Francisco Rodríguez / Índice Político
El tema del abuso en la ingesta del alcohol y el poder público ha regresado a la palestra desde este fin de semana. Oportunamente, el suplemento Enfoque del diario Reforma reproduce un fragmento de la entrevista que, para su nuevo libro Los Presidenciables, hiciera Jorge Ramos al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, entre las que destaca esta interrogante:
“– ¿Se vale preguntarle al Presidente si tiene problemas de alcoholismo? –inquiere el entrevistador.
“– Yo creo que se vale preguntarle al Presidente. Yo creo que para despejar ese tema valdría la pena preguntarle al Presidente sobre este tema que ha sido tan polémico. Llevado y traído. En alguna entrevista que alguien le haga (al presidente) pues que le pregunte. Sí.”, responde Peña.
De entre quienes tienen oportunidad de acercarse periodísticamente a Calderón, en este caso, nadie –estoy seguro– se atrevería siquiera a insinuar algo de tal talante. Demasiados compromisos, demasiadas ataduras…
No obstante, asomarse al que presumo es el relajado ambiente de Los Pinos –ahí dónde, de acuerdo a la siempre bien documentada Anabel Hernández, se mandó a construir en 2007 un bar en el sótano del inmueble– resulta fácil a quien se asoma al mundillo virtual a través de Twitter.
Lo hizo así el lector/colaborador de este espacio, don Emilio Treviño, quien encontró “bastante interesante la actividad twitteril del doctor en economía Alexis Milo Caraza, flamante coordinador de asesores de Felipe Calderón. En corrillos se menciona el nombre de Alexis Milo como posible propuesta presidencial para integrarse a la Cofetel en sustitución de Rafael del Villar, quien concluyó su periodo en esa comisión.
“Hasta el miércoles 11 de mayo, la cuenta de twitter @alexismilo de nuestro personaje de hoy, don Alexis Milo, tenía 63 seguidores, y por su parte seguía 113 cuentas. A ese día Alexis Milo aún no emitía twitts. De las cuentas de twitter que Alexis Milo seguía, destacaban las de funcionarios federales, periodistas afines al régimen, algunos políticos opositores (sólo un priísta), y dos cuentas anónimas (@AA_DF y@alcoholímetro), que envían a conductores ebrios información instantánea sobre la ubicación de puestos policiales del alcoholímetro en el DF, para evadirlos. Además de otra cuenta @AC_alcoholímetro, que vende aparatos para autoexaminar el grado de embriaguez. De hecho, la cuenta @AA_DF apela a la hermandad etílica de este modo: ‘Contribuye con la localización en tiempo real de los Alcoholimetros en el DF. Dinos la calle, esquina, sentido fecha y hora en que viste uno.’
“O sea, que al coordinador de asesores de Felipe Calderón y posiblemente próximo comisionado de Cofetel, le gusta empinar el codo, lo cual no tendría nada de malo (‘yo también agarro la jarra’, dice don Emilio); la bronca es que él es un alto funcionario de la Presidencia (ahora ya sabemos con quien se embriaga Calderón en las tardes, deduce el colaborador Treviño). Un coordinador de asesores presidencial no puede mostrar en sus redes sociales que es seguidor de un sitio que difunde información para borrachos sobre retenes antialcohólicos para evadirlos.
“En Estados Unidos, Felipe Calderón, muy echador, criticó a los gringos mariguanos, como si tuviera la autoridad moral, con su coordinador de asesores jugando a las escondidas para seguramente evadir retenes antiborrachos. De seguro Milo Caraza piensa que todavía está en la high school.
“Eso era hasta el miércoles (11 de mayo), porque ya para el viernes 13 de mayo, alguien más avispado que el flamante coordinador presidencial de asesores, o el mismo doctorcito Milo, cayó en la cuenta de que no parecía muy recomendable que un alto funcionario federal se comportara como un mozalbete de secundaria. De ese modo, en su cuenta oficial, Milo Caraza se borró como seguidor de la hermandad de la botella.
“Para su desgracia, si bien cual Caín tecnocrático Milo dejó de seguir cuentas comprometedoras, sus amigos sí son leales, y lo siguen en twitter, como puede comprobarse si se revisa la lista de seguidores de Milo, donde uno de sus fans es precisamente @AA_DF Anti Alcoholímetro. Porque, ¿qué interés puede tener un alerta borrachos en leer twitters de un doctor en economía? ¿No será que el vínculo era en ambas direcciones, antes de la graciosa huída de Milo?
“Pero bueno, en un país de cínicos, donde los descabezados de hoy hacen olvidar las atrocidades de ayer, o niños pueden achicharrarse en maquilas habilitadas de guarderías, un funcionario borrachillo más, nada significa. ¡Salud!”
¡Salud, don Emilio! ¡Salud, señor Caraza!
Índice Flamígero: Sobre el primero de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos, se señala que “derrotarse admitiendo la falta de poder frente al alcohol es esencial. Derrotarse es básicamente admitir que tenemos un problema con nuestra manera de beber; que nuestra relación con el alcohol no es normal, y que esto sencillamente me convierte en alcohólico, no hay más opciones. Llegamos a comprender que teníamos que admitir plenamente en lo más profundo de nuestro ser que éramos alcohólicos. Este es el primer paso hacia la recuperación. Hay que acabar con la ilusión de que somos como la demás gente o de que pronto lo seremos”. Así que, si alguien le llegara a preguntar, ¿lo admitiría?, ¿seguiría engañándose a sí mismo?
