Las leyes, Blake y la ruta migrante

Martha Anaya / Crónica de Política

El gobierno pide y pide nuevas leyes.

Es una odisea –prácticamente un milagro—lograr que las iniciativas se dictaminen y se aprueben en las dos Cámaras. El camino es largo y tortuoso. ¡Por fin se logra! Pero, a la hora de la verdad, seguimos igual o peor que antes.

Esto ha ocurrido a lo largo del sexenio con diversas leyes (la del lavado de dinero se lleva se lleva las palmas). Pero hablemos en este caso del tema migratorio.

El 26 de enero pasado, el Senado aprobó la nueva Ley de Migración. Horas antes, por cierto, era interceptado, en la vía Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, un tracto camión reportado como robado en el que viajaban 219 migrantes.

Tres meses después, el 29 de abril, tras el hallazgo de más narcofosas en Tamaulipas en las que se presumía la presencia de migrantes oaxaqueños, la Cámara de Diputados votaba a su vez la minuta enviada por el Senado y el país contaba –cuenta ya– con una nueva Ley de Migración.

La nueva Ley de Migración aún no es publicada por el Ejecutivo.

El martes pasado, 17 de mayo, fueron de nuevo interceptados en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, dos trailers con 513 indocumentados centro y sudamericanos, asiáticos y africanos, que viajaban hacinados en su interior.

La detención, por cierto, no fue hecha por autoridades migratorias sino por policías estatales y municipales. Y, como dijera el periodista chiapaneco Rafael Victorio, “llama mucho la atención el hecho de que el recorrido que habían seguido los trailers con su carga humana cruzaron varias garitas no solamente del INM sino también retenes de la Policía Federal Preventiva”.

Paralelamente, el delegado y subdelegado del Instituto Nacional de Migración en el municipio de Frontera Comalapa-Ciudad Cuauhtémoc, eran detenidos, acusados de trata, al obligar a prostituirse a una menor hondureña.

Ambos hechos ocurrieron horas antes de que del secretario de Gobernación, Fernando Blake Mora, iniciara un recorrido por la llamada “ruta del migrante” en los estados del sureste – Chiapas, Oaxaca y Veracruz—y se diera a conocer una “limpia” en el Instituto Nacional de Migración, en donde los actos de corrupción han sido denunciados durante años.

Porque bien sabido es por aquellos rumbos desde hace años, que “los propios agentes del INM que se encargaban de buscar a las mujeres, principalmente jovencitas, para llevarlas a los negocios de giro rojo, muchos de los cuales ellos eran los propietarios, tanto que integraron una Asociación de Bares y Cantinas, mediante la cual hasta se atrevieron a pedir a la Secretaría de Gobernación les autorizaran los permisos de trabajo a las mujeres en esos lugares. En la actualidad, con este caso, se podría decir lo mismo, que ellos están detrás del negocio de la explotación sexual de mujeres, principalmente centroamericanas, que son las más vulnerables”.

Sólo que la anterior encargada del INM, Cecilia Romero, nuca se dio cuenta. O se hizo de la vista gorda, o simplemente no le importó.

De todo ello se le habló a Blake Mora durante su estancia. Le pidieron una “limpia” más profunda en el INM, pero no sólo eso, sino procesar a los involucrados en el tráfico de personas.

-Señor Secretario –le dijo un periodista en la conferencia de prensa–, usted habla muy bonito, habla de la aplicación de la ley, habla de que se ha evolucionado en el Instituto Nacional de Migración…, pero ¿qué va a hacer el Gobierno de México? Y le hago la pregunta a usted señor como responsable de la política interna de México, para que se detenga y encarcele a los policías municipales, estatales y Federales que están prostituyendo sexual y laboralmente a menores de origen centroamericano en territorio mexicano.

Fue la primera parada en este recorrido. Entre tanto, el padre Solalinde –encargado del albergue del migrante en Ixtepec, Oaxaca–, levantaba de nuevo su voz y demandaba: “Tiene que abrirse el suelo veracruzano, porque yo creo ha de ser el hervidero de esqueletos por donde quiera.”

Tamaulipas, Durango y Coahuila, aseguraba, “son sólo una pálida sombra de Veracruz” en cuanto a las fosas clandestinas. No hay que olvidar, decía, que fue en ese estado es donde se “perfeccionó” la desaparición de migrantes.

¿Se atreverán las autoridades a levantar la tierra en zona veracruzana?

Allá habrá de llegar Blake Mora. Es parte de su recorrido. Chiapas sólo refleja, por lo que apunta Solalinde, sólo una pálida imagen de lo que acontece en torno a los migrantes.

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