Hasta el día de hoy continúan los trabajos para rescatar a los mineros atrapados
Andy Novell F.
Es un hecho de que de los 14 trabajadores atrapados en la mina carbonera de la empresa Beneficios Internacionales del Norte, S.A. de C.V. (BINSA), propiedad de Alfonso González Vélez en Sabinas, Coahuila están muertos. Un menor de 15 años herido, nos trae a la mente y al corazón la tragedia de Pasta de Conchos ocurrida el 19 de febrero del 2006, donde 65 mineros murieron y, hasta la fecha, siguen sepultados los restos de 63 personas sepultadas en ese lugar.
Esto manifiesta que las tragedias de los mineros en Coahuila no ocurren de manera aislada. Cabe recordar que desde el siniestro de Pasta de Conchos a la fecha, han perdido la vida 47 trabajadores a consecuencia de la falta de seguridad y condiciones de empleo en minas y pocitos de la región carbonífera.
De acuerdo con Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas A.C, para los empresarios mineros, los pozos de carbón son el medio más barato para extraer el mineral, no sólo porque exige poca inversión, sino porque saben que la población necesita de un “empleo”. Este tipo de trabajos que resulta ser esclavizantes e inseguros; frecuentemente generan daños irreparables como el caso del menor que resultó mutilado en la más reciente tragedia, o lo más terrible, la pérdida de la vida. No se puede decir que se permite a los empresarios poceros abrir las denominadas “minas” porque generan fuentes de empleo, cuando lo que buscan es la explotación de los mineros del carbón y ganancias a costa de sus vidas.
Por otra parte, la pasividad y tolerancia de las autoridades que siguen permitiendo la existencia de los pocitos en la región carbonífera de Coahuila, pues es bien conocido su modo inhumano y peligroso de operar.
¿Cuántos mineros muertos más se necesitan para que las autoridades hagan lo que tienen que hacer? ¿Cuántas familias más sin un integrante en la región carbonífera?
Pareciera que se quiere convertir a Coahuila en una fosa clandestina en donde sólo importa el rescate de cadáveres, sin realizar acciones preventivas que proporcionen seguridad a los mineros.
Esto lo ha reconocido el secretario del Trabajo del gobierno federal, Javier Lozano “la mina trabajaba de manera irregular”, pero ¿cuántas minas trabajan así en el país?
Es momento de que tanto las autoridades federales y estatales se pongan a verificar las minas que les correspondan, es una tarea que se debe de hacer cotidianamente y no nada más cada que explota una mina.
Los legisladores se pelean con los sindicatos por una nueva legislación laboral; sin embargo, hasta el momento no se ha hecho un pronunciamiento sobre la explosión en la mina de Coahuila no han pedido justicia, será que estos mineros que fallecieron no les suben sus bonos o simplemente no les interesan. En caso de ser así es no “tener madre”.
Andy Novell F.
Es un hecho de que de los 14 trabajadores atrapados en la mina carbonera de la empresa Beneficios Internacionales del Norte, S.A. de C.V. (BINSA), propiedad de Alfonso González Vélez en Sabinas, Coahuila están muertos. Un menor de 15 años herido, nos trae a la mente y al corazón la tragedia de Pasta de Conchos ocurrida el 19 de febrero del 2006, donde 65 mineros murieron y, hasta la fecha, siguen sepultados los restos de 63 personas sepultadas en ese lugar.
Esto manifiesta que las tragedias de los mineros en Coahuila no ocurren de manera aislada. Cabe recordar que desde el siniestro de Pasta de Conchos a la fecha, han perdido la vida 47 trabajadores a consecuencia de la falta de seguridad y condiciones de empleo en minas y pocitos de la región carbonífera.
De acuerdo con Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas A.C, para los empresarios mineros, los pozos de carbón son el medio más barato para extraer el mineral, no sólo porque exige poca inversión, sino porque saben que la población necesita de un “empleo”. Este tipo de trabajos que resulta ser esclavizantes e inseguros; frecuentemente generan daños irreparables como el caso del menor que resultó mutilado en la más reciente tragedia, o lo más terrible, la pérdida de la vida. No se puede decir que se permite a los empresarios poceros abrir las denominadas “minas” porque generan fuentes de empleo, cuando lo que buscan es la explotación de los mineros del carbón y ganancias a costa de sus vidas.
Por otra parte, la pasividad y tolerancia de las autoridades que siguen permitiendo la existencia de los pocitos en la región carbonífera de Coahuila, pues es bien conocido su modo inhumano y peligroso de operar.
¿Cuántos mineros muertos más se necesitan para que las autoridades hagan lo que tienen que hacer? ¿Cuántas familias más sin un integrante en la región carbonífera?
Pareciera que se quiere convertir a Coahuila en una fosa clandestina en donde sólo importa el rescate de cadáveres, sin realizar acciones preventivas que proporcionen seguridad a los mineros.
Esto lo ha reconocido el secretario del Trabajo del gobierno federal, Javier Lozano “la mina trabajaba de manera irregular”, pero ¿cuántas minas trabajan así en el país?
Es momento de que tanto las autoridades federales y estatales se pongan a verificar las minas que les correspondan, es una tarea que se debe de hacer cotidianamente y no nada más cada que explota una mina.
Los legisladores se pelean con los sindicatos por una nueva legislación laboral; sin embargo, hasta el momento no se ha hecho un pronunciamiento sobre la explosión en la mina de Coahuila no han pedido justicia, será que estos mineros que fallecieron no les suben sus bonos o simplemente no les interesan. En caso de ser así es no “tener madre”.
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