Renaut cancelado, se consuma el fracaso

Carlos Hinojosa especial para RMX

A poco más de dos años que comenzara el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Renaut), y uno de que se hiciera obligatorio, el Senado da vuelta atrás y cancela por unanimidad el Renaut. La idea del registro era que se guardaría la información personal de todos los usuarios de telefonía móvil, a fin de frenar delitos como extorsiones telefónicas o secuestros.

Desde sus inicios, el registro de celulares fue visto como un procedimiento inútil; la apatía de los mexicanos incluso llevó a la Cofetel a mentir sobre el número de usuarios registrados en el sitio web del sistema -como si hiciera falta algo para que la población perdiera credibilidad en esta ley-. Además, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) alertaba sobre el peligro que esta medida representaba para los usuarios.

La Comisión Federal de Telecomunicaciónes (Cofetel) rápidamente demostró no estar preparada para manejar los datos privados de millones de personas pues, apenas meses después de que la ley entrara en vigor, se podía comprar por Internet la base de datos de usuarios registrados por la miserable cantidad de 500 pesos. Renaut había logrado precisamente lo contrario de lo que pretendía, llevó en bandeja de plata la información personal de millones de mexicanos a secuestradores y extorsionadores.

Hace poco menos de un mes, la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados anunciaron que se analizaba la posibilidad de desaparecer el Renaut. José Ignacio Rubí, el presidente de dicha comisión, mencionó que es un registro que carece de solidez y credibilidad. Por su parte, Eduardo Pérez Motta, titular de la Comisión Federal de Competencia (CFC), fue un poco más allá en sus declaraciones, pues calificó a Renaut como “una burla”.

Renaut fue una medida destinada al fracaso desde su concepción, lástima que nuestros legisladores tardaron un par de años en darse cuenta. Quedó demostrado una vez más que nuestros gobernantes no están preparados para manejar los avances tecnológicos que tienen a su disposición. Lo peor del caso es que, además de los millones de pesos invertidos en el programa, se trató de una medida que perjudicó a los mexicanos honestos y benefició a los criminales.

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