¿Hombres de empresa u hombres de presa?

Álvaro Cepeda Neri

Con los trabajos pioneros de Humberto Musacchio, tiene bastante auge la investigación para la elaboración de diccionarios, como 200 emprendedores mexicanos. La construcción de una nación. El primero, con las fichas de 100 empresarios del siglo XIX; el segundo, con 100 empresarios del siglo XX. Ciento catorce investigadores, con Leonor Ludlow como directora y María Eugenia Vázquez como coordinadora, son autores de este trabajo donde encuentran individualidades y familias empresariales, emprendedores y políticos-empresarios. Muchos de éstos ya están en otros diccionarios, biografías y autobiografías, pero juntos y revueltos en esta obra son un utilísimo servicio para consultores, inversionistas, investigadores, estudiantes y periodistas.

Poco más de 1 mil 500 páginas integran los dos libros, cada uno con la presentación de Ludlow y Vázquez, que ubican a los 200 personajes que, de 1791 hasta finales de 1950, se han clasificado como emprendedores, conocidos como empresarios y tratados por los autores con sumo respeto. No van más allá del umbral de lo que han creado económicamente, desde el incipiente capitalismo mexicano, de manera que no penetran en los orígenes de sus empresas y riquezas, clasificados sociológica y políticamente como hombres de empresa y hombres de presa, en cuyo seno se han acumulado fortunas multimillonarias, y más de un 80 por ciento, desde el porfirismo, ha prosperado en el capitalismo a la sombra del gobierno al que, empero, embisten cuando ha intervenido en los mercados.

Esos capitalistas, para decirlo con Keynes, casi siempre son “marineros de buen tiempo”, y en cuanto estallan las crisis, ponen a salvo sus capitales y regresan cuando, sacrificando al pueblo, los gobiernos las resuelven ­–como en nuestro país el Fondo Bancario de Protección al Ahorro Proempresarial salvó a esos “emprendedores” del naufragio–. En la presentación, no se mencionan los diccionarios de Humberto Musacchio, y sí, en cambio, el de Armando Ruiz Massieu y el de Roderic Camp, ambos, obsoletos.

Un libro para consulta, donde además aparecen otros que simple y llanamente responden, según el criterio de las autoras y autores, al concepto de emprendedores. Y, como ya dije, revueltos con los que más que hombres de empresa han sido hombres de presa en el capitalismo mexicano nacido desde los albores tanto del liberalismo político como del liberalismo económico y su desdoblamiento en neoliberalismo económico, navegando en las corrientes encontradas del capitalismo racional y el capitalismo salvaje (con su elite de “emprendedores” político y empresariales, generadores de empobrecimiento masivo sobre el que se han creado fortunas multimillonarias). Por sus páginas, pues, desfilan, más que mujeres, familias encabezadas por hombres y éstos, por lo general, son los nombres de esos 200 empresarios investigados por 114 analistas. Está su bibliografía, sus cuatro índices, la semblanza de los autores, etcétera.

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