Al grito de ¡goooya!, el poeta Sicilia llora

Tras llegar a Ciudad Universitaria Sicilia advierte,el clamor de paz es para todos, la guerra debe parar

Ana Cecilia García especial para RMX


Al grito de ¡goooya! fue recibido Javier Sicilia en Ciudad Universitaria, y el llanto por la emoción ya no pudo ser contenido. Mientras cientos de estudiantes vitoreaban la porra de la UNAM, consignas de apoyo y hasta mentadas de madre para las autoridades del país, el poeta lloró.

Fueron lágrimas de tristeza en recuerdo de su hijo muerto en marzo pasado, o tal vez la emoción de saber que es para muchos el estandarte de la libertad, quizá por ver de cerca a más de sus seres queridos, eso sólo él lo sabe. Estudiantes de Medicina, Psicología, Ciencias Políticas, Filosofía, Derecho, Química entre otras, estaban esperando al hombre de letras que logró callar con el silencio a aquel inconforme que demandaba a gritos “muera Calderón”.

Con la cabeza fría, el corazón caliente y la exigencia de un México libre de violencia, la petición silenciosa de “alto a la guerra” logró sentirse en Ciudad Universitaria. La marcha por la paz que encabeza el poeta, Javier Sicilia habló esta vez para todos los actores políticos, de todas las corrientes, PAN, PRD, PRI, todos por igual: ‘Escuchen la marcha”

Al partir de Topilejo, en Tlalpan, hacía Ciudad Universitaria, a donde finalmente llegó el nutrido contingente de este movimiento, el poeta Javier Sicilia criticó que en la clase política se “echen la bolita” unos a otros cuando el tema de la seguridad nacional exige la corresponsabilidad de todos.

En el tercer día de la Marcha por la Paz con Dignidad y Justicia, el calor fue inclemente, tanto, como las declaraciones del poeta que arremetió contra el senador del PRI, Manlio Fabio Beltrones.

‘TODOS SON RESPONSABLES’

"Calderón tiene 40 mil muertos y una mala estrategia de guerra, pero la mierda la crearon ellos (los priístas), la destrucción de las instituciones la empezaron ellos y siguen haciendo omisiones, siguen comportándose como delincuentes, esto va para todos los partidos también, que no se equivoquen".

Con el semblante sereno, Sicilia reiteró que el clamor de paz es para todos, la guerra debe parar, la sangre derramada es mucha.

“El problema de la inseguridad exige del trabajo colectivo y del replanteamiento de la estrategia contra la delincuencia organizada”, apuntó.

El poeta se dijo extrañado del por qué los políticos no han comprendido el mensaje si éste ha sido claro. No se explica la razón por la cual se responsabilizan entre sí de la inseguridad en el país si al final de cuentas, ya sea recientes o pasadas administraciones han dejado crecer el fenómeno de la violencia.

PRI, TAMBIÉN NOS DEBE ESCUCHAR

“Tal parece que los políticos no entienden, ayer (viernes) Beltrones diciéndole a Calderón que nos oiga. No señor, también usted escúchenos, no pedimos nada más que salga Calderón a escucharnos y a recibirnos, esto se los pedimos a las bancadas de los partidos, a las presidencias de los partidos, ellos también han sido omisos", refirió.

‘TODOS LOS HIJOS SON POESÍA’

La manifestación, ésa que le pertenece a Sicilia y a cientos de mexicanos cansados de la violencia en el país, no necesita más palabras porque el sentir se lee, se respira: “No todos los padres son poetas, pero todos los hijos son poesía”.

Y esa poesía se extiende a propios y extraños que no ajenos al dolor de los mexicanos que han perdido a un familiar a manos del crimen organizado recibieron ayer al contingente.

En San Pedro Mártir, el recibimiento fue uno de los más cálidos de la trayectoria de Cuernavaca al Distrito Federal, ahí, los pobladores con pancartas recibieron a los huérfanos, a las viudas, a los padres sin sus hijos, al dolor, a la indignación a la pena.

“No todos los padres son poetas, pero todos los hijos son poesía”, se leía en una pancarta colgada en un puente. “México no es un rastro”, se veía en otra. “Calderón, para tu guerra, porque nosotros ponemos a los muertos”, se leía.

Cargando un estandarte de la Virgen de Guadalupe, Javier Sicilia agradeció el gesto de los pobladores, pues salieron a las orillas de la autopista México-Cuernavaca para obsequiar, agua, naranjas y tortas de jamón que sirvieron para distraer el hambre y saciar la sed.

