Mexicanos en varias ciudades del mundo se unieron al movimiento encabezado por Javier Sicilia
Reforma
Cientos de personas desfilaron en Barcelona, París, Washington, Ámsterdam y Río de Janeiro para protestar contra la violencia en México, en actos paralelos a la Marcha por la Paz, que se realiza en el centro del País.
Al final del evento en Barcelona, al que asistieron 400 personas, se leyeron textos de Juan Villoro, Carmen Aristegui, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y Javier Sicilia.
Asimismo, se hizo un performance con la palabra PAZ en letras enormes ligada a un cordoncillo rojo con algunos de los nombres de las víctimas de la violencia.
"Exigimos un pacto nacional entre los poderes fácticos, los partidos políticos, la clase empresarial, el Gobierno de México y la sociedad civil para cambiar las estrategias en la lucha contra la violencia y solucionar el conflicto", señaló a REFORMA Edson Lechuga, escritor mexicano residente en Barcelona, miembro de Nuestra Aparente Rendición, colectivo que promovió la protesta en la ciudad española.
"Hay que hacer un replanteamiento general, repensar el problema del narcotráfico y vincularlo con temas de salud y educación. La solución no vendrá de la clase política ni del Estado, que han mostrado su incapacidad para llegar a acuerdos, sino de la sociedad civil, que es la que está demandando un pacto nacional".
En la manifestación, participó gente de toda condición y edad, desde estudiantes hasta amas de casa, pasando por profesionales. Españoles y ciudadanos de otros países, principalmente latinoamericanos, quienes se sumaron a la jornada de protesta.
En tanto, unos 200 mexicanos se reunían en la explanada parisina del Trocadéro, frente a la Torre Eiffel, para decir No a la violencia en México.
Los participantes rotularon más de mil sobres dirigidos al Presidente Felipe Calderón y en cada uno escribieron como remitente el nombre de una víctima de la violencia en México.
Después de dos horas en el Trocadéro, emprendieron una marcha por las calles de la capital gala hacia Campos Elíseos, para dirigirse después a la oficina central de Correos de París, situada en la calle del Louvre, única oficina de correos abierta en domingo donde entregaron su carta.
Por otro lado, un grupo de 11 personas, entre estudiantes, activistas e inmigrantes, y convocado por una organización local de defensa de inmigrantes conocida como Mexicanos Sin Fronteras, se unió a la Marcha contra la Violencia frente a la Casa Blanca.
Los inconformes portaron mantas con mensajes como "Estamos hasta la Madre", "No más sangre" así como contra el Presidente Felipe Calderón.
"Creemos que parte de la estrategia, de la política de seguridad que se maneja en México y otros países, parte de aquí de la Casa Blanca, de Estados Unidos. Y creemos que precisamente por eso estamos aquí", dijo Ricardo Juárez, coordinador de Mexicanos Sin Fronteras.
"Escogimos venir a la Casa Blanca. No la hicimos frente a la Embajada de México porque vemos que ahí no va a pasar nada más significativo. Pero aquí sí, porque EU es el que dicta las políticas. Necesitamos una corresponsabilidad mayor".
Además, parejas, estudiantes, niños y hasta perros mexicanos se expresaron en el zócalo de Ámsterdam, el Dam, para condenar la violencia que está viviendo el País.
Con pancartas y consignas como "estamos hasta la madre", "no más guerra" y "no a la violencia", alrededor de 70 personas hicieron eco en la capital holandesa al movimiento por la paz iniciado en México.
"El objetivo de esta marcha es emitir una enérgica condena por la guerra absurda declarada por el Presidente Felipe Calderón y que ha dejado miles de muertos", dijo a REFORMA la mexicana Amanda Delgado.
Los asistentes, en su mayoría vestidos de blanco, guardaron un minuto de silencio por las víctimas de la violencia y leyeron un manifiesto en el que expresaron solidaridad con México y condenaron la estrategia del Gobierno contra la delincuencia organizada.
"La ruptura social que está viviendo México es consecuencia de un sistema económico, político y social incapaz de resolver problemas estructurales históricos. En combinación con la compleja ubicación geográfica de México, el problema se profundiza y favorece a las redes trasnacionales responsables del tráfico de drogas y armas", sostiene el manifiesto leído por uno de los participantes.
"La solución hasta el momento se ha dirigido a la militarización del País en lugar de atender los problemas nacionales".
La manifestación duró una hora, que fue el tiempo otorgado por la Policía.
También medio centenar de mexicanos marchó sobre la rambla de Copacabana, en Río de Janeiro, para sumarse a las manifestaciones globales contra la violencia en México.
"El peor error que podemos cometer es ser indiferentes ante los problemas que están sucediendo en México; no es justo quedarse de brazos cruzados, tenemos un compromiso cívico con nuestro país a pesar de la distancia", afirmó a REFORMA Brenda Becerril, de 32 años, originaria de Toluca y estudiante de doctorado en Psicología en Río, una de las organizadoras.
La marcha comenzó al grito de "¡Viva México!", luego que se llenaron los espacios en las mantas blancas que habían tendido sobre la rambla para que la gente dejara allí sus mensajes escritos en contra de la violencia en la lucha contra el narcotráfico emprendida por el Gobierno del Presidente Felipe Calderón.
Además, mexicanos, brasileños y muchos curiosos turistas internacionales pusieron timbres a sobres vacíos que se enviarán a Los Pinos con los nombres de la mayoría de las 40 mil personas que han muerto ya en esta guerra.