El tema del abuso en la ingesta del alcohol y el poder público ha regresado a la palestra desde este fin de semana. Oportunamente, el suplemento Enfoque del diario Reforma reproduce un fragmento de la entrevista que, para su nuevo libro Los Presidenciables, hiciera Jorge Ramos al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, entre las que destaca esta interrogante:
“– ¿Se vale preguntarle al Presidente si tiene problemas de alcoholismo? –inquiere el entrevistador.
“– Yo creo que se vale preguntarle al Presidente. Yo creo que para despejar ese tema valdría la pena preguntarle al Presidente sobre este tema que ha sido tan polémico. Llevado y traído. En alguna entrevista que alguien le haga (al presidente) pues que le pregunte. Sí.”, responde Peña.
De entre quienes tienen oportunidad de acercarse periodísticamente a Calderón, en este caso, nadie –estoy seguro– se atrevería siquiera a insinuar algo de tal talante. Demasiados compromisos, demasiadas ataduras…
No obstante, asomarse al que presumo es el relajado ambiente de Los Pinos –ahí dónde, de acuerdo a la siempre bien documentada Anabel Hernández, se mandó a construir en 2007 un bar en el sótano del inmueble– resulta fácil a quien se asoma al mundillo virtual a través de Twitter.
Lo hizo así el lector/colaborador de este espacio, don Emilio Treviño, quien encontró “bastante interesante la actividad twitteril del doctor en economía Alexis Milo Caraza, flamante coordinador de asesores de Felipe Calderón. En corrillos se menciona el nombre de Alexis Milo como posible propuesta presidencial para integrarse a la Cofetel en sustitución de Rafael del Villar, quien concluyó su periodo en esa comisión.
“Hasta el miércoles 11 de mayo, la cuenta de twitter @alexismilo de nuestro personaje de hoy, don Alexis Milo, tenía 63 seguidores, y por su parte seguía 113 cuentas. A ese día Alexis Milo aún no emitía twitts. De las cuentas de twitter que Alexis Milo seguía, destacaban las de funcionarios federales, periodistas afines al régimen, algunos políticos opositores (sólo un priísta), y dos cuentas anónimas (@AA_DF y@alcoholímetro), que envían a conductores ebrios información instantánea sobre la ubicación de puestos policiales del alcoholímetro en el DF, para evadirlos. Además de otra cuenta @AC_alcoholímetro, que vende aparatos para autoexaminar el grado de embriaguez. De hecho, la cuenta @AA_DF apela a la hermandad etílica de este modo: ‘Contribuye con la localización en tiempo real de los Alcoholimetros en el DF. Dinos la calle, esquina, sentido fecha y hora en que viste uno.’
“O sea, que al coordinador de asesores de Felipe Calderón y posiblemente próximo comisionado de Cofetel, le gusta empinar el codo, lo cual no tendría nada de malo (‘yo también agarro la jarra’, dice don Emilio); la bronca es que él es un alto funcionario de la Presidencia (ahora ya sabemos con quien se embriaga Calderón en las tardes, deduce el colaborador Treviño). Un coordinador de asesores presidencial no puede mostrar en sus redes sociales que es seguidor de un sitio que difunde información para borrachos sobre retenes antialcohólicos para evadirlos.
“En Estados Unidos, Felipe Calderón, muy echador, criticó a los gringos mariguanos, como si tuviera la autoridad moral, con su coordinador de asesores jugando a las escondidas para seguramente evadir retenes antiborrachos. De seguro Milo Caraza piensa que todavía está en la high school.
“Eso era hasta el miércoles (11 de mayo), porque ya para el viernes 13 de mayo, alguien más avispado que el flamante coordinador presidencial de asesores, o el mismo doctorcito Milo, cayó en la cuenta de que no parecía muy recomendable que un alto funcionario federal se comportara como un mozalbete de secundaria. De ese modo, en su cuenta oficial, Milo Caraza se borró como seguidor de la hermandad de la botella.
“Para su desgracia, si bien cual Caín tecnocrático Milo dejó de seguir cuentas comprometedoras, sus amigos sí son leales, y lo siguen en twitter, como puede comprobarse si se revisa la lista de seguidores de Milo, donde uno de sus fans es precisamente @AA_DF Anti Alcoholímetro. Porque, ¿qué interés puede tener un alerta borrachos en leer twitters de un doctor en economía? ¿No será que el vínculo era en ambas direcciones, antes de la graciosa huída de Milo?
“Pero bueno, en un país de cínicos, donde los descabezados de hoy hacen olvidar las atrocidades de ayer, o niños pueden achicharrarse en maquilas habilitadas de guarderías, un funcionario borrachillo más, nada significa. ¡Salud!”
¡Salud, don Emilio! ¡Salud, señor Caraza!
Índice Flamígero: Sobre el primero de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos, se señala que “derrotarse admitiendo la falta de poder frente al alcohol es esencial. Derrotarse es básicamente admitir que tenemos un problema con nuestra manera de beber; que nuestra relación con el alcohol no es normal, y que esto sencillamente me convierte en alcohólico, no hay más opciones. Llegamos a comprender que teníamos que admitir plenamente en lo más profundo de nuestro ser que éramos alcohólicos. Este es el primer paso hacia la recuperación. Hay que acabar con la ilusión de que somos como la demás gente o de que pronto lo seremos”. Así que, si alguien le llegara a preguntar, ¿lo admitiría?, ¿seguiría engañándose a sí mismo?
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