Ernesto Cordero no goleará

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Algo grave ocurre en este país. Cualquiera se considera con merecimientos para administrarlo, dirigirlo, sacar a la sociedad de la anomia y a los administradores públicos de la parálisis en la que se solazan, unos con tal de sobrevivir a una guerra absurda, otros por la necesidad de continuar en la nómina, sin importar que nada más se dediquen a hacer antigüedad, por aquello de engrosar el fondo de ahorro para retiro.

¿Por qué habrían de votar los mexicanos, los simpatizantes panistas, los militantes de esa derecha aceda, por Ernesto Cordero Arroyo, si carece de los conocimientos y el temple requeridos para conducir la transición? Hacerlo facilitará que la subordinación a los intereses geopolíticos de Estados Unidos sea absoluta; a lo peor eso es lo que persigue el secretario de Hacienda al auto promoverse, porque su conducta, su comportamiento, lo identifican como un yes man.

Claro que eso no importa. Quien conoce el método que las “democracias” occidentales usan para construir candidatos y darse gobernantes, sabrá que muchos de ellos, quizá el 95 por ciento, son producto de la propaganda política, que hace del más oscuro de los seres humanos una promesa de luz y futuro: los enseñan a hablar, a vestirse, a sonreír, a transmitir seguridad, cuando la realidad es que sólo les prestan la silla del águila y la banda presidencial para imponer temor, para hacerlos sentirse seguros, porque la realidad determina las condiciones en que ha de administrarse una nación, cuando quien está a cargo fue elegido dentro de ese amplio porcentaje que es útil para representar los intereses de los poderes fácticos por encima de los de la sociedad, de la nación.

Inquieta que a 15 meses de las elecciones presidenciales el secretario Ernesto Cordero asegure que en 2012 gustaría de meter goles. Sostiene que es un buen goleador, aunque también disfruta meter la pata dura en la media de contención, y ¡claro!, ya lo demostró cuando con todo desparpajo sostuvo que una familia puede vivir holgadamente con seis mil pesos mensuales, destinados a alimento, educación, salud, pago de las mensualidades del coche, renta o hipoteca de la vivienda y vacaciones.

Si la violencia continúa como va, si las narcofosas arrojan más cadáveres, si el desempleo se profundiza, si efectivamente el PIB crece, pero sólo para ensanchar el abismo entre los que tienen todo y los que carecen de casi todo o de plano nada poseen, los electores en julio de 2012 muy bien podrían acordarse del dicho del secretario Ernesto Cordero, y si la memoria es flaca, muy bien se encargarán de engordarla los contendientes del secretario de Hacienda, si es que logra la nominación de su partido.

Ernesto Cordero Arroyo asegura, en entrevista concedida a El Universal, que Acción Nacional tendrá muy buen candidato presidencial, capaz de refrendar los logros económicos de dos administraciones panistas, en donde las condiciones de vida de los mexicanos más pobres han mejorado.

Un documento en mi poder, señala: “La economía está estancada y la inversión nacional no crece porque el mercado interno es débil, ya que la mayoría de las familias no tienen recursos para satisfacer, en muchos casos, más que sus necesidades de supervivencia.

“La desigualdad se ha acentuado y puede empujar al país a la inestabilidad. El 10 por ciento de la población más pobre recibe apenas el 1.4 por ciento del ingreso, mientras que en el polo opuesto, el 10 por ciento de la población más rica acapara el 41 por ciento del ingreso.

“A falta de empleo no hay más opciones que la economía informal, emigración laboral o la puerta falsa de la delincuencia abierta o simulada.

“De una población económicamente activa formada por 47 millones de personas, sólo 15 millones tienen empleo formal, y en los dos últimos años ha aumentado la proporción de empleos eventuales, los que trabajan menos de 15 horas a la semana y los que perciben ingresos de alrededor de dos salarios mínimos”.

Ernesto Cordero insiste en que para la economía mexicana van a ser tres años buenos, después de la peor recesión económica que hemos enfrentado en las últimas décadas, han sido 10 años de muy buenos resultados en política social, en desempeño económico, consolidación del patrimonio y estabilidad financiera.

Los datos duros lo desmienten. Siempre sustentados en documentos oficiales, nos enteramos de que “las políticas públicas no marchan satisfactoriamente; los indicadores son negativos y no se pueden ocultar con campañas publicitarias.

“Según datos del INEGI, en los últimos años la economía ha crecido a una tasa media anual de apenas el 1.2 por ciento, mientras que la población se ha incrementado en 0.94 por ciento anual: por eso, el producto por habitante se mantiene prácticamente igual al del año 2000. Nos estancamos una década.

“Durante el decenio panista casi se ha triplicado el monto del Presupuesto de Egresos de la Federación, al pasar de un billón 195 mil millones de pesos en el año 2000, a tres billones 176 mil millones en el 2010, pero los problemas no se han resuelto. Se han despilfarrado los recursos petroleros; el gobierno ha contado con mucho dinero, pero se ha utilizado mayormente en gasto corriente”.

Puede constatarse que Ernesto Cordero Arroyo continúa metiendo fuerte la pata en el medio de contención, porque si es cierto que pudo haberse equivocado con la declaración de los seis mil pesos, no puede suceder lo mismo con lo dicho a El Universal, a menos de que sea el INEGI quien falte a la verdad.

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