Rubén Cortés
Al primer minuto del sábado, Enrique Peña escogió a Joaquín López Dóriga para dar la exclusiva y éste la subió a su cuenta de Twitter (@lopezdoriga_1): Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec, era el candidato del PRI a las elecciones de julio en el Estado de México.
Fue la última jugada de un ajedrez que el gobernador jugó con maestría. No hay otra verdad: la nominación de Eruviel fue una decisión de Estado. No la tomó de última hora. Su estilo de “hacerla cardiaca” fue parte de una estrategia para controlar su sucesión y su proyecto hacia Los Pinos.
Peña dejó un juego abierto que le evitó desgastarse, actuando de manera diferente a otros gobernadores priistas en elecciones recientes, que sin visión política impusieron a sus favoritos y perdieron en Sinaloa, Oaxaca y Puebla.
Tres horas antes del aviarle a López Dóriga, convocó a los precandidatos a una cena: sus amigos personales Luis Videgaray, Ernesto Nemer, Ricardo Aguilar y Alfredo del Mazo; más Eruviel Ávila.
Videgaray, su más brillante colaborador; Nemer, pariente y amigo de la infancia; Aguilar, su hechura política personal; Del Mazo, querido por motivos humanos, familiares y políticos. Eruviel, menos cercano en todos los aspectos.
Peña les dijo que el más idóneo era Eruviel por cubrir las prioridades del PRI y del Edomex:
1.- Un candidato competitivo y popular, identificado con segmentos sociales mayoritarios.
2.- No polarizaría o dividiría a los priistas del estado, para lo cual no podía aceptar presiones de grupo, como el famoso Atlacomulco, defensor de Del Mazo.
3.- Garantizaría mantener su rumbo, sin ser considerado un continuismo.
4.- Eruviel englobaba estas prioridades, con un valor agregado: su nominación anulaba el discurso opositor sobre el “caciquismo” y el “tenebroso grupo Atlacomulco”.
¿Cómo controlará los daños? Así:
1.- Videgaray es su asesor de facto y creador de los diseños para llegar a Los Pinos.
2.-Nemer, quien lo puso en apuros destacando desde la Presidencia del Congreso por aprobar leyes sociales y de género que lo reposicionaron, es su puntal para apoyarse estatalmente y en su proyecto nacional.
3.- Aguilar va como su avanzada en el CEN del PRI.
4.- Del Mazo, más que apoyarse en una facción, seguirá acumulando bonos que lo acrediten a él más allá del pedigrí. Tiene, con base en su carisma y talento, un gran futuro.
Conclusión: Peña demostró brillantez y allanó su camino a la Presidencia. Porque Eruviel garantiza el triunfo del PRI y es el mejor candidato posible: niño cobrador en una combi y cortador de vidrios en una cancelería, luego doctor en Derecho por la UNAM, político serio y limpio.
Un hombre que se ha hecho a sí mismo: un producto puro de la democracia y la libertad.
Al primer minuto del sábado, Enrique Peña escogió a Joaquín López Dóriga para dar la exclusiva y éste la subió a su cuenta de Twitter (@lopezdoriga_1): Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec, era el candidato del PRI a las elecciones de julio en el Estado de México.
Fue la última jugada de un ajedrez que el gobernador jugó con maestría. No hay otra verdad: la nominación de Eruviel fue una decisión de Estado. No la tomó de última hora. Su estilo de “hacerla cardiaca” fue parte de una estrategia para controlar su sucesión y su proyecto hacia Los Pinos.
Peña dejó un juego abierto que le evitó desgastarse, actuando de manera diferente a otros gobernadores priistas en elecciones recientes, que sin visión política impusieron a sus favoritos y perdieron en Sinaloa, Oaxaca y Puebla.
Tres horas antes del aviarle a López Dóriga, convocó a los precandidatos a una cena: sus amigos personales Luis Videgaray, Ernesto Nemer, Ricardo Aguilar y Alfredo del Mazo; más Eruviel Ávila.
Videgaray, su más brillante colaborador; Nemer, pariente y amigo de la infancia; Aguilar, su hechura política personal; Del Mazo, querido por motivos humanos, familiares y políticos. Eruviel, menos cercano en todos los aspectos.
Peña les dijo que el más idóneo era Eruviel por cubrir las prioridades del PRI y del Edomex:
1.- Un candidato competitivo y popular, identificado con segmentos sociales mayoritarios.
2.- No polarizaría o dividiría a los priistas del estado, para lo cual no podía aceptar presiones de grupo, como el famoso Atlacomulco, defensor de Del Mazo.
3.- Garantizaría mantener su rumbo, sin ser considerado un continuismo.
4.- Eruviel englobaba estas prioridades, con un valor agregado: su nominación anulaba el discurso opositor sobre el “caciquismo” y el “tenebroso grupo Atlacomulco”.
¿Cómo controlará los daños? Así:
1.- Videgaray es su asesor de facto y creador de los diseños para llegar a Los Pinos.
2.-Nemer, quien lo puso en apuros destacando desde la Presidencia del Congreso por aprobar leyes sociales y de género que lo reposicionaron, es su puntal para apoyarse estatalmente y en su proyecto nacional.
3.- Aguilar va como su avanzada en el CEN del PRI.
4.- Del Mazo, más que apoyarse en una facción, seguirá acumulando bonos que lo acrediten a él más allá del pedigrí. Tiene, con base en su carisma y talento, un gran futuro.
Conclusión: Peña demostró brillantez y allanó su camino a la Presidencia. Porque Eruviel garantiza el triunfo del PRI y es el mejor candidato posible: niño cobrador en una combi y cortador de vidrios en una cancelería, luego doctor en Derecho por la UNAM, político serio y limpio.
Un hombre que se ha hecho a sí mismo: un producto puro de la democracia y la libertad.
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