Francisco Rodríguez / Índice Político
Sentados en el bar del hotel Mayflower, disfrutando un whiskey helado, Luis M. Farías y Mike Mansfield –ambos líderes de sus respectivas cámaras en México y EU– festejaban el haber concluido en Washington una reunión parlamentaria bilateral y los preparativos de la inminente visita de John F. Kennedy a Adolfo López Mateos en la ciudad de México. Atestiguaba mi inolvidable gran amigo Justo Sierra Casasús.
En un momento de la conversación, Mansfield preguntó a Farías qué sería bueno que Kennedy llevara de regalo a López Mateos. Se habló de relojes, incluso de autos a los que tan afecto fue don Adolfo… y entonces interrumpió “Justito”, cual lo llamaba ALM: “¡Que nos regresen El Chamizal!”
– El Chamizal? What the fuck is that? –preguntó Mansfield.
Farías no tuvo respuesta para el demócrata que fuera “amigo de México”, pero el nieto de El Maestro de América, quien por el lado materno también lo era de don Joaquín Diego Casasús, bien que lo sabía y pasó a explicarles que éste fue designado, en 1911, por el general Porfirio Díaz como presidente de la Comisión de Arbitraje de El Chamizal, una franja del territorio mexicano ubicado en la parte septentrional de lo que hoy es Ciudad Juárez, y que por cuestiones geo-hidráulicas había quedado del lado estadounidense, tras una crecida del Río Grande.
Junto con el diputado y secretario de la comisión,Manuel R. Uruchurtu, Casasús lograría ganar el fallo definitivo, del rey Víctor Manuel de Italia, en favor de México y en contra de los Estados Unidos, dentro del Juicio Arbitral de El Chamizal, con lo que se establecía que el Río Bravo era mexicano y no frontera.
Tanto al regiomontano Farías como a Mansfield, oriundo de Montana, les gustó la idea. La propuso el speaker de la Cámara de Representantes y el entonces inquilino de la Casa Blanca lo aceptó.
Llegó Kennedy a México, y –ya enterado de lo que representaba El Chamizal– quiso negociar con López Mateos.
– ¿Cuánto vale ese terreno?– dijo el malogrado presidente de EU, lo que tradujo su intérprete.
Don Adolfo se levantó de la silla. Y serenándose se dirigió a su amigo y también traductor Justo Sierra:
– Justito. Di por favor al señor Presidente de los Estados Unidos que ¡el Presidente de México no es agente de bienes raíces!
Ante ello, Kennedy firmó los documentos. La entrega física le correspondería, tres años después, a Lyndon B. Johnson.
Viene a cuento la remembranza de una entre las muchas anécdotas que a diario me platicaba “El Nieto de la Estatua” –como también le decía ALM–, al observar que hoy, en Los Pinos, no existe el valor, la prestancia y mucho menos el patriotismo que don Adolfo mostró en esa y otras ocasiones.
Hoy, ya no sólo El Chamizal, por lo que se observa, todo Ciudad Juárez ya está del lado estadounidense.
Acude el controversial embajador Carlos Pascual a tranquilizar a la población y a asegurar a las autoridades locales que Estados Unidos “los seguirá ayudando”.
Y peor, todavía, un nuevo leak de Wiki –a través del diario capitalino La Jornada– da cuenta de la activa participación estadounidense para sacar al Ejército de tareas de vigilancia en Ciudad Juárez, para que su lugar fuese ocupado por la corrupta e ineficiente Policía Federal de Genaro García Luna.
Juárez fue elegida como laboratorio para probar el despliegue de policías federales en lugar de militares. Varios documentos de diciembre de 2009 y enero de 2010 afirman que esa ciudad fronteriza “se ha convertido en un emblema para México, ya que internamente domina el debate político e internacionalmente marca la percepción que se tiene del país:”
Un “laboratorio”, Ciudad Juárez, en el que a diario caen no pocos muertos, donde hay más “levantados”, donde la PF ha demostrado su falta de resultados y hasta su colusión.
¿Un “laboratorio” que ya está encargado a EU?
¿Perdimos Ciudad Juárez y de refilón, otra vez, El Chamizal?
Hace falta que regrese el espíritu de López Mateos a Los Pinos.
Índice Flamígero: Ayer interpretaron que el embajador Pascual prefirió ir a Ciudad Juárez, antes que encontrarse con el ocupante de Los Pinos en un evento de la American Chamber of Commerce. ¿Cómo descifrarán hoy las declaraciones públicas más recientes del representante aquí de Barack Obama, quien dijo que es comprensivo de la frustración que los mexicanos sienten respecto a la lucha contra el narco?
