Martha Anaya / Crónica de Política
El escándalo de la operación “Rápido y Furioso” –que permitió el tráfico de armas ilegales de Estados Unidos hacia México—ha propiciado que se escondan cuanto funcionario ha sido convocado a comparecer ante el congreso.
Arturo Chávez Chávez, procurador general de la República, canceló ayer mismo su comparecencia en la Cámara de Diputados, a la que había sido convocado precisamente para explicar los asuntos derivados de la famosa operación lanzada por la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de los Estados Unidos, para “rastrear” alrededor de dos mil armas que cruzaron –con su permiso tácito– la frontera mexicana.
El secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, también pospuso la reunión que tenía programada en San Lázaro para que explicara lo que sabía en torno a la operación “Rápido y Furioso”. La razón que adujo –al igual que el procurador–, fue “motivos de agenda”.
La molestia de los diputados por tales evasivas, se manifestó ayer en voz del presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, conminó “de manera enérgica y decididamente”, la presencia de Chávez Chávez para el próximo lunes ante las comisiones de Defensa Nacional y Seguridad Pública.
-¡Que dejen a un lado los pretextos y se presenten!-, demandó.
Según explicó el priista Ramírez Marín, ya son demasiado repetitivos los casos de cancelación de los convocados por supuestos motivos de agenda por compromisos adquiridos con anterioridad, pero nunca manifiestan alguna otra fecha disponible en la que podrían asistir.
Por ello, indicó, ahora “ya no le estamos preguntando la fecha a comparecer, le estamos pidiendo (a la secretaría de Gobernación) que se asegure de que en la fecha que le estamos enviando –es decir el próximo lunes a las cinco de la tarde–, el procurador venga”.
Eso, a nivel público.
Porque, a decir verdad, la comisión de la Defensa Nacional no se ha quedado cruzado de brazos y tiene programado para esta mañana un desayuno privado –en las oficinas del Sistema de Administración Tributaria (SAT)—con su director, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, para hablar sobre el tráfico de armas y lavado de dinero.
Pero acercarse a la información de primera mano sobre la operación “Rápido y Furioso” no es nada fácil. Ni siquiera en Estados Unidos, pues ningún funcionario del Departamento de Justicia ni de la ATF han comparecido ante el Comité senatorial que investiga el caso.
Según un reporte de la CBS, Kenneth Melson, director general de la ATF, tenía programada una audiencia en el senado el jueves pasado, pero no asistió.
Así que, al igual que en México y Estados Unidos, la operación “Rápido y Furioso” está provocando que sus principales implicados se escondan. Pero, como la avestruces, sólo ocultan la cabeza, todo lo demás queda –o va quedando– al descubierto.
Debe ser grave lo que ocultan en ambos lados para así actúen.
El escándalo de la operación “Rápido y Furioso” –que permitió el tráfico de armas ilegales de Estados Unidos hacia México—ha propiciado que se escondan cuanto funcionario ha sido convocado a comparecer ante el congreso.
Arturo Chávez Chávez, procurador general de la República, canceló ayer mismo su comparecencia en la Cámara de Diputados, a la que había sido convocado precisamente para explicar los asuntos derivados de la famosa operación lanzada por la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de los Estados Unidos, para “rastrear” alrededor de dos mil armas que cruzaron –con su permiso tácito– la frontera mexicana.
El secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, también pospuso la reunión que tenía programada en San Lázaro para que explicara lo que sabía en torno a la operación “Rápido y Furioso”. La razón que adujo –al igual que el procurador–, fue “motivos de agenda”.
La molestia de los diputados por tales evasivas, se manifestó ayer en voz del presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, conminó “de manera enérgica y decididamente”, la presencia de Chávez Chávez para el próximo lunes ante las comisiones de Defensa Nacional y Seguridad Pública.
-¡Que dejen a un lado los pretextos y se presenten!-, demandó.
Según explicó el priista Ramírez Marín, ya son demasiado repetitivos los casos de cancelación de los convocados por supuestos motivos de agenda por compromisos adquiridos con anterioridad, pero nunca manifiestan alguna otra fecha disponible en la que podrían asistir.
Por ello, indicó, ahora “ya no le estamos preguntando la fecha a comparecer, le estamos pidiendo (a la secretaría de Gobernación) que se asegure de que en la fecha que le estamos enviando –es decir el próximo lunes a las cinco de la tarde–, el procurador venga”.
Eso, a nivel público.
Porque, a decir verdad, la comisión de la Defensa Nacional no se ha quedado cruzado de brazos y tiene programado para esta mañana un desayuno privado –en las oficinas del Sistema de Administración Tributaria (SAT)—con su director, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, para hablar sobre el tráfico de armas y lavado de dinero.
Pero acercarse a la información de primera mano sobre la operación “Rápido y Furioso” no es nada fácil. Ni siquiera en Estados Unidos, pues ningún funcionario del Departamento de Justicia ni de la ATF han comparecido ante el Comité senatorial que investiga el caso.
Según un reporte de la CBS, Kenneth Melson, director general de la ATF, tenía programada una audiencia en el senado el jueves pasado, pero no asistió.
Así que, al igual que en México y Estados Unidos, la operación “Rápido y Furioso” está provocando que sus principales implicados se escondan. Pero, como la avestruces, sólo ocultan la cabeza, todo lo demás queda –o va quedando– al descubierto.
Debe ser grave lo que ocultan en ambos lados para así actúen.
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