Reforma
Cientos de personas desfilaron en Barcelona, París, Washington, Ámsterdam y Río de Janeiro para protestar contra la violencia en México, en actos paralelos a la Marcha por la Paz, que se realiza en el centro del País.
Al final del evento en Barcelona, al que asistieron 400 personas, se leyeron textos de Juan Villoro, Carmen Aristegui, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y Javier Sicilia.
Asimismo, se hizo un performance con la palabra PAZ en letras enormes ligada a un cordoncillo rojo con algunos de los nombres de las víctimas de la violencia.
"Exigimos un pacto nacional entre los poderes fácticos, los partidos políticos, la clase empresarial, el Gobierno de México y la sociedad civil para cambiar las estrategias en la lucha contra la violencia y solucionar el conflicto", señaló a REFORMA Edson Lechuga, escritor mexicano residente en Barcelona, miembro de Nuestra Aparente Rendición, colectivo que promovió la protesta en la ciudad española.
"Hay que hacer un replanteamiento general, repensar el problema del narcotráfico y vincularlo con temas de salud y educación. La solución no vendrá de la clase política ni del Estado, que han mostrado su incapacidad para llegar a acuerdos, sino de la sociedad civil, que es la que está demandando un pacto nacional".
En la manifestación, participó gente de toda condición y edad, desde estudiantes hasta amas de casa, pasando por profesionales. Españoles y ciudadanos de otros países, principalmente latinoamericanos, quienes se sumaron a la jornada de protesta.
En tanto, unos 200 mexicanos se reunían en la explanada parisina del Trocadéro, frente a la Torre Eiffel, para decir No a la violencia en México.
Los participantes rotularon más de mil sobres dirigidos al Presidente Felipe Calderón y en cada uno escribieron como remitente el nombre de una víctima de la violencia en México.
Después de dos horas en el Trocadéro, emprendieron una marcha por las calles de la capital gala hacia Campos Elíseos, para dirigirse después a la oficina central de Correos de París, situada en la calle del Louvre, única oficina de correos abierta en domingo donde entregaron su carta.
Por otro lado, un grupo de 11 personas, entre estudiantes, activistas e inmigrantes, y convocado por una organización local de defensa de inmigrantes conocida como Mexicanos Sin Fronteras, se unió a la Marcha contra la Violencia frente a la Casa Blanca.
Los inconformes portaron mantas con mensajes como "Estamos hasta la Madre", "No más sangre" así como contra el Presidente Felipe Calderón.
"Creemos que parte de la estrategia, de la política de seguridad que se maneja en México y otros países, parte de aquí de la Casa Blanca, de Estados Unidos. Y creemos que precisamente por eso estamos aquí", dijo Ricardo Juárez, coordinador de Mexicanos Sin Fronteras.
"Escogimos venir a la Casa Blanca. No la hicimos frente a la Embajada de México porque vemos que ahí no va a pasar nada más significativo. Pero aquí sí, porque EU es el que dicta las políticas. Necesitamos una corresponsabilidad mayor".
Además, parejas, estudiantes, niños y hasta perros mexicanos se expresaron en el zócalo de Ámsterdam, el Dam, para condenar la violencia que está viviendo el País.
Con pancartas y consignas como "estamos hasta la madre", "no más guerra" y "no a la violencia", alrededor de 70 personas hicieron eco en la capital holandesa al movimiento por la paz iniciado en México.
"El objetivo de esta marcha es emitir una enérgica condena por la guerra absurda declarada por el Presidente Felipe Calderón y que ha dejado miles de muertos", dijo a REFORMA la mexicana Amanda Delgado.
Los asistentes, en su mayoría vestidos de blanco, guardaron un minuto de silencio por las víctimas de la violencia y leyeron un manifiesto en el que expresaron solidaridad con México y condenaron la estrategia del Gobierno contra la delincuencia organizada.
"La ruptura social que está viviendo México es consecuencia de un sistema económico, político y social incapaz de resolver problemas estructurales históricos. En combinación con la compleja ubicación geográfica de México, el problema se profundiza y favorece a las redes trasnacionales responsables del tráfico de drogas y armas", sostiene el manifiesto leído por uno de los participantes.
"La solución hasta el momento se ha dirigido a la militarización del País en lugar de atender los problemas nacionales".
La manifestación duró una hora, que fue el tiempo otorgado por la Policía.
También medio centenar de mexicanos marchó sobre la rambla de Copacabana, en Río de Janeiro, para sumarse a las manifestaciones globales contra la violencia en México.
"El peor error que podemos cometer es ser indiferentes ante los problemas que están sucediendo en México; no es justo quedarse de brazos cruzados, tenemos un compromiso cívico con nuestro país a pesar de la distancia", afirmó a REFORMA Brenda Becerril, de 32 años, originaria de Toluca y estudiante de doctorado en Psicología en Río, una de las organizadoras.
La marcha comenzó al grito de "¡Viva México!", luego que se llenaron los espacios en las mantas blancas que habían tendido sobre la rambla para que la gente dejara allí sus mensajes escritos en contra de la violencia en la lucha contra el narcotráfico emprendida por el Gobierno del Presidente Felipe Calderón.
Además, mexicanos, brasileños y muchos curiosos turistas internacionales pusieron timbres a sobres vacíos que se enviarán a Los Pinos con los nombres de la mayoría de las 40 mil personas que han muerto ya en esta guerra.
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