Trípoli anuncia una ofensiva contra la capital rebelde tras bombardearla
Karim Talbi TOBRUK / AFP
Muamar el Gadafi, fiel a su determinación de «aplastar a los enemigos», siguió ganando terreno a los insurgentes y se dispone a lanzar la ofensiva para recuperar Bengasi, la capital de los rebeldes, mientras Occidente sigue sin ponerse de acuerdo para llevar a cabo medidas para frenar la represión sangrienta de la insurrección. «Dentro de 48 horas todo habrá terminado», prometió ayer Saif al Islam, uno de los hijos de Gadafi.
Frente al avance de las tropas del dictador, cientos de libios huían hacía la frontera con Egipto. A primeras horas del día se produjo un continuo goteo de gente en vehículos cargados de maletas, pero por la tarde el éxodo se convirtió en una gran masa de civiles.
Pulso de París y Londres
Una portavoz de los insurgentes instó a Occidente a actuar ya «porque mucha gente está muriendo». Pero EE.?UU. se resiste a lanzar una acción militar, pese a los llamamientos de Francia y el Reino Unido. El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, incluso escribió en su blog que «varios países árabes» están dispuestos a «una participación efectiva» en una operación militar en Libia, agregando que «aún no es demasiado tarde» para intervenir.
La jefa de la diplomacia de EE.?UU., Hillary Clinton, dijo que «espera» que hoy el Consejo de Seguridad de la ONU se pronuncie sobre la zona de exclusión aérea u «otras acciones» para controlar la ofensiva.
Rusia y China, con derecho de veto, siguen sin apoyar el establecimiento de esa zona.
Las tropas de Gadafi, apoyadas por mercenarios, bombardearon ayer a los insurgentes en el oeste y el este de Libia. La televisión oficial mostró anoche a los gadafistas celebrando la toma de Ajdabiya, tras ser castigada durante todo el día por la aviación y la artillería. Un total de 26 personas han muerto en dos días, según el doctor Abdelkarim Mohamad. El hospital de la ciudad recibió el impacto de un obús y parte del personal fue evacuado hacia Bengasi.
Ajdabiya era la última posición de los rebeldes antes de la capital rebelde, Bengasi, que ayer ya comenzó a ser bombardeada. El Ejército de Trípoli anunció en un comunicado una inminente operación.
En el oeste de Libia, los insurgentes dijeron que aún controlan Misrata, pese a la ofensiva gadafista de ayer, dejando al menos cuatro muertos y una decena de heridos.
Karim Talbi TOBRUK / AFP
Muamar el Gadafi, fiel a su determinación de «aplastar a los enemigos», siguió ganando terreno a los insurgentes y se dispone a lanzar la ofensiva para recuperar Bengasi, la capital de los rebeldes, mientras Occidente sigue sin ponerse de acuerdo para llevar a cabo medidas para frenar la represión sangrienta de la insurrección. «Dentro de 48 horas todo habrá terminado», prometió ayer Saif al Islam, uno de los hijos de Gadafi.
Frente al avance de las tropas del dictador, cientos de libios huían hacía la frontera con Egipto. A primeras horas del día se produjo un continuo goteo de gente en vehículos cargados de maletas, pero por la tarde el éxodo se convirtió en una gran masa de civiles.
Pulso de París y Londres
Una portavoz de los insurgentes instó a Occidente a actuar ya «porque mucha gente está muriendo». Pero EE.?UU. se resiste a lanzar una acción militar, pese a los llamamientos de Francia y el Reino Unido. El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, incluso escribió en su blog que «varios países árabes» están dispuestos a «una participación efectiva» en una operación militar en Libia, agregando que «aún no es demasiado tarde» para intervenir.
La jefa de la diplomacia de EE.?UU., Hillary Clinton, dijo que «espera» que hoy el Consejo de Seguridad de la ONU se pronuncie sobre la zona de exclusión aérea u «otras acciones» para controlar la ofensiva.
Rusia y China, con derecho de veto, siguen sin apoyar el establecimiento de esa zona.
Las tropas de Gadafi, apoyadas por mercenarios, bombardearon ayer a los insurgentes en el oeste y el este de Libia. La televisión oficial mostró anoche a los gadafistas celebrando la toma de Ajdabiya, tras ser castigada durante todo el día por la aviación y la artillería. Un total de 26 personas han muerto en dos días, según el doctor Abdelkarim Mohamad. El hospital de la ciudad recibió el impacto de un obús y parte del personal fue evacuado hacia Bengasi.
Ajdabiya era la última posición de los rebeldes antes de la capital rebelde, Bengasi, que ayer ya comenzó a ser bombardeada. El Ejército de Trípoli anunció en un comunicado una inminente operación.
En el oeste de Libia, los insurgentes dijeron que aún controlan Misrata, pese a la ofensiva gadafista de ayer, dejando al menos cuatro muertos y una decena de heridos.
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