Autoridades localizaron 13 cadáveres más en dos fosas clandestinas en el estado norteño de Tamaulipas, con lo que se eleva 72 el número de cuerpos encontrados en los últimos días en la región.
El secretario de Gobierno de Tamaulipas, Morelos Canseco, informó el viernes que las dos fosas se localizaron el jueves en una zona diferente al lugar donde esta semana hallaron los primeros 59 cadáveres.
Nueve de los cuerpos estaban dentro de una fosa y cuatro en otra, dijo el funcionario a la AP vía telefónica.
El gobierno federal informó el jueves que 14 presuntos sospechosos ya fueron detenidos, aunque no se ha informado si pertenecen a algún grupo del narcotráfico.
Los primeros 59 cuerpos estaban dentro de ocho fosas en la municipalidad de San Fernando, la misma donde en agosto fueron asesinados 72 migrantes y cuyo homicidio ha sido atribuido en principio al cartel de las drogas de Los Zetas.
Canseco dijo también a la cadena Televisa que los 13 nuevos cuerpos son de varones y se presume que son mexicanos. Fueron encontrados también en San Fernando.
Los primeros cuerpos localizados fueron trasladados a la ciudad fronteriza norteña de Matamoros, también en Tamaulipas, donde familiares de personas que desaparecieron en México en la guerra del narcotráfico intentaban determinar si alguno de ellos estaba entre las víctimas.
Gobiernos de otros estados mexicanos, como Guanajuato y Querétaro, han entrado en contacto con autoridades de Tamaulipas para determinar si algunos de sus habitantes reportados como desaparecidos estarían entre los asesinados, dijo Canseco.
La vocera de la Procuraduría del estado central de Guanajuato dijo el viernes a la AP que 17 personas desaparecieron en marzo cuando viajaban en un autobús de pasajeros de la empresa Omnibus.
Se desconoce aún el destino que tenían y la fecha exacta en que desaparecieron, aunque se presume que iban hacia el norte de México, dijo la portavoz.
Funcionarios de la empresa Omnibus no habían respondido a peticiones de información de la AP.
En el estado occidental de Michoacán, la Procuraduría local señaló que también entró en contacto con el gobierno de Tamaulipas para averiguar si entre las víctimas está alguna de las 59 personas que han sido reportadas como desaparecidas en el último año.
Canseco dijo en Milenio Televisión que ningún gobierno centroamericano ha entrado en contacto con ellos.
Las víctimas de la masacre de agosto eran migrantes procedentes de países como El Salvador, Honduras, Guatemala, Ecuador y Brasil.
En Matamoros, familiares buscan a sus seres queridos que no ven desde hace un par de semanas, otros desde hace unos cuantos meses y algunos incluso desde hace tres años.
Un hombre que aguardaba el jueves frente al depósito de cadáveres en esta ciudad fronteriza _y que se negó a ser identificado por temor a las represalias_ dijo que su tío y un primo abandonaron su casa en Ciudad Valles, en el estado central de San Luis Potosí el 25 de marzo. Viajaban en autobús a Río Bravo, en el estado de Tamaulipas, pero no dieron señales de vida desde entonces.
Dijo que deberían haber llegado a Río Bravo el 26 de marzo para un trabajo de dos semanas regando sembrados de sorgo.
``Nunca llegaron'', indicó, y agregó que temía decir más. ``Aquí uno teme hablar, aquí no hablamos de lo sucedido, pero estamos desesperados por saber qué les pasó''.
La mayoría de los congregados frente a la morgue buscaban desesperadamente cualquier indicio, aun si fuere una confirmación de sus peores temores.
``Sólo quiero saber si está muerto para que pueda tener paz'', dijo Flor Medellín, con los ojos llenos de lágrimas mientras aguardaba con su esposo.
Medellín dijo que su hermano, de 43 años, se puso en contacto por última vez con su familia en septiembre mientras transportaba ganado en el vecino estado de Nuevo León, que al igual que Tamaulipas, es un estado fronterizo azotado por la violencia del narcotráfico.
