Pues si el senador Manlio Fabio Beltrones rompió lanzas con el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y con el dirigente de la izquierda social, Andrés Manuel López Obrador, la pregunta es porqué fue tan duro con ambos por haber criticado su iniciativa de reforma fiscal.
A López Obrador lo tildó de superficial, y a Ebrard de que por su nula ideología de izquierda se opuso a la propuesta. El PRI no había criticado para nada a la izquierda, y menos aún a López Obrador, por el favor inopinado que le estaba haciendo en el estado de México al dinamitar las alianzas, y es la primera vez que alguien de tan alta jerarquía en el PRI les dispara al corazón.
Una explicación es que realmente le dolió la crítica, máxime que ha encontrado fuerte oposición en la Cámara de Diputados -en la bancada priísta- y otra, en términos electoreros, es que quizás a partir de pelearse con ellos, sobretodo López Obrador, pueda robarle puntos porcentuales de popularidad, para tratar de achicar la desventaja en preferencias electorales con el gobernador Enrique Peña Nieto.
Una más, por supuesto, podría ser que quiera horardar la resistencia a alianzas en el estado de México y que López Obrador, molesto con el PRI, se hiciera de la vista gorda con las alianzas en ese estado y retirara el apoyo indirecto al PRI en la entidad.
A Beltrones le conviene que la vaya mal a Peña Nieto en las elecciones, si guarda alguna expectativa de poder competir aún por la candidatura presidencial.
A López Obrador lo tildó de superficial, y a Ebrard de que por su nula ideología de izquierda se opuso a la propuesta. El PRI no había criticado para nada a la izquierda, y menos aún a López Obrador, por el favor inopinado que le estaba haciendo en el estado de México al dinamitar las alianzas, y es la primera vez que alguien de tan alta jerarquía en el PRI les dispara al corazón.
Una explicación es que realmente le dolió la crítica, máxime que ha encontrado fuerte oposición en la Cámara de Diputados -en la bancada priísta- y otra, en términos electoreros, es que quizás a partir de pelearse con ellos, sobretodo López Obrador, pueda robarle puntos porcentuales de popularidad, para tratar de achicar la desventaja en preferencias electorales con el gobernador Enrique Peña Nieto.
Una más, por supuesto, podría ser que quiera horardar la resistencia a alianzas en el estado de México y que López Obrador, molesto con el PRI, se hiciera de la vista gorda con las alianzas en ese estado y retirara el apoyo indirecto al PRI en la entidad.
A Beltrones le conviene que la vaya mal a Peña Nieto en las elecciones, si guarda alguna expectativa de poder competir aún por la candidatura presidencial.
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