Pase usted

Astillero / Julio Hernández López

Pase usted
Enemigo en común
Los riesgos de la unidad Nayarit, deudas


La aduana peñanietista ha dejado pasar a Alejandro Encinas como si de verdad hubiera un pacto discreto contra el enemigo común que sería el panismo. A pesar de que el propio ex jefe del gobierno capitalino y actual diputado federal por una circunscripción que no incluye al estado de México había reconocido a fines del año pasado su incumplimiento de los requisitos para ser candidato a gobernador de esa entidad, los miembros de un consejo electoral que se mueve al influjo de un copete determinaron aceptar por unanimidad que cuenta con la calidad de vecino y que, por tanto, puede competir.

El unificado criterio de los consejeros electorales mexiquenses contó con la anunciada oposición del panismo local que, en todo caso, tendrá oportunidad de impugnar la resolución encinista ante el tribunal electoral federal. Fluctuante en lealtades entre la precandidata Margarita Zavala (MZ) y el peñanietismo, pues de la primera es amiga desde hace largo tiempo y del segundo se ha hecho segura servidora (por ejemplo: en cenadora fecha reciente, para exoneraciones por asuntos de espots nacionales para difundir el quinto informe de gobierno de EPN), la presidenta del citado tribunal, María del Carmen Alanís, tendrá en su cartera de intereses la palabra final sobre el destino del barbado perredista que ya antes había dicho que algunos de sus correligionarios le habían exhortado a transitar el camino de la candidatura en riesgo para dar buena posición a la marca partidista y, en dado caso, dejar con puntos ganados a otro personaje. Tan clara ha estado esa posibilidad de negativa del registro que la senadora Yeidckol Polevnsky ha solicitado licencia a su cargo para encargarse de tiempo completo de algunas áreas de la campaña de Encinas y, además, estar en condición de entrar al relevo si fuera necesario.

Sin embargo, al PRI peñanietista le conviene en este primer tramo que el sufragio contrario a los tres colores se reparta entre el PRD y el PAN, y por ello ha abatido los obstáculos locales para Encinas y seguramente empujará en el plano federal para que se sostenga el registro. Eruviel Ávila, el candidato tricolor, tendrá mejores condiciones de triunfo si hay votaciones altas, pero divididas, en favor del yunquista Luis Felipe Bravo Mena y del economista Encinas. Entre más reñida sea la pelea entre tres, más cómodamente podrá fabricarse la victoria tramposa de uno, Eruviel, con todo el peso del gobierno estatal y del sindicato de gobernadores y ex.

Por constarle más de lo que puede decir o por meras intenciones insidiosas, en ese contexto de aliancismo de facto ha aparecido el presidente nacional del PRI, Moreira, con aires de pretender pintarse un poco de Morena. El coahuilense que administra el comité nacional priísta a nombre de Peña Nieto lanzó una bola ensalivada al bateador tabasqueño de triple uniforme (PRD, PT y Convergencia) con la esperanza de que éste se enganchara con una presunta alianza informal contra el PAN que, según el profe Humberto, sería el verdadero enemigo del sol azteca y el copete tricolor. Obviamente, el cuarto bat tropical desestimó la jugada, reiteró que el PRI y el PAN son lo mismo y llamó a analizar el papel de las cúpulas priístas y algunos gobernadores en el apoyo al fraude electoral de 2006. Pero Humberto Moreira, es decir, Peña Nieto, y otros tricolores estratégicos, siguen pensando que ante la muy cantada cerrazón prebélica del calderonismo contra el PRI, al que pareciera estar juramentado para no dejarlo regresar a Los Pinos al costo que fuera, las circunstancias orillan a desarrollar con el PRD moreno alianzas informales, habladas en niveles capaces de cumplir acuerdos aunque la superioridad no se entere o no quiera darse por enterada.

La reinstalación funcional de las amplias y muy desarrolladas capacidades de negociación cuasimercantil de la izquierda electoral para obtener ganancias grupales está a la vista en la reconstitución de una supuesta unidad perredista con miras a 2012. Así como en 2006 el lopezobradorismo aceptó y promovió la incorporación de segmentos indeseables, como el chuchismo, que finalmente fue el gran ganador electoral del movimiento de aquel año, en aras de una fachada unitaria, ahora se está caminando de nuevo en ese sentido. Lo mismo aparece el senador chuchista Carlos Navarrete asegurando que le gusta la tonadita de la Morena del Pejeyac que se anuncia, sin confirmación general, que en el arranque de campaña de Encinas estarán juntos López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard y Jesús Zambrano. Unidad a toda costa, y costo, en ese juego de separaciones y reconciliaciones de una clase política perredista que sigue siendo el eje de la construcción política del futuro electoral.

Y, si el PRI peñanietista trata de aparentar un acercamiento táctico con el lopezobradorismo multipardista, los Chuchos y Ebrard buscan dar continuidad al contrato de favores mutuos que estuvo a punto de ser cancelado por incumplimientos en el estado de México. Haiga sido como haiga sido, el aliancismo diseñado por el tutor Manuel Camacho busca que el chucho Guadalupe Acosta Naranjo sea candidato del PRD y el PAN en Nayarit, aunque el partido de blanco y azul trata de escabullirse postulando a la esposa del ex gobernador Antonio Echevarría, Martha García, quien actualmente es diputada federal por el sol azteca.

En otras pistas de la Carpa Nacional, Calderón y Gordillo aparentan que mantienen buenas relaciones políticas (aunque Elba Esther está provisionalmente aliada a Peña Nieto) y juegan a las buenas intenciones de mejoría que no pudieron cumplirse en los momentos de cierta fuerza del felipismo y menos lo serán en el tramo final declinante. En el Instituto Nacional de Migración se notifica a los ciudadanos que son infundadas las creencias de que algo serio se preparaba para castigar a algunos funcionarios responsables de las masacres contra viajeros indocumentados, sobre todo de Centroamérica: los siete delegados que originalmente se había dicho que habían sido destituidos en realidad fueron parte de una inocua rotación de mandos. ¡Hasta mañana!

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