Alejandra Barrales
El inicio de la campaña de Alejandro Encinas por la gubernatura del Estado de México puso de manifiesto varios aspectos que es importante resaltar. En primer lugar, la unidad y el respaldo que logra un político prestigiado, congruente y comprometido con la gente, quien abandera un claro proyecto de izquierda que cristalizará en un nuevo gobierno de vanguardia.
No es casual el que los líderes del perredismo nacional se hayan dado cita en el arranque de la campaña para reforzar la unidad de la izquierda en torno a un proyecto que sin duda es la mejor opción para rescatar política, social y económicamente a entidades como el Estado de México.
Es inconcebible que los priístas crean que pueden mantener el poder en un estado que hoy ocupa el lugar 18 en el Índice de Desarrollo Humano; ese rezago es consecuencia de la falta de compromiso con la gente que caracterizó a los priístas durante décadas con la población.
Tristemente el Estado de México es campeón en feminicidios, y sus autoridades son expertas en ocultarlo, en darle la vuelta e incluso indignarse porque organismos internacionales y nacionales lo alertan: de 200 casos ocurridos en 2010, en el 54% simple y sencillamente no tenía línea de investigación, según ha reconocido la Procuraduría de Justicia estatal.
Frente a esa forma de hacer política, la izquierda postula a Alejandro Encinas con la coalición del PRD, PT y Convergencia, así “Unidos podemos más”; porque unidos haremos más porque el potencial social y económico del Estado de México es enorme, sobre todo si tomamos en cuenta su ubicación geográfica que permite integrar una de las zonas metropolitanas más extensas y prometedoras junto con el Distrito Federal, pero tenemos que unirnos.
Los más de 10.5 millones de votantes mexiquenses (el 13% del padrón nacional), tienen en sus manos la posibilidad de hacer más por ellos, sus familias, sus jóvenes y mujeres, pues con solo elegir a Encinas como su gobernador harán realidad los programas sociales que hoy existen en la capital del país.
Nadie ignora que el actual gobernador no ha dudado en gastar cientos de millones de pesos del presupuesto en cuidar su imagen y promover sus aspiraciones. Diversos medios de comunicación han informado de que esos gastos podrían sumar más de 700 millones de pesos al terminar su sexenio.
Ante un gasto irresponsable así cabe preguntarse: ¿cuántas madres solteras, sobre todo las adolescentes, habrían aprovechado mejor esos recursos; cuántos jóvenes habrían seguido en la escuela y no en las drogas, la delincuencia o tener que emigrar; cuántos adultos mayores podrían haber tenido acceso a médicos, a medicinas y a una justa jubilación?
Nada de eso fue posible porque las prioridades de los priístas no son las de la gente. En cambio, en el Distrito Federal se están cumpliendo 14 años de gobiernos de izquierda, y mientras en el Estado de México apenas se tienen unos cuantos programas sociales, en la capital del país ya estamos en ruta de construir una ley que permita consolidar más la política social.
Esa es la diferencia que marca la candidatura de Alejandro Encinas, frente a la misma historia de abusos y corrupción que los priístas pueden ofrecer. Estoy segura de que el 3 de julio vamos a ver un Estado de México caminando por la izquierda.
El inicio de la campaña de Alejandro Encinas por la gubernatura del Estado de México puso de manifiesto varios aspectos que es importante resaltar. En primer lugar, la unidad y el respaldo que logra un político prestigiado, congruente y comprometido con la gente, quien abandera un claro proyecto de izquierda que cristalizará en un nuevo gobierno de vanguardia.
No es casual el que los líderes del perredismo nacional se hayan dado cita en el arranque de la campaña para reforzar la unidad de la izquierda en torno a un proyecto que sin duda es la mejor opción para rescatar política, social y económicamente a entidades como el Estado de México.
Es inconcebible que los priístas crean que pueden mantener el poder en un estado que hoy ocupa el lugar 18 en el Índice de Desarrollo Humano; ese rezago es consecuencia de la falta de compromiso con la gente que caracterizó a los priístas durante décadas con la población.
Tristemente el Estado de México es campeón en feminicidios, y sus autoridades son expertas en ocultarlo, en darle la vuelta e incluso indignarse porque organismos internacionales y nacionales lo alertan: de 200 casos ocurridos en 2010, en el 54% simple y sencillamente no tenía línea de investigación, según ha reconocido la Procuraduría de Justicia estatal.
Frente a esa forma de hacer política, la izquierda postula a Alejandro Encinas con la coalición del PRD, PT y Convergencia, así “Unidos podemos más”; porque unidos haremos más porque el potencial social y económico del Estado de México es enorme, sobre todo si tomamos en cuenta su ubicación geográfica que permite integrar una de las zonas metropolitanas más extensas y prometedoras junto con el Distrito Federal, pero tenemos que unirnos.
Los más de 10.5 millones de votantes mexiquenses (el 13% del padrón nacional), tienen en sus manos la posibilidad de hacer más por ellos, sus familias, sus jóvenes y mujeres, pues con solo elegir a Encinas como su gobernador harán realidad los programas sociales que hoy existen en la capital del país.
Nadie ignora que el actual gobernador no ha dudado en gastar cientos de millones de pesos del presupuesto en cuidar su imagen y promover sus aspiraciones. Diversos medios de comunicación han informado de que esos gastos podrían sumar más de 700 millones de pesos al terminar su sexenio.
Ante un gasto irresponsable así cabe preguntarse: ¿cuántas madres solteras, sobre todo las adolescentes, habrían aprovechado mejor esos recursos; cuántos jóvenes habrían seguido en la escuela y no en las drogas, la delincuencia o tener que emigrar; cuántos adultos mayores podrían haber tenido acceso a médicos, a medicinas y a una justa jubilación?
Nada de eso fue posible porque las prioridades de los priístas no son las de la gente. En cambio, en el Distrito Federal se están cumpliendo 14 años de gobiernos de izquierda, y mientras en el Estado de México apenas se tienen unos cuantos programas sociales, en la capital del país ya estamos en ruta de construir una ley que permita consolidar más la política social.
Esa es la diferencia que marca la candidatura de Alejandro Encinas, frente a la misma historia de abusos y corrupción que los priístas pueden ofrecer. Estoy segura de que el 3 de julio vamos a ver un Estado de México caminando por la izquierda.
Comentarios