flamígero: Un empresario textilero, quien acredita una antigua amistad con Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, lo visitó para denunciar el robo a una de sus empresas. De esa reunión lo enviaron con Miguel Ángel Mancera, procurador General ¿de Justicia? del Distrito Federal, quien al recibir al empresario inmediatamente llamó a su primer comandante. El empresario textilero directamente entregó al procurador los datos e información exacta de la investigación que él mismo en lo particular había llevado a cabo, dándole el domicilio de Tepito donde se encontraba la mercancía que le había sido robada. El procurador y el empresario intercambiaron números telefónicos celulares para realizar un operativo al día siguiente. Tal y como habían quedado, el empresario le llamó al comandante para acordar el operativo, pero éste último le comentó que todo se posponía para el siguiente día y que se comunicaban más tarde para coordinar el operativo. Esa fue la última ocasión, hace semanas, que hablaron pues desde entonces ni el procurador ni el comandante volvieron a contestar una sola llamada, y “casualmente” la mercancía robada fue sacada de ese lugar. ¿Complicidad? ¿Algo más?
Escribe un lector –cuya identidad guardo para evitarle represalias– sobre la actuación de uno de los funcionarios clave de Pemex, Carlos Morales Gil, quien funge como director de la subsidiaria Pemex Exploración y Producción (PEP) y de cómo éste dilapida “el tesorito” o, de plano, mata a la gallina de los huevos de oro negro.
Apunta, así, que son tres los aspectos fundamentales de la empresa que permiten ubicar en su verdadera dimensión la gestión de Morales Gil: 1) La producción y las reservas, 2) El proyecto Chicontepec, y 3) El proyecto Aguas Profundas.
En torno al primero, la producción y las reservas, mi corresponsal sostiente que la forma más fácil de incrementar la producción, como lo ha hecho en su gestión Carlos Morales, es abrir los estranguladores al máximo sin importar que se abata la presión de los yacimientos; es decir, llevar a cabo una extracción irracional sin importar el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos, pero eso sí, él quedando muy bien con Felipe Calderón.
De esa manera se agotan rápidamente los yacimientos al extraerse el gas mezclado con el aceite o el condensado y quedar sin energía los mismos. Además, en los yacimientos de gas y condensado cuando la presión es menor a la presión del punto de rocío del yacimiento, ocurre una condensación retrógrada que hace que los líquidos se queden en los poros del yacimiento.
Baste recordar que debido al sistema de explotación que se lleva a cabo en México, solamente se extrae en promedio un 30% (lo que se llama factor de recuperación) del volumen original que existe en los yacimientos, dependiendo de la densidad de los hidrocarburos.
Así que hay que imaginar los miles de millones de barriles de petróleo inertes que por esa práctica de explotación “complaciente” y apátrida, se han dejado en ellos. Como ejemplo, Cantarell que ya está en su etapa final de explotación tiene un volumen original de 36 000 millones de barriles, que, con un factor de recuperación de 36.11 %, da una reserva original de 13 000 millones de barriles, de los cuales se han producido 7 100 millones de barriles.
En teoría, en Cantarell, tenemos todavía una reserva remanente de 5 900 millones de barriles, si no se le abren más a los estranguladores, pero se quedarían irremediablemente en el subsuelo 23 000 millones de barriles más.
La realidad es que desde que arribó Carlos Morales Gil a la dirección de PEP se ha reducido la producción de 3.3 millones de barriles/día a 2.5 millones de barriles/día en 2010. Es más, hay que recordar que desde que ocupó la Subdirección de la región sur los volúmenes de producción de aceite y gas, al final de su gestión, fueron inferiores a los volúmenes que recibió cuando llegó. Su actuación es una constante de ineficiencia, nada más que a nivel de Pemex Exploración y Producción la han enmascarado haciendo creer que ha habido un incremento porque la producción cayó a niveles inferiores a 2.5 millones de barriles/día y la han regresado a ese volumen forzadamente gracias al complejo Ku-Maloob-Zaap, pero realmente están propiciando el abatimiento de la presión de los yacimientos en una forma atípica, lo que le acarreará un costo muy grande a la nación.
Pero esto no le importa a la alta dirección de Pemex, a pesar de que las reservas probadas de la paraestatal suman 13 796 millones de barriles de hidrocarburos líquidos totales, lo que equivale a solo 13 años de extracción al ritmo actual. Se deben programar de manera urgente, estudios en las reservas probables y posibles que suman 29 278 millones de barriles de hidrocarburos líquidos totales, a efecto de reclasificarlas a probadas.
Ahora, con el reciente descubrimiento del campo Pareto, en Tabasco, quieren engañar a la opinión pública declarando que es la panacea para incrementar la producción. La realidad es que es un buen descubrimiento, pero que por el momento no va a incidir para nada en la producción, ya que se trata de 3 700 barriles/día y 8 millones de pies cúbicos/día. Primero, es necesario construir su línea de descarga que llevará por lo menos 3 meses; para que el siguiente o los siguientes pozos de desarrollo entren en producción tendrán que pasar entre 12 y 14 meses debido a la tramitación de los permisos ambientales, el tiempo que lleva la construcción de la pera y la perforación para alcanzar el yacimiento (7 300 metros). Con estos tiempos, la producción “fresca” se pierde con la declinación de los campos que es en promedio 10 % anual en la región sur. (Continúa)
Índice Flamígero: Un empresario textilero, quien acredita una antigua amistad con Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, lo visitó para denunciar el robo a una de sus empresas. De esa reunión lo enviaron con Miguel Ángel Mancera, procurador General ¿de Justicia? del Distrito Federal, quien al recibir al empresario inmediatamente llamó a su primer comandante. El empresario textilero directamente entregó al procurador los datos e información exacta de la investigación que él mismo en lo particular había llevado a cabo, dándole el domicilio de Tepito donde se encontraba la mercancía que le había sido robada. El procurador y el empresario intercambiaron números telefónicos celulares para realizar un operativo al día siguiente. Tal y como habían quedado, el empresario le llamó al comandante para acordar el operativo, pero éste último le comentó que todo se posponía para el siguiente día y que se comunicaban más tarde para coordinar el operativo. Esa fue la última ocasión, hace semanas, que hablaron pues desde entonces ni el procurador ni el comandante volvieron a contestar una sola llamada, y “casualmente” la mercancía robada fue sacada de ese lugar. ¿Complicidad? ¿Algo más?
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