Guiños entre AMLO y Cárdenas

Martha Anaya / Crónica de Política

Unos piensan que fue sarcasmo, ironía, humor negro, lo que propuso Cuauhtémoc Cárdenas para resolver la crisis que padece el PRD: Que Andrés Manuel se quede con la dirigencia y ya.

Pero no, ni era sarcasmo, ni era ironía. Lo decía en serio. Porque lo cierto es que las diferencias se han profundizado desde que Jesús Ortega y sus huestes se impusieron a la mala –con apoyo del Tribunal federal Electoral—de la presidencia del sol azteca.

Ahí se dio la gran escisión. En el momento en que las corrientes opositoras a López Obrador se hicieron del partido, sobre la figura de Alejandro Encinas, el contendiente afín al tabasqueño.

Desde entonces se arrastra la crisis dentro de las filas del PRD. Una herida que se fue ahondando con el acercamiento de los “Chuchos” al gobierno calderonista, primero; luego con el reconocimiento de sus gobernantes en distintas entidades al habitante de Los Pinos; y terminó por estallar con alianzas con el PAN.

Si hicieron bien o no los “Chuchos” en tomar el camino del pragmatismo, la historia lo dirá. Pero lo que es claro es hoy en día es que esta dirigencia se alejó por completo de sus principios y de las decisiones tomadas en su Congreso Nacional, en el que se fijó el rechazo a la alianza con los blanquiazules.

Cuauhtémoc Cárdenas, quien es más bien de tipo ortodoxo, ha fijado también su postura de manera clara en contra de las alianzas. Sabe que seguir por este camino es una traición a su propia historia y a la del partido que fundó a raíz de las polémicas elecciones de 1988.

De ahí que su frase para que le dejen a López Obrador el control del PRD, aunque suene desdeñosa, es sin duda la manera de medio recomponer la situación al interior del partido. De hecho, además de plantear una posible solución, lo que Cárdenas está fijando –aún y cuando tiene diferencias con AMLO—es una posición de apoyo a Andrés Manuel vis a vis de Jesús Ortega.

El guiño de Cárdenas no pasó desapercibido para los lópezobradoristas. De ahí que no extrañe la propuesta que hizo ayer el coordinador de los perredistas en Lázaro, Alejandro Encinas: que se modifiquen los estatutos para que Cuauhtémoc Cárdenas –él, y no su hijo—sea reelecto como presidente nacional.

El planteamiento ayer de Encinas no fue una mera ocurrencia al pasar. Planteó el escenario en una conferencia de prensa, con argumentos e incluso con fechas posibles para que tal modificación se pudiera llevar a cabo.: Hay que hacer los cambios en los estatutos antes del 19 de marzo, indicó.

¿Fue la respuesta de López Obrador al guiño de Cárdenas? Eso parece.

Ahora habrá que ver si Jesús Ortega –quien se aferra a la presidencia del PRD e intenta continuar en ella– le espeta a Cuauhtémoc Cárdenas las mismas expresiones que Andrés Manuel y lo califica también de “dictador perpetuo”.

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