“Copete contra bigote…”

Francisco Garfias

Ya es un axioma que las elecciones en el Estado de México han gravitado negativamente en el Congreso. El peso del gobernador de esa entidad, Enrique Peña Nieto, se ha dejado sentir en la bancada del PRI en San Lázaro.

Sus lugartenientes en la Cámara alta (Emilio Chuayffet, Alfonso Navarrete Prida, Manuel Cadena), han maniobrado abiertamente para no se apruebe lo que inquieta al mandatario mexiquense.

La cosa se pone peor si llega al Palacio Legislativo una minuta del Senado con el sello de Manlio Fabio Beltrones, el otro aspirante a la candidatura presidencial del PRI.

“Es un ajuste entre copetes y bigotes”, sintetizó Carlos Pérez Cuevas, número dos del grupo parlamentario del PAN.

Javier Lozano aludió también a las broncas interna que afectan a los legisladores del PRI, pero sin aludir a Peña.

“Vaya diferencia de liderazgo entre Manlio Fabio Beltrones en el Senado, sacando reformas, y Francisco Rojas, en diputados, deteniéndolo todo”, escribió el secretario del Trabajo, en su cuenta de twitter.

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Los últimos ejemplos de la peñalización de las decisiones en San Lázaro han sido la Reforma Laboral, la Ley de Seguridad Nacional, la Reforma Política y le elección de los tres consejeros que le faltan al IFE. En todas se ha atravesado la influencia del mandatario mexiquense.

El hombre teme que las delicadas reformas, sobre todo la Laboral y la de Seguridad Nacional, alteren la atmósfera política y compliquen la elección de gobernador, el próximo 3 de julio.

Su candidato, Eruviel Ávila, va en caballo de Hacienda.

Recoge el 48 por ciento en la intención de voto, según la empresa Gabinete Estratégico. Encinas tiene el 16 por ciento, y Bravo Mena el 14.

Ni juntos se le aproximan. ¿Para que arriesgarlo ? Se preguntan en la capital mexiquense

La influencia de Toluca comenzó a notarse con la Reforma Hacendaria promovida por Beltrones y aprobada por el Senado. En San Lázaro le dieron para atrás.

Ocurrió lo mismo con la Reforma Laboral. El cambio de postura del tricolor comenzó a evidenciarse luego que Andrés Manuel López Obrador se montara en el tema.

La víspera de que el aguerrido tabasqueño se apersonara en San Lázaro para protestar contra las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, el PRI anunció que iría a la congeladora.

“No hay prisa, habrá que analizarla”, dijo entonces José Ramón Martel, vice coordinador de la fracción del PRI.

El PAN, en una hábil maniobra, adhirió públicamente a la iniciativa del tricolor, pero más con el afán de evidenciar el cambio de postura en el PRI, que de hacer pasar la Reforma Laboral.

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En el atoron de la Ley de Seguridad Nacional tuvo también que ver el góber mexiquense. Lo confirmamos al más alto nivel en la cámara de Diputados.

Las virulentas protestas, los temores, las medias verdades y los estereotipos alrededor de la delicada Ley preocuparon en Toluca. Era patético ver a Navarrete Prida queriendo responsabilizar al panista Javier Corral del atorón que envió el ordenamiento a la congeladora.

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Otro tema es el de los consejeros del IFE. Personajes panistas de primer nivel han intentado hacerle ver a Peña la conveniencia, para él, de que uno de los nuevos consejeros sea propuesto por el PRD.

La insisten en que eso le restaría peso al socorrido argumento de que las autoridades electorales cargan los dados en contra del candidato de la izquierda.

Pero el PRI no se baja de su macho. Quiere nombrar a dos de los tres consejeros, para equilibrar las cosas en el Consejo General del IFE. De los seis que hay, solo dos fueron cuota del PRI: Francisco Guerrero y Marco Baños.

El tricolor nunca va a aceptar que los tres que faltan se repartan entre el PAN y el PRD. Quedarían seis a tres en las votaciones. Azules y amarillos tendrían, juntos, la mayoría calificada.

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Algo les quedó a los panistas de su alianza con el PRD. Le tomaron gusto a la táctica de expresarse a través de las mantas. Desplegaron una en el pleno y otra, enorme, en las escaleras de emergencia del edificio.

Utilizaron la frase “no hay Prisa” de Martel, para plasmar sus criticas al tricolor. La idea fue del diputado del azul, Ignacio Téllez.

Reza la manta: “No hay PRIsa para los empleos; no hay PRIsa para los jóvenes; no hay PRIsa para las mujeres.
¿Y la Reforma Laboral cuando?”

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Javier Lozano ya tiene gallos para encabezar lo que llama Sindicato Único de Demagogos de Mexicana. Propone al senador del PRI, Fernando Castro Trenti y el diputado del PT, Mario di Costanzo.

A ambos los acusa de ofrecer a cosas deslumbrantes, imposibles de cumplir, para volver a hacer volar a la quebrada línea aérea. En su cuenta de twitter precisó que el problema será a quien darle “la toma de nota.”

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Moraleja de la semana. Los tiempos electorales son malos para la vida parlamentaria.

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