Rubén Cortés
En el DF no quedan vestigios del entusiasmo panista que hace 10 años casi lleva a la Jefatura de Gobierno a Santiago Creel. Acción Nacional es hoy un partido desdibujado, con el apoyo de sólo 12 por ciento de los electores, detrás del PRD (35), PRI (29) y… hasta el PT (13).
La más reciente encuesta de Reforma debe haber prendido las alarmas blanquiazules: su político mejor ubicado para las próximas elecciones locales de 2012 es Demetrio Sodi, quien conserva los 14 puntos que hace año y medio le dieron la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo.
Pero la calamidad es peor: Mariana Gómez del Campo tiene apenas 7 puntos ¡Y eso que desde 2004 ha sido diputada, presidenta local del PAN y actualmente jefa de su bancada en la ALDF!
La situación se acerca al desastre al saber que los panistas que la siguen en aceptación gozan de notable presencia nacional, pero que aun así no despiertan interés: José Luis Luege, Javier Lozano y Gabriela Cuevas.
Luege estuvo 3 años en el gabinete de Fox y lleva 5 con Calderón, pero lo quiere el 6 por ciento de los electores, al igual que a Javier Lozano, secretario del Trabajo desde 2006; mientras a Cuevas, quien ha sido de todo menos Jefa de Gobierno, escasamente el 5.
Los pesos pesados panistas ya alcanzaron su techo en el DF y son superados por sus pares de otros partidos: desmesuradamente por la priista Beatriz Paredes (45 por ciento) y de manera más comedida por los perredistas Martí Batres y Carlos Navarrete (12).
El blanquiazul tendría salvación si apostase por elementos jóvenes que proporcionalmente poseen mejores bonos, pese a carecer de la exposición de los personajes conocidos: es el caso de Carlos Orvañanos, delegado en Cuajimalpa.
Aun gobernando un enclave olvidado, Orvañanos registra 3 por ciento en las preferencias y aparece como único panista con posibilidades de crecer, junto con Arne Aus den Ruthen, quien también tiene 3 por ciento, pero con mucha más exposición.
Orvañanos, además, es de los delegados más eficaces: mientras que las administraciones perredistas invertían en promedio en infraestructura 5.9 millones de pesos y creaban 44 empleos mensuales, la suya dedica 12.5 millones de pesos y da trabajo a 95 personas… por citar dos cifras.
A sus 31 años, Orvañanos integra una nueva generación de políticos mexicanos, menos ideologizados y más preocupados por poner sus conocimientos al servicio de la gente que en intereses de grupos de poder y representan un encuentro diferente de la sociedad con la política.
El PAN ahí lo tiene y debería intentar crecerlo. Al menos con él tendría la esperanza que irremediablemente no tiene con Sodi, Mariana Gómez del Campo, Luege, Gaby Cuevas…
En el DF no quedan vestigios del entusiasmo panista que hace 10 años casi lleva a la Jefatura de Gobierno a Santiago Creel. Acción Nacional es hoy un partido desdibujado, con el apoyo de sólo 12 por ciento de los electores, detrás del PRD (35), PRI (29) y… hasta el PT (13).
La más reciente encuesta de Reforma debe haber prendido las alarmas blanquiazules: su político mejor ubicado para las próximas elecciones locales de 2012 es Demetrio Sodi, quien conserva los 14 puntos que hace año y medio le dieron la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo.
Pero la calamidad es peor: Mariana Gómez del Campo tiene apenas 7 puntos ¡Y eso que desde 2004 ha sido diputada, presidenta local del PAN y actualmente jefa de su bancada en la ALDF!
La situación se acerca al desastre al saber que los panistas que la siguen en aceptación gozan de notable presencia nacional, pero que aun así no despiertan interés: José Luis Luege, Javier Lozano y Gabriela Cuevas.
Luege estuvo 3 años en el gabinete de Fox y lleva 5 con Calderón, pero lo quiere el 6 por ciento de los electores, al igual que a Javier Lozano, secretario del Trabajo desde 2006; mientras a Cuevas, quien ha sido de todo menos Jefa de Gobierno, escasamente el 5.
Los pesos pesados panistas ya alcanzaron su techo en el DF y son superados por sus pares de otros partidos: desmesuradamente por la priista Beatriz Paredes (45 por ciento) y de manera más comedida por los perredistas Martí Batres y Carlos Navarrete (12).
El blanquiazul tendría salvación si apostase por elementos jóvenes que proporcionalmente poseen mejores bonos, pese a carecer de la exposición de los personajes conocidos: es el caso de Carlos Orvañanos, delegado en Cuajimalpa.
Aun gobernando un enclave olvidado, Orvañanos registra 3 por ciento en las preferencias y aparece como único panista con posibilidades de crecer, junto con Arne Aus den Ruthen, quien también tiene 3 por ciento, pero con mucha más exposición.
Orvañanos, además, es de los delegados más eficaces: mientras que las administraciones perredistas invertían en promedio en infraestructura 5.9 millones de pesos y creaban 44 empleos mensuales, la suya dedica 12.5 millones de pesos y da trabajo a 95 personas… por citar dos cifras.
A sus 31 años, Orvañanos integra una nueva generación de políticos mexicanos, menos ideologizados y más preocupados por poner sus conocimientos al servicio de la gente que en intereses de grupos de poder y representan un encuentro diferente de la sociedad con la política.
El PAN ahí lo tiene y debería intentar crecerlo. Al menos con él tendría la esperanza que irremediablemente no tiene con Sodi, Mariana Gómez del Campo, Luege, Gaby Cuevas…
Comentarios
En particular lo referente a Batres y Navarrete