RDS/DOCH
El secretario de Gobierno de Tamaulipas, Morelos Canseco, informó el viernes que las dos fosas se localizaron el jueves en una zona diferente al lugar donde esta semana hallaron los primeros 59 cadáveres.
Nueve de los cuerpos estaban dentro de una fosa y cuatro en otra, dijo el funcionario a la AP vía telefónica.
El gobierno federal informó el jueves que 14 presuntos sospechosos ya fueron detenidos, aunque no se ha informado si pertenecen a algún grupo del narcotráfico.
Los primeros 59 cuerpos estaban dentro de ocho fosas en la municipalidad de San Fernando, la misma donde en agosto fueron asesinados 72 migrantes y cuyo homicidio ha sido atribuido en principio al cartel de las drogas de Los Zetas.
Canseco dijo también a la cadena Televisa que los 13 nuevos cuerpos son de varones y se presume que son mexicanos. Fueron encontrados también en San Fernando.
Los primeros cuerpos localizados fueron trasladados a la ciudad fronteriza norteña de Matamoros, también en Tamaulipas, donde familiares de personas que desaparecieron en México en la guerra del narcotráfico intentaban determinar si alguno de ellos estaba entre las víctimas.
Gobiernos de otros estados mexicanos, como Guanajuato y Querétaro, han entrado en contacto con autoridades de Tamaulipas para determinar si algunos de sus habitantes reportados como desaparecidos estarían entre los asesinados, dijo Canseco.
La vocera de la Procuraduría del estado central de Guanajuato dijo el viernes a la AP que 17 personas desaparecieron en marzo cuando viajaban en un autobús de pasajeros de la empresa Omnibus.
Se desconoce aún el destino que tenían y la fecha exacta en que desaparecieron, aunque se presume que iban hacia el norte de México, dijo la portavoz.
Funcionarios de la empresa Omnibus no habían respondido a peticiones de información de la AP.
En el estado occidental de Michoacán, la Procuraduría local señaló que también entró en contacto con el gobierno de Tamaulipas para averiguar si entre las víctimas está alguna de las 59 personas que han sido reportadas como desaparecidas en el último año.
Canseco dijo en Milenio Televisión que ningún gobierno centroamericano ha entrado en contacto con ellos.
Las víctimas de la masacre de agosto eran migrantes procedentes de países como El Salvador, Honduras, Guatemala, Ecuador y Brasil.
En Matamoros, familiares buscan a sus seres queridos que no ven desde hace un par de semanas, otros desde hace unos cuantos meses y algunos incluso desde hace tres años.
Un hombre que aguardaba el jueves frente al depósito de cadáveres en esta ciudad fronteriza _y que se negó a ser identificado por temor a las represalias_ dijo que su tío y un primo abandonaron su casa en Ciudad Valles, en el estado central de San Luis Potosí el 25 de marzo. Viajaban en autobús a Río Bravo, en el estado de Tamaulipas, pero no dieron señales de vida desde entonces.
Dijo que deberían haber llegado a Río Bravo el 26 de marzo para un trabajo de dos semanas regando sembrados de sorgo.
``Nunca llegaron'', indicó, y agregó que temía decir más. ``Aquí uno teme hablar, aquí no hablamos de lo sucedido, pero estamos desesperados por saber qué les pasó''.
La mayoría de los congregados frente a la morgue buscaban desesperadamente cualquier indicio, aun si fuere una confirmación de sus peores temores.
``Sólo quiero saber si está muerto para que pueda tener paz'', dijo Flor Medellín, con los ojos llenos de lágrimas mientras aguardaba con su esposo.
Medellín dijo que su hermano, de 43 años, se puso en contacto por última vez con su familia en septiembre mientras transportaba ganado en el vecino estado de Nuevo León, que al igual que Tamaulipas, es un estado fronterizo azotado por la violencia del narcotráfico.
RDS/DOCH
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