Martha Anaya / Crónica de Política
Marcos reconoce que no es experto en el tema, pero que si tuviera que hacer algo para luchar contra la inseguridad comenzaría por lo siguiente:
-Rastrear todas las camionetas de cierto tipo, las que les gustan a los narcos para ubicarlos fácilmente.
-Colocaría cámaras escondidas en las carreteras y en las casetas de las carreteras; pagaría taxistas, o todo tipo de personas para ubicar todas las camionetas que usan los delincuentes.
-Una vez ubicadas todas las camionetas –dice Marcos– los delitos bajarían enormemente porque ni modo que se transporten en vochos para cometer las ejecuciones.
–Si esto no da resultado –agrega–, promulgaría una ley: que después de las 10 de la noche esté prohibido usar camionetas grandes y todos los que las usen serán revisados y detenidos para investigaciones.
Otra cosa que haría, sería obligar a las armadoras a instalarle GPS a todas las camionetas grandes para que los militares puedan rastrearlas.
Marcos es un simple ciudadano. Ni trabaja para la policía, ni para el gobierno. Es un cibernauta que escribió esta propuesta en reacción a una nota publicada sobre la agresión, en Monterrey, Nuevo león, a un convoy militar.
La información en cuestión narraba: “Alrededor de las 4:20 horas el convoy militar se topó en Lincoln y Gonzalitos con varias camionetas con personas en el interior. Al marcarles el alto, los vehículos aceleraron la marcha y siguieron al poniente por Lincoln, pero en lo alto del paso a desnivel de Rangel Frías estaba otro grupo de hombres armados. El comando disparó al paso de los militares e hirió a uno de ellos.
“Los soldados repelieron la agresión, pero continuaron la persecución, y en el cruce con Lincoln y la Calle Teléfonos, en la Colonia Fidel Velázquez, dieron alcance a una camioneta Yukon blanca, matrícula SLV 3479, y un Accord del mismo color. En ese punto, los presuntos delincuentes se estrellaron contra el barandal de concreto de un domicilio y descendieron disparando contra los soldados.
“De acuerdo con los informes, en ese lugar inició otra refriega de varios minutos. Dentro de los vehículos fueron encontrados chalecos antibalas, armamento de alto poder, fornituras, cartuchos, cargadores, equipo de radiocomunicación y celulares.
“Otro grupo de militares siguió a varias de las camionetas de los pistoleros, y cerca del centro comercial Plaza Sendero Lincoln, a la altura de la Fraccionamiento Puerta de Hierro, dieron alcance a una camioneta Silverado. Según testigos, en ese lugar los pistoleros bajaron, subieron a otro vehículo y dejaron abandonada la camioneta”.
Esta fue la nota que dio pie a la propuesta de Marcos. Y, la verdad, no suena descabellada. Es más, me resulta muy atractiva porque, como dice, “ni modo que asalten en vochos”.
Marcos reconoce que no es experto en el tema, pero que si tuviera que hacer algo para luchar contra la inseguridad comenzaría por lo siguiente:
-Rastrear todas las camionetas de cierto tipo, las que les gustan a los narcos para ubicarlos fácilmente.
-Colocaría cámaras escondidas en las carreteras y en las casetas de las carreteras; pagaría taxistas, o todo tipo de personas para ubicar todas las camionetas que usan los delincuentes.
-Una vez ubicadas todas las camionetas –dice Marcos– los delitos bajarían enormemente porque ni modo que se transporten en vochos para cometer las ejecuciones.
–Si esto no da resultado –agrega–, promulgaría una ley: que después de las 10 de la noche esté prohibido usar camionetas grandes y todos los que las usen serán revisados y detenidos para investigaciones.
Otra cosa que haría, sería obligar a las armadoras a instalarle GPS a todas las camionetas grandes para que los militares puedan rastrearlas.
Marcos es un simple ciudadano. Ni trabaja para la policía, ni para el gobierno. Es un cibernauta que escribió esta propuesta en reacción a una nota publicada sobre la agresión, en Monterrey, Nuevo león, a un convoy militar.
La información en cuestión narraba: “Alrededor de las 4:20 horas el convoy militar se topó en Lincoln y Gonzalitos con varias camionetas con personas en el interior. Al marcarles el alto, los vehículos aceleraron la marcha y siguieron al poniente por Lincoln, pero en lo alto del paso a desnivel de Rangel Frías estaba otro grupo de hombres armados. El comando disparó al paso de los militares e hirió a uno de ellos.
“Los soldados repelieron la agresión, pero continuaron la persecución, y en el cruce con Lincoln y la Calle Teléfonos, en la Colonia Fidel Velázquez, dieron alcance a una camioneta Yukon blanca, matrícula SLV 3479, y un Accord del mismo color. En ese punto, los presuntos delincuentes se estrellaron contra el barandal de concreto de un domicilio y descendieron disparando contra los soldados.
“De acuerdo con los informes, en ese lugar inició otra refriega de varios minutos. Dentro de los vehículos fueron encontrados chalecos antibalas, armamento de alto poder, fornituras, cartuchos, cargadores, equipo de radiocomunicación y celulares.
“Otro grupo de militares siguió a varias de las camionetas de los pistoleros, y cerca del centro comercial Plaza Sendero Lincoln, a la altura de la Fraccionamiento Puerta de Hierro, dieron alcance a una camioneta Silverado. Según testigos, en ese lugar los pistoleros bajaron, subieron a otro vehículo y dejaron abandonada la camioneta”.
Esta fue la nota que dio pie a la propuesta de Marcos. Y, la verdad, no suena descabellada. Es más, me resulta muy atractiva porque, como dice, “ni modo que asalten en vochos”.
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