Al concluir la Marcha por la Paz, se demandó cesar la impunidad, profundas reformas en justicia, esclarecer los casos que más han conmovido a la sociedad y combatir la corrupción en las instituciones que han favorecido la violencia. En su discurso, Javier Sicilia reclamo la salida de García Luna de SSP.
Alonso Urrutia / La Jornada
Al concluir en el zocalo capitalino la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad, se convocó a un pacto nacional que contempla, entre otros aspectos: poner fin a la estrategia militar de Felipe Calderón para enfrentar al crimen organizado; que se acabe con la impunidad mediante una profunda reforma de las instituciones de procuración y administración de justicia; esclarecer los casos que más han conmovido a la sociedad; combatir a la corrupción de las instituciones que ha favorecido la situación de violencia que enfrenta el país.
Ante miles de personas, Olga Reyes, parte de cuya familia fue asesinada en Chihuahua y Patricia Duarte, una de las madres de los niños que murieron en la guardería ABC leyeron los alcances del pacto, en tanto que, en el discurso central, el poeta y convocante a la marcha, Javier Sicilia, demandó la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. “Queremos un mensaje del presidente en donde patentice que nos oyó, con esa renuncia”.
Durante poco más de una hora y media, se efectuó el mitin con el que concluyó la marcha iniciada el jueves pasado en Cuernavaca, y en el cual, Sicilia cuestionó: “¿Por qué permitimos al presidente Calderón sacar al Ejército a las calles y desatar esta guerra absurda?”.
En su intervención cuestionó la complicidad por omisión o acción en que han incurrido los partidos político, en el crecimiento del crimen organizado, censurando hechos como el haber introducido subrepticiamente a un personaje al Congreso para conferirle el fuero como ciudadano, a sabiendas de que estaba vinculado con el crimen organizado.
Sicilia dijo que partidos, gobernantes, jerarcas religiosos, poderes fácticos han permitido el crecimiento de una situación intolerable que ha dejado miles de muertos inocentes. Insistió en que la marcha por la Paz con Justicia y Dignidad se hizo en silencio, porque el dolor y la indignación es tan grande que ya no hay palabras como describirlas.
Anticipó que si no hay una limpieza en los partidos políticos de sus miembros que de alguna manera coludidos con el crimen organizado, por lo que sin una limpieza total de sus filas y un compromiso con la ética política, los ciuddanos tendremos que preguntarnos por qué cartel o por qué poder fáctico tendremos que votar en el 2012.
El poeta se cuestionó por qué se ha permitido al punto de que en las carreteras de Tamaulipas o de Durango se asesine a los migrantes. Exigió también que Estados Unidos asuma su parte, porque en la lógica actual tiene una perversa ganancia mediante las ganancias que le dejan el lavado de dinero o la industria armamentista, mientras mantiene elevados consumos de droga en ese país.
Clamó por que se escuche a la sociedad que clama por un cambio radical en el país que permita reconstruir el tejido social que ha sido destrozado por la corrupción, la violencia y el crimen organizado. Dijo que es necesario ofrecerle mayores oportunidades a los jóvenes para que sus opciones no sólo sean ser víctimas o reserva del ejército del crimen organizado.
Asimismo, cuestionó la pretensión del Congreso de la Unión de pretender aprobar una Ley de Seguridad Nacional donde el único enfoque es militarista, pretensión que se hizo a espaldas de la sociedad y de las organizaciones de derechos humanos. Lamentó que la lógica de legislar de los partidos sea a través del chantaje de los cálculos políticos y administrativos.
Por todo ello, en el pacto promovido se planteó, entre otros aspectos, una política social que favorezca el crecimiento de las oportunidades de estudio y trabajo para las jóvenes. Esto, vinculado a una demanda de que se ponga fin a la militarización, a fin de tener un enfoque diverso respecto a lo que representa el crimen organizado.
Alonso Urrutia / La Jornada
Al concluir en el zocalo capitalino la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad, se convocó a un pacto nacional que contempla, entre otros aspectos: poner fin a la estrategia militar de Felipe Calderón para enfrentar al crimen organizado; que se acabe con la impunidad mediante una profunda reforma de las instituciones de procuración y administración de justicia; esclarecer los casos que más han conmovido a la sociedad; combatir a la corrupción de las instituciones que ha favorecido la situación de violencia que enfrenta el país.
Ante miles de personas, Olga Reyes, parte de cuya familia fue asesinada en Chihuahua y Patricia Duarte, una de las madres de los niños que murieron en la guardería ABC leyeron los alcances del pacto, en tanto que, en el discurso central, el poeta y convocante a la marcha, Javier Sicilia, demandó la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. “Queremos un mensaje del presidente en donde patentice que nos oyó, con esa renuncia”.
Durante poco más de una hora y media, se efectuó el mitin con el que concluyó la marcha iniciada el jueves pasado en Cuernavaca, y en el cual, Sicilia cuestionó: “¿Por qué permitimos al presidente Calderón sacar al Ejército a las calles y desatar esta guerra absurda?”.
En su intervención cuestionó la complicidad por omisión o acción en que han incurrido los partidos político, en el crecimiento del crimen organizado, censurando hechos como el haber introducido subrepticiamente a un personaje al Congreso para conferirle el fuero como ciudadano, a sabiendas de que estaba vinculado con el crimen organizado.
Sicilia dijo que partidos, gobernantes, jerarcas religiosos, poderes fácticos han permitido el crecimiento de una situación intolerable que ha dejado miles de muertos inocentes. Insistió en que la marcha por la Paz con Justicia y Dignidad se hizo en silencio, porque el dolor y la indignación es tan grande que ya no hay palabras como describirlas.
Anticipó que si no hay una limpieza en los partidos políticos de sus miembros que de alguna manera coludidos con el crimen organizado, por lo que sin una limpieza total de sus filas y un compromiso con la ética política, los ciuddanos tendremos que preguntarnos por qué cartel o por qué poder fáctico tendremos que votar en el 2012.
El poeta se cuestionó por qué se ha permitido al punto de que en las carreteras de Tamaulipas o de Durango se asesine a los migrantes. Exigió también que Estados Unidos asuma su parte, porque en la lógica actual tiene una perversa ganancia mediante las ganancias que le dejan el lavado de dinero o la industria armamentista, mientras mantiene elevados consumos de droga en ese país.
Clamó por que se escuche a la sociedad que clama por un cambio radical en el país que permita reconstruir el tejido social que ha sido destrozado por la corrupción, la violencia y el crimen organizado. Dijo que es necesario ofrecerle mayores oportunidades a los jóvenes para que sus opciones no sólo sean ser víctimas o reserva del ejército del crimen organizado.
Asimismo, cuestionó la pretensión del Congreso de la Unión de pretender aprobar una Ley de Seguridad Nacional donde el único enfoque es militarista, pretensión que se hizo a espaldas de la sociedad y de las organizaciones de derechos humanos. Lamentó que la lógica de legislar de los partidos sea a través del chantaje de los cálculos políticos y administrativos.
Por todo ello, en el pacto promovido se planteó, entre otros aspectos, una política social que favorezca el crecimiento de las oportunidades de estudio y trabajo para las jóvenes. Esto, vinculado a una demanda de que se ponga fin a la militarización, a fin de tener un enfoque diverso respecto a lo que representa el crimen organizado.
Comentarios