Los absurdos del sistema político mexicano y sus campañas

Edmar Ariel Lezama

Ayer lunes 16 de Mayo, mientras la hora de la comida, me entero por la radio, que por la mañana en el Estado de México, tanto Luis Felipe Bravo Mena (PAN), Alejandro Encinas (PRD) y Eruviel Ávila (PRI), iniciaron un peregrinaje de 40 días antes de las elecciones que renovarán la gubernatura de ese estado.

La verdad es que no logro entender la utilidad de una campaña electoral como las que se hacen en México, pues día a día, se recorre un poblado diciendo promesas difíciles de cumplir. Mi asombro no viene por lo expuesto en los templetes, sino más bien, por las horas en que se realizan y la cantidad de gente que asiste a ellos.

La composición de la sociedad y el estilo de vida deseado, exigen una larga jornada laboral, donde muchas veces dos miembros de la familia deben trabajar y los hijos asistir al colegio. Si hablamos de adultos mayores, muchos de ellos sufren carencias económicas debido a lo bajo de las pensiones recibidas (en caso de recibirla), por lo cual resulta increíble mirar en fotografías y televisión, a grandes multitudes dando un apoyo incondicional al candidato a presentarse.

La sospecha ciudadana no resulta más que cierta, pues prácticas como el "acarreo" de gente, siguen siendo la constante en la política mexicana. No importa si el PRD es maestro en costumbres clientelares, al tener una masa de hombres y mujeres a su disposición, a través de beneficios como un permiso para vender en la calle o un micro crédito, se asemejan a sus colegas de PRI y PAN.

Luis Felipe Bravo Mena va con la bendición del gobierno federal, no de su partido. Felipe Calderón ya tiene muy claro que contra Enrique Peña Nieto va a librar dos batallas. La primera en el Estado de México para intentar hacer ganar a su candidato y en base a eso, generar votos para su candidato cuando llegue el momento de renovar la presidencia de la República, qué es cuando la segunda lucha contra Peña Nieto se de.

Felipe Calderón no duda qué su candidato en 2012 será su ministro de Hacienda, Ernesto Cordero, persona de bajo perfil y nada mediática como Enrique Peña. El presidente de nuestro país sabe que si vence en el Estado de México, las posibilidades de victoria para su candidato a la presidencia pueden aumentar.

El aún gobernador del Estado de México piensa ya como candidato presidencial, y a pesar de que su delfín no era Eruviel Ávila, él tenía muy claro que si el ex alcalde de Ecatepec no ere elegido como candidato, su futuro terminaría en una alianza PAN-PRD y repetir el fenómeno Puebla, Oaxaca o Sinaloa, resultaría muy costoso para Peña, pues el prestigio como líder no es el mismo después de una derrota. Aún así, no podemos descartar que a 1 semana de la elección, Felipe Bravo Mena (el peor colocado en las encuestas) decline a favor de Encinas y con la suma de votos, acercarse al PRI.

Si somos serios y exigentes, las campañas no tienen sentido ni razón de ser, pues lo qué ahí se dice, puede ser reproducido por otros medios. Si el pretexto es conocer las carencias y necesidades del lugar, todos ya las sabemos y los censos de población, vivienda y comerciales, avalan la información.

A final de cuentas, la seguridad, traslado de personas y renta de luz y sonido sale del erario público. Dinero a la basura.

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