¿Qué dijo Sócrates?

Francisco Rodríguez / Índice Político

Todo indica que ha nacido una nueva escuela socrática. Y ésta es cien por ciento mexicana.

Nuestro Sócrates, como el griego ancestral, también tiene seguidores que ya se encargan de difundir su palabra. Gustavo Madero, el líder formal del PAN –el real ocupa Los Pinos– es, sin duda, uno de quienes siguen los pasos de Platón, Aristóteles y Jenofonte, al divulgar el pensamiento de su nuevo maestro: Rizzo García.

¿Qué dijo Sócrates? Nada que nadie desconociera. Nada que no hagan los estadounidenses, españoles, argentinos –you name them– o neozelandeses: que ante un problema de las dimensiones crecientes del narcotráfico y los adictos a los estupefacientes, los Estados nacionales administran el conflicto y no lo enfrentan con violencia que sólo genera más violencia.

¿Qué dijo Sócrates? Nada que antes no hubiese dicho, para el caso mexicano, Vicente Fox: “Al narcotráfico no se le termina, se le administra”, a finales de septiembre de 2010.

¿Qué dijo Sócrates? La antítesis de lo que hoy sucede con un México inmerso hoy en una espiral descontrolada de violencia, porque el señor Felipe Calderón ha hecho de la guerra contra el narcotráfico el eje de su gobierno. El combate al crimen organizado ha proporcionado a su mandato una vía de legitimación que las urnas le negaron. La militarización de la política le ha dado las herramientas para administrar el país con medidas de excepción. La politización de la seguridad pública le ha facilitado recomponer la cadena de mando-obediencia.

Pero, más todavía, lo que dijo Sócrates Rizzo García revela, asimismo, que “la guerra” contra el narcotráfico le ha brindado a Calderón la oportunidad de inyectar un miedo atroz entre la población.

Lo escribía –y muy bien– Sabino Bastidas en El País hace año y medio:

“En México, el miedo tiene muchas caras y experimenta simultáneamente varios pasajes: el de la crisis económica y el desempleo, el del desmoronamiento de los sistemas de pensiones, el de la Gripe AH1N1, el de la inseguridad cotidiana y de manera señalada y destacada: el gran tema del narcotráfico. Los mexicanos hemos cultivado el miedo y vamos tolerando la pérdida de libertades en aras de la seguridad.

“La guerra total contra el narcotráfico que se emprendió hace tres años ha hecho de la administración del miedo parte del estilo personal del gobernar. Calderón ha resultado un buen administrador del miedo.

“La narrativa gubernamental lo justifica todo en el marco de una guerra total y permanente, contra un enemigo gigantesco, amorfo, sin rostro y de mil cabezas. Un adversario al que simplemente hay que tener miedo.

“Y así, el miedo justifica los medios. En la lucha contra el narcotráfico se justifica todo: la pérdida de vidas, el uso desmedido de recursos, el crecimiento de las policías, la compra de armamento, la intervención en Estados y Municipios, el uso del Ejército para funciones de policía, la colocación de retenes, la entrada a domicilios y la detención de personas, la violación de garantías individuales.

“El error es evidente: se planteó una estrategia que le apostó todo al modelo policiaco. ¿Mucho miedo? Respuesta: Muchos policías. Los policías fueron la respuesta de política pública al miedo contra el narcotráfico y el crimen organizado. Y cuidado, porque México está transitando de modelo clásico ya exagerado del ‘Estado policía’ al ‘Estado de los policías’.

Es así como “la guerra” contra el tráfico ilícito de drogas sólo ha sido funcional a Felipe Calderón. Los 40 mil muertos, los cientos de miles de viudas y huérfanos, el problema social que tal conlleva, la fuga de capitales, el territorio convertido en el lugar más indeseable del planeta… nada de ello importa. Sólo interesa que la fallida Administración siga aún buscando la legitimación que desde hace ya casi cinco años no consigue.

¿Qué dijo Sócrates? Lo que hace la Casa Blanca de Obama. Administra el problema del narcotráfico.

Si no, ¿cómo fue que, sin disparar una bala, el fin de semana anterior detuvieron a más de 400 narcos mexicanos que actuaban en su territorio? Porque los tenían vigilados, pero operando para surtir de drogas a sus muchos adictos.

¿Va a ganar esta “guerra” Calderón? Nadie apostaría a favor de ello…

Índice Flamígero: Dos medidas, dos: de acuerdo a las revelaciones del libro de Anabel Hernández “Los Señores del Narco”, el malogrado Juan Camilo Mouriño –a la sazón secretario particular del ocupante de Los Pinos– habría buscado, a través de un militar, pactar una tregua con Joaquín “El Chapo” Guzmán. Su muerte, por incumplir el pacto…

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