Elecciones en el tricolor capitalino

Elecciones en el tricolor capitalino
Tres grupos en pugna
Un as en manga ajena

Miguel Ángel Velázquez / Ciudad perdida


Frente a su propia realidad, ominosa, por decir lo menos, el Partido Revolucionario Institucional del Distrito Federal se prepara para renovar su dirigencia local, que ahora está en manos de Jaime Aguilar Álvarez, quien no funge como presidente, sino como delegado especial, es decir, no fue electo por los priístas de la ciudad y sus facultades, por tanto, son limitadas.

Los que no tienen límites, de ninguna especie, son los que pretenden meterse a la presidencia de ese organismo con la idea de que ahora sí existen posibilidades de que el PRI logre un buen número de votos, con todo lo que eso significa para ellos.

La convocatoria para la elección del Comité Diectivo del PRI-DF salió ayer, y como rayo se apuntaron tres grupos que tienen en mente agarrarse de la real o supuesta debilidad que presenta el PRD, y que según ellos aprovecharán para conseguir todo lo que se pueda, incluso la jefatura de Gobierno, en caso –eso lo dejan muy claro– de que el candidato amarillo no cuente con la solidez necesaria para convencer a los propios perredistas.

Los tres grupos del PRI del DF dispuestos a arrancarse la cabellera, ahora que se puede, en aras de presidir ese partido están listos. Uno es el de la senadora María de los Ángeles Moreno, quien ha mentenido la jerarquía política desde su escaño, aunque existen muchas críticas severas en cuanto a su labor hacia las bases partidistas.

Por el contrario, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, según se dice en el propio PRI, es quien ha mantenido la muy poca militancia priísta en el Distrito federal dentro del llamado Movimiento Territorial que él jefatura, aunque entre el priísmo de alto rango no tenga ni un solo voto, y no se le dé ninguna oportunidad para escalar dentro de la burocracia partidista.

Un grupo emergente al que no se le conoce mayor trabajo entre la militancia, el cual encabeza Manuel Jiménez Guzmán, ex legislador local, y que se llama algo así como avanzada liberal, también se apunta para la contienda, tal vez sin mayor fuerza, pero con la esperanza de que la pelea entre María de los Ángeles Moreno y Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre sea tan feroz que su grupo, y su candidata, puedan estar listos a recoger los pedazos que queden del encontronazo.

Entre quienes simpatizan con María de los Ángeles se dice que uno de los más fuertes candidatos a presidir el PRI de la capital es Arnoldo Ochoa, quien ya ha tratado de llegar a ese puesto sin mucha fortuna. De cualquier forma es una, o tal vez la única, carta de ese grupo para ocupar la hasta hoy muy desolada dirigencia local.

En el Movimiento Territorial no hay precisiones, pero se habla tanto de Armando Tonatiuh, gente cercana a Gutiérrez de la Torre, como de Israel Betanzos, actual diputado a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, hechura también del mismo personaje, quien asegura que esta vez no habrá manera de evitar que su grupo se trepe a la presidencia del tricolor en el Distrito Federal.

El caso de Jiménez Guzmán y su grupo es asimismo una reiteración. La candidata de esa parte del priísmo es Rosario Guerra, quien también trató de llegar a la presidencia ya hace algunos años, sin alcanzar la meta que se proponía, aunque se dijo en muchas partes que tenía el apoyo de una buena parte –gobernadores, principalmente– del PRI con poder.

Total, el 31 de julio se sabrá quiénes se inscribieron para dar la batalla, y aunque todos se dicen listos, es muy probable que ninguno esté preparado, aunque hay quien asegura que el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, tiene a su candidato, y lo va a cuidar muy bien.

De pasadita

En el Partido Acción Nacional continúan las indefiniciones, y debido a ello la diputada federal Gabriela Cuevas se siente con derecho de competir por la candidatura a la jefatura de Gobierno del DF. Lo mismo hace Mariana Gómez del Campo, pariente de Felipe Calderón, el hombre de la guerra, pero nadie descarta que sí, que sea una mujer la que sea postulada. Lo malo es que dicen que llegará de Los Pinos. ¡Ay nanita!

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