Sentados en el bar del hotel Mayflower, disfrutando un whiskey helado, Luis M. Farías y Mike Mansfield –ambos líderes de sus respectivas cámaras en México y EU– festejaban el haber concluido en Washington una reunión parlamentaria bilateral y los preparativos de la inminente visita de John F. Kennedy a Adolfo López Mateos en la ciudad de México. Atestiguaba mi inolvidable gran amigo Justo Sierra Casasús.
En un momento de la conversación, Mansfield preguntó a Farías qué sería bueno que Kennedy llevara de regalo a López Mateos. Se habló de relojes, incluso de autos a los que tan afecto fue don Adolfo… y entonces interrumpió “Justito”, cual lo llamaba ALM: “¡Que nos regresen El Chamizal!”
– El Chamizal? What the fuck is that? –preguntó Mansfield.
Farías no tuvo respuesta para el demócrata que fuera “amigo de México”, pero el nieto de El Maestro de América, quien por el lado materno también lo era de don Joaquín Diego Casasús, bien que lo sabía y pasó a explicarles que éste fue designado, en 1911, por el general Porfirio Díaz como presidente de la Comisión de Arbitraje de El Chamizal, una franja del territorio mexicano ubicado en la parte septentrional de lo que hoy es Ciudad Juárez, y que por cuestiones geo-hidráulicas había quedado del lado estadounidense, tras una crecida del Río Grande.
Junto con el diputado y secretario de la comisión,Manuel R. Uruchurtu, Casasús lograría ganar el fallo definitivo, del rey Víctor Manuel de Italia, en favor de México y en contra de los Estados Unidos, dentro del Juicio Arbitral de El Chamizal, con lo que se establecía que el Río Bravo era mexicano y no frontera.
Tanto al regiomontano Farías como a Mansfield, oriundo de Montana, les gustó la idea. La propuso el speaker de la Cámara de Representantes y el entonces inquilino de la Casa Blanca lo aceptó.
Llegó Kennedy a México, y –ya enterado de lo que representaba El Chamizal– quiso negociar con López Mateos.
– ¿Cuánto vale ese terreno?– dijo el malogrado presidente de EU, lo que tradujo su intérprete.
Don Adolfo se levantó de la silla. Y serenándose se dirigió a su amigo y también traductor Justo Sierra:
– Justito. Di por favor al señor Presidente de los Estados Unidos que ¡el Presidente de México no es agente de bienes raíces!
Ante ello, Kennedy firmó los documentos. La entrega física le correspondería, tres años después, a Lyndon B. Johnson.
Viene a cuento la remembranza de una entre las muchas anécdotas que a diario me platicaba “El Nieto de la Estatua” –como también le decía ALM–, al observar que hoy, en Los Pinos, no existe el valor, la prestancia y mucho menos el patriotismo que don Adolfo mostró en esa y otras ocasiones.
Hoy, ya no sólo El Chamizal, por lo que se observa, todo Ciudad Juárez ya está del lado estadounidense.
Acude el controversial embajador Carlos Pascual a tranquilizar a la población y a asegurar a las autoridades locales que Estados Unidos “los seguirá ayudando”.
Y peor, todavía, un nuevo leak de Wiki –a través del diario capitalino La Jornada– da cuenta de la activa participación estadounidense para sacar al Ejército de tareas de vigilancia en Ciudad Juárez, para que su lugar fuese ocupado por la corrupta e ineficiente Policía Federal de Genaro García Luna.
Juárez fue elegida como laboratorio para probar el despliegue de policías federales en lugar de militares. Varios documentos de diciembre de 2009 y enero de 2010 afirman que esa ciudad fronteriza “se ha convertido en un emblema para México, ya que internamente domina el debate político e internacionalmente marca la percepción que se tiene del país:”
Un “laboratorio”, Ciudad Juárez, en el que a diario caen no pocos muertos, donde hay más “levantados”, donde la PF ha demostrado su falta de resultados y hasta su colusión.
¿Un “laboratorio” que ya está encargado a EU?
¿Perdimos Ciudad Juárez y de refilón, otra vez, El Chamizal?
Hace falta que regrese el espíritu de López Mateos a Los Pinos.
Índice Flamígero: Ayer interpretaron que el embajador Pascual prefirió ir a Ciudad Juárez, antes que encontrarse con el ocupante de Los Pinos en un evento de la American Chamber of Commerce. ¿Cómo descifrarán hoy las declaraciones públicas más recientes del representante aquí de Barack Obama, quien dijo que es comprensivo de la frustración que los mexicanos sienten respecto a la lucha contra el narco?
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