¡Ahora es cuándo, chile verde, le has de dar sabor al caldo!

Álvaro Cepeda Neri

Los panistas, con otro refrán, se estaban llevando al baile a los priistas (a pesar de que estos saben más por viejos, que por diablos), en las contrarreformas a la Ley Federal del Trabajo, reglamentaria del Art 123 (dizque muy hábilmente sacándole la vuelta a la Constitución). Los legisladores federales del PRI estaban a punto de discutirlas y, apoyados por los del PAN aprobarlas, cuando cayeron en cuenta que no solamente se los estaban llevando al baile, sino, además, al suicidio electoral cuando todo pinta para que ese PRI (al que le cargan más sus defectos y errores, que sus aciertos en sus 64 años en el poder presidencial, y no como se dice 71 años, ya que se fundó en 1946), esté a punto de ahora sí ganar en las urnas la Presidencia de la República (pero no con Peña Nieto, que es un candidato bonito, sino que ha de hacerlo con un político y esto apunta hacia Manlio Fabio Beltrones Rivera).

El caso es que los diputados federales priistas, cuya mitad controla Peña Nieto a través del salinista Francisco Rojas y del loquito de Moreira, con el contrapeso de la otra mitad, cayeron en cuenta de que las contrarreformas laborales que más quieren los panistas y Calderón en primer lugar, estaban incendiando la acción de las vanguardias obreras y avivando la crítica de quienes, al darse cuenta de la maniobra, empezaron a salir al paso de lo que parecía inminente introducción de contrarreformas que, de plano, echarían abajo las poquísimas conquistas de los trabajadores. Y que dan marcha atrás, con lo que los panistas, montaron en cólera y descalificaciones a ese PRI que se salvó en la tablita. Posponiendo el asunto para un debate en el próximo período de sesiones.

Y el que más “enchilado” quedó fue el propio Calderón quien días antes, frente a los empresarios que también andaban ya festinando las contrarreformas, expresó, con una sonrisa: “Ahorita es cuando se debe aprobar las enmiendas laborales”. Un poco al estilo de: “¡Ahora es cuando, chile verde, le has de dar sabor al caldo!”. Pero se quedó con un palmo de narices. Y “vestido y alborotado”, está furioso, porque se frotaba las manos ya que supuestamente habían transado con los priistas de Peña Nieto la aprobación de dichas contrarreformas. Pero el copetes aceptó posponer el tema, ya que de aprobarse los trabajadores mexiquenses menos votarían por su candidato.

Y de paso, pues, el PRI en general, al que tampoco le conviene la contrarreforma, tendrá tiempo para sacar del horno algunas medidas que disminuyen en mucha medida las conquistas obreras. Y de pilón, que se acerca el uno de mayo, Día del Trabajo, cuando desfilarán por todo el país los obreros; y si hubieran prosperado esas contrarreformas, con mayor razón las manifestaciones, con tanto desempleo y empobrecimiento, podrían (y pueden) transformarse en un repudio con visos de violencia social. Mientras tanto, Calderón y el PAN, se quedaron chiflando en la loma, abandonados por quienes desistieron, en el último minuto, utilizar el consejo de “mejor aquí corrió… que aquí murió”.

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