La gente se aglutinaba para ver, aunque sea por “un ratito” al hombre que exige con silencio parar el derramamiento de sangre inocente.

LA BIENVENIDA DEL SME

Alrededor de las 11 de la mañana el contingente cruzó la caseta de la autopista y a unos metros ya lo esperaba el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza.

“México no merece tanta violencia, bienvenido y gracias por estar aquí”, le dijo el líder sindical a Sicilia, éste le dio un abrazo y continuó con su acalorado camino hacia Ciudad Universitaria.

Martín Esparza dijo en entrevista que el SME continúa en pie de lucha contra la injusticia y que los sindicalistas estarán acompañando al poeta. “Estaremos presentes para tratar de que el Presidente Calderón comprenda la magnitud del problema que es la violencia para los mexicanos”. De hecho el SME dará la bienvenida a la marcha por la paz en el Zócalo de la Ciudad de México el día de hoy. “La lucha debe de seguir y vamos a estar en esta lucha”, advirtió.

LA RESIGNACIÓN NO LLEGA

La mayoría de quienes marchan con Javier Sicilia, han sufrido la pérdida de uno o varios de los integrantes de su familia. Otilio Cantú, quien tomó el micrófono para exponer su caso en CU, aseguró que Felipe Calderón falló en el diseño de la estrategia al no medir adecuadamente las capacidades del enemigo.

El padre cuyo hijo fue asesinado en Monterrey, Nuevo León, indicó que esta guerra o lucha contra el narcotráfico, era necesaria, pero le faltó más estudio, metodología, logística, valoración de las fuerzas con que contaban para comenzar algo de tal envergadura.

"Se requieren modificaciones y replanteamientos a la estrategia, algo está fallando, no sé dónde, pero seguro algo está fallando, hay mucho daños colaterales y mucha sangre derramada de mexicanos inocentes", expresó.

MÚSICA PARA EL CORAZÓN

A petición del propio Javier Sicilia, la Orquesta Sinfónica de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, dirigida por Sergio Cárdenas interpretó el Réquiem de W. A. Mozart, como resultado no hubo más que emoción en el rostro del poeta al recordar a su hijo asesinado.

En la zona conocida como “Las Islas”, entre las facultades de Derecho y la Torre II de Humanidades se montó un escenario en donde cataron Mylenna Martín del Campo, soprano, Linda Saldaña, mezzosoprano, Alan Pingarrón, tenor y Jesús Suaste, bajo-barítono.

SEGUIRÁ EL SILENCIO

Javier Sicilia aseguró que la marcha que encabeza seguirá siendo silenciosa y pese a que ha sido una marcha fatigante, hay mucho ánimo para continuar y orgullosos de estar en la máxima casa de estudios, símbolo de la educación, de lo que debe hace este país, símbolo de la cultura.

El poeta aprovechó el espacio para hacer otra petición al gobierno federal: “Den educación y trabajo a los jóvenes”.

EL DESPERTAR DE MEXICANOS YA COMENZÓ: LEBARÓN

A la marcha por la paz, el líder mormón de Chihuahua, Julián LeBarón se hizo presente en la primera fila que encabeza la manifestación. A lado de Javier Sicilia el activista apuntó que la violencia hace sentir solas a las víctimas. Entrevistado por IMPACTO TV en el transcurso de la marcha, LeBarón dijo mantener la esperanza de que la ciudadanía se siga uniendo y que ya no se quede callada ante las injusticias, ante el dolor y la muerte.

En ese sentido, refirió que las marchas son positivas en un país azotado por el crimen organizado, ya que éstas “disminuyen la sensación de soledad y desamparo de las víctimas del flagelo de la violencia”.

El hermano del activista asesinado Benjamín LeBarón, consideró que el país no necesita más muertes de las 40 mil que hasta la fecha se han registrado, por lo que el problema del narcotráfico que enfrenta México, debe dejarse en manos de otras instituciones que no usan la fuerza, en lugar del Ejército.

Julián LeBarón advirtió que la presencia de los integrantes de la marcha era para dar dignidad a sus muertos. En julio de 2009 fue asesinado su pariente, el activista Benjamín LeBarón Ray, cabeza de un movimiento social contra el secuestro, luego de denunciar a una banda de plagiarios.

Afirmó que el despertar de la gente ya comenzó y nadie lo puede parar, “nunca es tarde, y cada vez serán más los que digan, no más sangre, alto a la injusticia, a la violencia, al dolor”.

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