Violencia y economía, bueno, sí...

Martha Anaya / Crónica de Política

Con su habitual bonhomía, Agustín Carstens, actual gobernador del Banco de México, atendía y respondía a cada uno de los cuestionamientos de los senadores de la Comisión de Hacienda. Su exposición inicial había sido no sólo clara y concisa, sino que dejaba avizorar tiempos ligeramente promisorios.

Pero en medio de aquellos números y gráficas que dejaban ver que la economía marchaba bien, el senador perredista Tomás Torres pidió a Carstens algo más: su opinión sobre la incidencia de violencia en los indicadores económicos.

“Yo tengo una tesis –diría el senador–, que no sirve de nada el éxito económico material, si no hay condiciones de tranquilidad o de paz”.

El gobernador del Banco de México no eludió la respuesta, pero tampoco se comprometió a nivel personal. Para responder, acudió a los datos e informes que reciben de aquellos que se encuentran “a nivel de cancha”.

Y esta fue su respuesta:

“Bueno, una medida que nosotros tenemos es cuando hacemos encuestas entre empresarios, analistas, sobre las perspectivas del país y las perspectivas de crecimiento, los incentivos a invertir,.

“Y bueno, sin lugar a dudas…, y sobre todo preguntamos cuáles son los factores que pueden inhibir el crecimiento y la inversión, pues sí”.

Los balbuceos, las pausas, daban cuenta de lo espinoso del tema para Carstens. Retomó:

“En los últimos meses, y esta es información pública, se ha convertido en el factor más importante. De hecho, la política monetaria y las tasas de interés casi no pinta, lo que a nosotros nos da satisfacción, pero por otro lado, pues sí, este es un tema que sin duda ha tenido cierta prominencia”.

Carstens no hallaba cómo aterrizar lo que realmente pensaba. Daba vueltas y vueltas, hasta que finalmente concedió:

“Entonces, más allá de hacer un juicio del Banco, pues simplemente me remito a la opinión de los que están, por decir así, a nivel cancha; y pues sin duda sí reportan que es un factor que afectan sus decisiones de negocio”.

Dicho lo anterior –“la nota”, como quien dice—procuró mostrar el lado positivo:

“Ahora, por otro lado, a mí me gustaría decir también este punto que es interesante. Por ejemplo, hay una gran inversión en diferentes sectores: automotriz, aviación, en recursos financieros, en instrumentos financieros, y entre un grupo de inversionistas que yo no creo que sea poco”.

Los senadores le miraron condescendientes. Agustín Carstens lo notó y finalmente retomó la idea de esta manera:

“El hecho de que el gobierno y el Estado Mexicano esté enfrentando frontalmente el asunto del narcotráfico, pues mucha gente lo considera como una reforma estructural. O sea, hablamos de reformas estructurales, algunas son en materia económica, en materia política, pero esto es una reforma estructural, el hecho de que se está enfrentando el tema frontalmente”.

Concluyó:

“Entonces, yo diría que por un lado nos ayuda; por otro lado, pues hay una realidad que no se puede soslayar, y que bueno, pues sobre todo juzgando por los que están a nivel de cancha, pues ciertamente habría que reconocer que sí es un factor que puede inhibir la inversión y el crecimiento económico”.

Y tan tan. Imposible tapar el sol con un dedo.

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